Lo mucho que me gusta la literatura que sale de la mente y de la pluma de Mario Vargas Llosa (Arequipa, Perú, 1936). La historia de una investigación periodística pero también de la corrupción de un régimen político, el de Fujimori, con un factotum que lo controlaba todo, Vladimiro Montesinos.
Como siempre con elementos de la realidad pasada, la histórica, la presente , el papel de una prensa comprada y corrupta interesada más por el escándalo que por la verdad, y la futura, desgraciadamente también pasada y presente, la corrupción política.
De eso va Cinco esquinas, un libro publicado en 2016. La que fue calificada por algún periodista como Javier Rodríguez Marcos como "su obra más improvisada, lo cual es decir mucho en un autor que lo tiene todo pensado antes de sentarse a escribir".
La historia va de todo eso de como "Alberto Fujimori y el hombre fuerte de su dictadura, Vladimiro Montesinos, utilizaban la prensa para intimidar a sus opositores. “Los desacreditaban con escándalos de cama publicados en pasquines a los que el propio Montesinos les ponía los titulares”.
Cinco esquinas va de lo que le gusta a Don Mario, al que todavía recuerdo cuando me presenté ante él en el aeropuerto de Madrid Barajas, en la primera semana de octubre de 1992. Tiene ingredientes como sexo, - lo hay, mucho, y muy bueno, fenomenalmente descrito- de la traición entre amigos, de la deslealtad, del dinero, más miseria que pobreza, de Sendero Luminoso - poco, pero ahí está que obligó al toque de queda y que dejó a 70.000 asesinados sobre todo campesinos-, de la matanza, la tortura, pero sobre todo de lo ya señalado: de la historia, de la prensa comprada y corrupta - joder, muy presente- y de la corrupción política sobre todo desde el poder.
Cinco esquinas se abre y se cierra con una escena erótica que marca y condiciona el desarrollo de la novela. El sexo lleva al hilo de la traición entre la pareja, lleva a una relación lésbica, lleva al manejo periodístico con fines políticos.
Pero también desarrolla un tema actual, un tema a la altura del "Sálvame" y otros muchos programas que dedican horas y horas a hablar de otros, el amarillismo periodístico, asumido aquí por el director de un semanario sensacionalista (Rolando Garro), que intenta destruir la reputación de un exitoso ingeniero de minas con unas fotos en las que aparece en una situación comprometida y que , finalmente, su "Retaquita" resuelve con inteligencia.
Pero también desarrolla un tema actual, un tema a la altura del "Sálvame" y otros muchos programas que dedican horas y horas a hablar de otros, el amarillismo periodístico, asumido aquí por el director de un semanario sensacionalista (Rolando Garro), que intenta destruir la reputación de un exitoso ingeniero de minas con unas fotos en las que aparece en una situación comprometida y que , finalmente, su "Retaquita" resuelve con inteligencia.
Es una historia en la que está presente el abuso de poder de un liberticida en este caso Montesinos , un hombre que llegó a acumular tanto poder que asustó al propio Fujimori. Un hombre que no dudada en grabar las corrupciones que el mismo propiciaba entre periodistas, empresarios y políticos y que incluso grabó a su superior, el Presidente Fujimori. Un momento de la historia del Perú en el que la violencia de Estado fue tan atroz como la terrorista.
El nombre Cinco esquinas hace referencia a un barrio limeño del mismo nombre, en la zona de Barrios Altos, a dos cuadras de la Quinta Heeren, la que en el pasado fue un área elegante y acomodada de la ciudad en la que se enclavaban las embajadas de Australia, Bélgica, Japón, Francia y Estados Unidos.
Para terminar esto dicho por el escritor peruano, verdad verdadera: "Un escritor vive todas las experiencias que describe, se convierte en asesino, en víctima, en amante. Al mismo tiempo tiene que prevalecer cierto control intelectual porque el lenguaje es una materia que debes utilizar muy conscientemente. Con pura emotividad no escribes una buena novela jamás; sin el sentimiento de estar tú adentro, tampoco".
Para terminar esto dicho por el escritor peruano, verdad verdadera: "Un escritor vive todas las experiencias que describe, se convierte en asesino, en víctima, en amante. Al mismo tiempo tiene que prevalecer cierto control intelectual porque el lenguaje es una materia que debes utilizar muy conscientemente. Con pura emotividad no escribes una buena novela jamás; sin el sentimiento de estar tú adentro, tampoco".