Acabo de poner fin al segundo libro de la temporada estival. Obviamente no estamos en verano, pero en Córdoba a las 20 horas y 12 minutos de la tarde , cuando escribo esto, nos encontramos con 33 º centígrados, ¿quién dice que no estamos en verano?
Durante un par de semanas he estado leyendo Suite francesa, expoleado por haber visto recientemente la película, coincidiendo con el último día de la fiesta del cine del pasado mes.
Hay cosas que me han impresionado y otros que no. Por lo pronto me gusta el prólogo del libro firmado por Myriam Anissinov. Se trata de un acercamiento a la escritora , a la obra pasada y presente - me refiero con ello a Suite francesa- , pero sobre todo a la persona, a la mujer de origen judío que estaba tras la obra: Irène Némirovsky.
Tras haber entendido el carácter "capsular" - en el sentido de ser en si misma una cáosula de tiempo literaria- y el carácter truncado de la misma- sólo (sí, con tilde que me gusta más, lo siento RAE, y es que tengo una edad...) se redactaron únicamente dos de los cinco libros o partes que componían la Suite. He procedido a su lectura.
Difílmente uno puede despreciar lo que de ella ha dicho la crítica, y tal y como se refleja en la web que sobre el libro tiene su editorial, Salamandra, precisamente en este soporte físico y en esa edición es la que yo he elegido para leer y que aquí aparece reflejada:
«Una narración de un vigor extraordinario.» Le Monde
«Una obra excelente.» New York Times
«Es preciso leer este libro.» Le Nouvel Observateur
«Una obra maestra.» L’Express
«Un libro de una calidad literaria excepcional.» TLS
«Sensacional recuperación [...] Némirovsky registra con portentosa serenidad, sin consentirse ninguna flaqueza sentimental, la perturbación de los hombres y mujeres zarandeados por la guerra. [...] Se trata de una escritora que crea adicción.» Babelia
«La lectura de este libro significa mucho más que el simple acercamiento a un documento trágico de una época fundamental para la historia de Europa.» ABC de las letras
«Literatura de la mejor cepa. [...] Suite francesa por lo tanto, además de ficción pura, es un documento personal y directo del mismo rango que el Diario de Ana Frank o Una mujer en Berlín de autora anónima.» Culturas
«Hay novelas llenas de verdad capaces de conservar intacto entre sus páginas un trozo del mundo. Ésta es una de ellas.» Territorios
«Suite francesa es una excelente novela que ha crecido con los años. [...] La obra de Némirovsky debe interpretarse como un acto de resistencia del espíritu contra el fanatismo y la intolerancia Sus palabras aún nos iluminan.» El Cultural
«Un fresco extraordinario, de una hondura humana e inteligencia literaria prodigiosos.» Caballo Verde
Como podéis ver las críticas no han podido ser más favorables, resaltándose de la misma el carácter documental de la misma.
Reconozco que la lectura está condicionada por las imágenes del filme. No hace mucho escribí una entrada sobre la misma que con el título de Suite inacabada y que aquí podéis leer, y evidentemente, los rostros de Lucile , de Bruno Von Falk o de la Señora- sí, con mayúsculas- Angellier se construyen sobre lo visto, que correspondería - principalmente- al segundo tomo, léase Dolce. Sin embargo, en la recreación inicial o contextual se remte a algunas pinceladas del primer volumen - Tempestad.
El relato de la huída de los parisinos me ha resultado complejo por el número de protagonistas iniciales, pero luego al centrarse ya en unos pocos, me ha parecido magistral la composición de los mismos y del relato. Eso sí, más que composición transmiten descomposición, pues apreciamos a través de la pluma de Irène Nemirovsky el proceso destructivo material y moral que vive francesa en esos primeros momentos de la guerra. Es un retablo, ante todo burgués, posiblemente del mismo estrato social al que correspondía la escritora. Esta parte en gran medida resulta descorazonadora , pero partiendo de un inicio muy lento la narración va tomando tono muscular conforme los refugiados confluyen en Tours y en las cercanías de su estación que tuvimos la fortuna de conocer hace unos años.
Por otro lado, la parte de Dolce es algo más pastelera, pero igualmente está bien contruida, haciendo creíble la historia parada y paralizante del acercamiento entre el oficial alemán y la chica elegante de provincias.
Es cierto que la empecé a leer con recelo, pero , finalmente, he visto en su narración - eso sí, guiado por la película- un trazo tan bien marcado que me ha satisfecho.
Señalar que las diferencias del libro y la película son notables. Por supuesto, ese final tan increible en la película en la obra literaria no aparece ni esbozado.
No obstante, me ha parecido muy interesante el apéndice de la obra compuesto especialmente por manuscritos de la escritora en la que nos cuenta como va contruyendo la obra, las dificultades que encuentra y sus dudas sobre hacia dónde tiende la misma. Aclara algunos puntos como el título de esta tercera parte que iba a ser Cautividad, como en ella pondría fin a Bruno, pero también como maneja un guión de lo que cree que le va servir para construirla.
Desoladora es, por otro lado, la sensación que tuvo que tener la escritora al verse progresivamente abandonada. Demoledor es el calificativo que da a la postura que tiene la sociedad francesa de la Francia ocupada y de la supuestamente "Libre" ante los acontecimientos que vive: indiferencia.
Desoladora es, por otro lado, la sensación que tuvo que tener la escritora al verse progresivamente abandonada. Demoledor es el calificativo que da a la postura que tiene la sociedad francesa de la Francia ocupada y de la supuestamente "Libre" ante los acontecimientos que vive: indiferencia.
Angustiosas me han resultado las cartas suplicantes de Michel Epstein pidiendo ayuda a conocidos y desconocidos. Saber el fin tanto de ella como el de él, da sentido al carácter capsular de la obra. Como iba querer su hija abrir una herida que difícilmente podía cerrarse. Afortunadamente para los lectores lo hizo y gracias a ella tenemos la fortuna de conocerla como escritora y el deber de no olvidar la atrocidad que supuso la guerra y , especialmente, su componente racista. Un nunca más debe poner fin a todo esto. Un saludo.
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