miércoles, 19 de agosto de 2020

Brasil


Novela circular que he leído con mucho más interés al principio que al final. Novela que trata de un país inmenso pero desvertebrado por la pobreza, por la escala del color, por la imposición de los nuevos tiempos que supone el fin de un mundo y la llegada de otro. Novela que habla de un momento histórico de cambio, de la dictadura de los generales, del suelo roto de un nuevo país, pero también del marxismo de salón y del sexo. Un sexo que es bien traído y mejor llevado, bien descrito y mejor relatado. Una obra soberbia de John Updike, bien escrita a lo largo de sus treinta capítulos, que nacen y mueren en la playa de Ipanema, que dura lo que dura dura, como la vida misma. 

Updike, un escritor estadounidense fallecido en 2009 , cuyas historias, reportajes y poemas han ido apareciendo regularmente en el semanario The New Yorker desde 1950 siendo uno de los más ácidos cronistas de la sociedad estadounidense de la segunda mitad del siglo XX es el responsable de este viaje, toda una odisea lo que viven estos cariocas, que pasa igualmente por el sueño de Kubitschek, Brasilia. 

Updike, nacido para dar vida a un Conejo, realmente a Harry Conejo Angstrom, con los que ganó un par de premios Pulitzer y alguna de sus obras han sido llevadas al cine como Las brujas de Eastwick. Un hombre que llevó a la pluma temas como el sexo, la fe, la razón última de la existencia, la infidelidad, la muerte, los abismos del alma y hasta qué lugar te puede llevar la miseria o los conflictos generacionales y las relaciones interpersonales en esta obra que tiene mucho de realismo mágico en esta obra que tiene como protagonistas a Tristao Raposo e Isabel Leme, un hombre negro y una chica blanca, en una transposición de la aventuras o historias míticas como Tristán e Isolda en Brasil que huyen de los dem´s, especialmente de la familia de Isabel, aunque a su desgracia contribuye la traición y la miseria de la fmilia de Tristao, por medio de junglas urbanas y naturales. 

La obra publicada en 1994 no es la Aquarela do Brasil, escrita por el compositor Ary Barroso en 1939 ni el ensueño de Terry Gilliam que yo esperaba , aunque comparte elementos imaginativos, especialmente ese encuentro con el chamán por parte de Isabel o la presencia sacada de la historia de los bandeirantes. 

En definitiva, una obra más brillante al inicio que al final, excitante, y mucho,  por momentos con fuerte carga erótica, a veces incluso pornográfica, y que finalmente cierra tristemente el círculo en la playa de Ipanema, mientras casi amanece. El lugar donde nació todo, es el punto de destino final de su protagonistas. Un buen libro, espectacular por momentos.

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