Son varias las razones que me llevaron hasta esta joya de la literatura en castellano que es La fiesta del chivo novela escrito en el año 2000 por el escritor hispano-peruano Mario Vargas Llosa, premio Nobel de Literatura en 2010.
Las dos razones principales para ello tienen que ver con dos experiencias personales. La primera, estrictamente familiar. La República Dominicana era algo cercano a mi familia. Desde pequeño me habían parecido alucinantes los muchos sellos que había en casa timbrados desde este país caribeño, Esto se debía a un tema familiar. Una tía abuela, hermana de mi abuela Joxepa, llevaba allí desde tiempo inmemorial, Vivía en Santiago y ejercía allí su docencia como maestra y la espiritual como monja dentro de la orden de las Mercedarias de la Caridad. La vía de comunicación con su hermana y sobrina, mi madre, era la epistolar y desde las mismas nos llegaba información sobre la vida en la isla.
La segunda razón es también personal, Me encontraba en octubre de 1992 en el aeropuerto de barajas, haciendo hora para tomar un vuelo que se dirigía a Vigo, por razones que ahora no vienen al caso. La larga espera me llevó a iniciar la lectura de un libro. Se trataba de la obra la Muñeca Rusa, un libro de relatos cortes de un escritor argentino, Adolfo Bioy Casares. Mientras lo leía un señor se sentó a mi lado. Yo, inicialmente no le hice mucho caso. Pero al cabo del rato descubrí que la persona en cuestión era Mario Vargas Llosa. Me puse nervioso, mientras el escribía en un cuaderno. ¿Qué escribía? No lo sé, pero cuando tuve valor me presenté y le declaré que era un admirador suyo desde que había leído uno de sus primeros libros: La ciudad y los perros y La guerra del fin del mundo. Tras cruzar una conversación banal en la que el marchaba a Londres , pues creo que, por entonces vivía o daba clases allí- lo cierto es que me despedí de él y en respondió muy cortés, levantándose, dándome la mano y diciendo que estaba encantado de conocernos. Entiendo que era cortesía y educación americana, pero fue todo un placer.
Vargas Llosa, ya por entonces Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 1986, más tarde publicó Los cuadernos de don Rigoberto (1997), que no leí, aunque el siguiente sí que cayó en mis manos. Era La Fiesta del Chivo (2000)
Vargas Llosa, ya por entonces Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 1986, más tarde publicó Los cuadernos de don Rigoberto (1997), que no leí, aunque el siguiente sí que cayó en mis manos. Era La Fiesta del Chivo (2000)
El libro se ambienta en la República Dominicana y retrata la preparación del atentado que culminará con el asesinato del dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo y sus secuelas, desde dos puntos de vista con una generación de diferencia: durante e inmediatamente después del asesinato en sí, en mayo de 1961, y treinta y cinco años más tarde.
En todo, también hay una amplia reflexión sobre el apogeo de la dictadura, en la década de 1950, y su importancia para la isla y sus habitantes.
La novela sigue tres líneas narrativas entrelazadas. La primera se refiere a una mujer, Urania Cabral, que está de vuelta en la República Dominicana, después de una larga ausencia, y lo hace para visitar a su padre enfermo en el presente - 1996-, y que termina recordando un miserable incidente de su juventud que reactiva un viejo recuerdo en virtud del cual descubrimos su violación siendo una niña por parte del Chivo.
La segunda historia se centra en el último día en la vida del generalísimo Trujillo tras 31 años en el poder en ese mayo de 1961, desde el momento en que se despierta en adelante, y nos muestra el círculo interno del régimen, con Joaquín Balaguer a la cabeza y entre los que se encuentra Cabral, el padre de Urania, una vez perteneció y los familiares del dictador.
La tercera historia describe a los asesinos de Trujillo, muchos de los cuales habían sido leales al gobierno, mientras esperan el coche del Presidente tarde esa noche.
Después del asesinato, esta historia nos muestra la persecución y la brutalidad con la que se reprimieron a los participantes en el atentado, especialmente llevado por los hijos del dictador: Rafael Leonidas (Ramfis)y Rhadamés.
El libro es un retablo de la República Dominicana en el que descubrimos la posición omnimoda del dictador, la capacidad del régimen para perpetuarse en el poder, la vida del megalómano Trujillo, pero también nos acercamos a sus conspiradores.
La novela trata del poder y de la corrupción del sometimiento, de la cobardía, del machismo y la perversión sexual de la memoria, en ocasiones dolorosa y de la necesidad de no olvidar,
La historia de Urania acaba cuando ella termina narrando los terribles acontecimientos que condujeron a su salida del país a la edad de 14 años.
Vargas Llosa a la hora de narrarnos el relato mezcla la realidad de unos acontecimientos , así como la ficción. Es un libro sobre algo que pudo ocurrir pero no hay constancia de que ocurriera.
Por supuesto en la novela si aparecen personajes reales y el escritor los describe tanto desde el punto de vista físico sino desde el punto de vista moral, en este sentido casi los desnuda.
En palabras de Vargas Llosa, "es una novela, no un libro de historia, por lo que me tomé muchas, muchas libertades. [...] He respetado los hechos básicos, pero he cambiado y deformado muchas cosas con el fin de hacer la historia más persuasiva y no he exagerado."
La fiesta del chivo recibió comentarios positivos en gran medida, con los comentaristas del libro destacando la representación de la relación entre la sexualidad y el poder, y las descripciones explícitas de hechos violentos.
De aquí salté a otro libro con contagio, Galíndez, del año 1990, una crónica de una investigación sobre el secuestro, tortura y asesinato de Jesús Galíndez creada por Maneul Vázquez Montalbán. Libro que por cierto recomiendo, aunque siempre me preguntaré si aquel compañero de viaje que durante unos minutos lo fue estaba escribiendo algunas páginas de este libro.
En todo, también hay una amplia reflexión sobre el apogeo de la dictadura, en la década de 1950, y su importancia para la isla y sus habitantes.
La novela sigue tres líneas narrativas entrelazadas. La primera se refiere a una mujer, Urania Cabral, que está de vuelta en la República Dominicana, después de una larga ausencia, y lo hace para visitar a su padre enfermo en el presente - 1996-, y que termina recordando un miserable incidente de su juventud que reactiva un viejo recuerdo en virtud del cual descubrimos su violación siendo una niña por parte del Chivo.
La segunda historia se centra en el último día en la vida del generalísimo Trujillo tras 31 años en el poder en ese mayo de 1961, desde el momento en que se despierta en adelante, y nos muestra el círculo interno del régimen, con Joaquín Balaguer a la cabeza y entre los que se encuentra Cabral, el padre de Urania, una vez perteneció y los familiares del dictador.
La tercera historia describe a los asesinos de Trujillo, muchos de los cuales habían sido leales al gobierno, mientras esperan el coche del Presidente tarde esa noche.
Después del asesinato, esta historia nos muestra la persecución y la brutalidad con la que se reprimieron a los participantes en el atentado, especialmente llevado por los hijos del dictador: Rafael Leonidas (Ramfis)y Rhadamés.
El libro es un retablo de la República Dominicana en el que descubrimos la posición omnimoda del dictador, la capacidad del régimen para perpetuarse en el poder, la vida del megalómano Trujillo, pero también nos acercamos a sus conspiradores.
La novela trata del poder y de la corrupción del sometimiento, de la cobardía, del machismo y la perversión sexual de la memoria, en ocasiones dolorosa y de la necesidad de no olvidar,
La historia de Urania acaba cuando ella termina narrando los terribles acontecimientos que condujeron a su salida del país a la edad de 14 años.
Vargas Llosa a la hora de narrarnos el relato mezcla la realidad de unos acontecimientos , así como la ficción. Es un libro sobre algo que pudo ocurrir pero no hay constancia de que ocurriera.
Por supuesto en la novela si aparecen personajes reales y el escritor los describe tanto desde el punto de vista físico sino desde el punto de vista moral, en este sentido casi los desnuda.
En palabras de Vargas Llosa, "es una novela, no un libro de historia, por lo que me tomé muchas, muchas libertades. [...] He respetado los hechos básicos, pero he cambiado y deformado muchas cosas con el fin de hacer la historia más persuasiva y no he exagerado."
La fiesta del chivo recibió comentarios positivos en gran medida, con los comentaristas del libro destacando la representación de la relación entre la sexualidad y el poder, y las descripciones explícitas de hechos violentos.
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