martes, 26 de marzo de 2013

Arturo y Steinbeck


Existen libros que caen en tus manos y te sorprenden. La historia que nos narra no me era desconocida, pero sí, que ese autor se hubiese centrado en ella. Además es una obra inconclusa ¿por qué? No está muy claro, pero en las cartas que aparecen en el apéndice nos cuenta el autor que la obra era más inmensa que lo que él esperaba. 
El autor es John Steinbeck y su obra “Los hechos del rey Arturo y sus nobles caballeros” (The Acts of King Arthur and His Noble Knights) publicada en 1976 , ocho años después de su muerte. La versión que he leído es la presentada por la Editorial Salvat y publicada en 1994. 
El autor de Las Uvas de la Ira, Al Este del Edén o De Ratones y hombres, obras que conozco por haber sido llevadas al cine, al igual que conocía la vida de Arturo gracias a Excalibur de John Boorman , y no por haberlas leído sentida un enorme interés por el personaje de Arturo y su corte. La razón nos la explica en el prólogo cuando nos cuenta como él, un niño al que no le interesaba la lectura, tras un regalo de un familiar de un libro sobre este personaje - creo que el de Sir Thomas Malory – encontró lo motivación por la lectura, y , por ende, de la escritura. 
El libro presenta un prólogo de justificación y un apéndice en que se nos relatan sus epístolas con editores y amigos sobre cómo va el desarrollo de esta novela inconclusa. En los capítulos de la novela nos habla de personajes tales como Arturo, personaje central, pero también de Merlin, Gawain, Ewain o Lanzarate, al igual que de las bellas damas, aunque a veces innobles, especial mención a Morgan LeFay. 
Es una obra entretenida, algo liosa dados los nombres de los personajes y su entrelazamiento o vínculos. El único pero es que no desarrolla la vida de Gallagher y la historia de la búsqueda del grial. Para la vida del autor me remite a este enlace de la Wikipedia, y sólo un detalle más, el carácter itinerante de este norteamericano, pues tan pronto escribe sus cartas desde Italia o desde cualquier punto del planeta.

Esta entrada corresponde con la realizada en aquel blog que llevaba por título de "Para que no me olvide" y con el mismo título "Arturo y Steinbeck" que he tenido que abandonar en reiteradas ocasiones dadas las limitaciones técnicas del mismos. La entrada se hizo un año antes (26 de marzo de 2012). 

sábado, 16 de marzo de 2013

Un círculo sin fín


Más bien ha sido el círculo sin fin o la lectura interminable. La obra la firma Katherine Neville, escritora norteamericana, de Missouri, conocida especialmente por su libro “El ocho” y que fue vicepresidenta del Bank of America, fotógrafa, modelo o asesora técnica de algunas importantes empresas informáticas. 

La sinopsis del libro en lecturalia.com dice lo siguiente: “Ariel hereda unos viejos manuscritos que guardan un secreto vinculado a los objetos sagrados de las tribus de Israel. Quien consiga desvelarlos, adquirirá la sabiduría suficiente para encontrar el nacimiento de los mitos, las creencias y los símbolos de todas las grandes culturas de la historia, así como las claves para interpretar el devenir. Naturalmente, en cuanto Ariel recibe la herencia se convierte en el centro de mira de no pocos personajes codiciosos.” 
Esta historia se centra en estos misteriosos manuscritos que Ariel Behn (una chica atómica, controladora de seguridad nuclear) hereda de su primo Samuel (criptógrafo) quien supuestamente acababa de fallecer. Todo comienza en 1870 en Cumas, Italia, en donde una mujer (desconocida al principio) llamada Clio va en busca de las profecías de la Sibila (Sibila eran llamadas todas las profetisas en la mitología romana y griega). Ariel se da cuenta de lo importante que son los manuscritos que su primo Sam le heredó, cuando éste tuvo que fingir su propia muerte para librarse del peligro que estos rodeaban. Ya que nadie sabía que Sam realmente estaba vivo, tiene que comunicarse con su prima a través de mensajes en código. 
El libro se entrelaza con historias sobre Jesús y la Antigua Roma, antiguas tribus de Israel, el Rey Salomón, y Hitler, pero no piensen que es un libro estrictamente religioso y se vayan a saltar esas partes, todo tiene que ver con el desenlace. 
Ariel, debido a un viaje de trabajo, vuela a URSS con Wolfgang, su compañero, quien es en realidad un secuaz del jefe del Centro de Energía Nuclear, Pastor Owen Dart, más conocido como El Tanque. Ambos, durante toda la historia, tratan de robar los manuscritos, obviamente sin éxito. En este viaje con muchas, me atrevo a decir, demasiadas escalas (Salt Lake City, Viena, París, San Petesburgo, Berlín), Ariel se reúne con sus parientes quienes, aparte de explicarle partes del manuscrito, confunden y mezclan la vida de la familia Behn y de ahí no hay quien se salve. 

Reconozco que no me gustado especialmente este libro. Tiene algunos valores positivos tales como la enorme capacidad de relación, la forzada formación en etimologías, las buenas referencias a una variada mitología (germánica, griega, india…) y una base cultural sólida. Pero todo esto en conjunto que es positivo no hace al libro apetecible ni a veces digerible. 
Y es que la historia en la que se fundamenta que tienen como protagonista a Ariel, una científica norteamericana, con una extraña historia familiar a su cargo es poco atrayente. La intrincada acción que se mueve entre los Estados Unidos y Europa, pero también entre el Jerusalem cristiano, la Roma de Tiberio, Calígula, Claudio y César, el territorio de Britania lo único que llevan es al caos. Y eso que la historia es externamente e internamente coherente, pero carece, al menos a mí me lo ha parece, empatía con los protagonistas. Ni buenos ni malos me caen ni bien, ni mal. Me son indiferentes y eso en una obra maniquea es lo peor que te puede ocurrir. 
En lecturalia.com o en el Bibliófilo enmascarado he leído algunas críticas y coincido con ellas especialmente sobre lo tedioso que ha sido, lo lento o lo enrevesado. Coincido con ellas. Una de ellas hablaba de que había que tomárselo con tiempo y eso es lo que le he dedicado, mucho tiempo. Puede que demasiado.