lunes, 24 de junio de 2019

Las cinco esquinas


Lo mucho que me gusta la literatura que sale de la mente y de la pluma de Mario Vargas Llosa (Arequipa, Perú, 1936). La historia de una investigación periodística pero también de la corrupción de un régimen político, el de Fujimori, con un factotum que lo controlaba todo, Vladimiro Montesinos. 

Como siempre con elementos de la realidad pasada, la histórica, la presente , el papel de una prensa comprada y corrupta interesada más por el escándalo que por la verdad, y la futura, desgraciadamente también pasada y presente, la corrupción política. 

De eso va Cinco esquinas, un libro publicado en 2016. La que fue calificada por algún periodista como Javier Rodríguez Marcos como "su obra más improvisada, lo cual es decir mucho en un autor que lo tiene todo pensado antes de sentarse a escribir". La historia va de todo eso de como "Alberto Fujimori y el hombre fuerte de su dictadura, Vladimiro Montesinos, utilizaban la prensa para intimidar a sus opositores. “Los desacreditaban con escándalos de cama publicados en pasquines a los que el propio Montesinos les ponía los titulares”. 

Cinco esquinas va de lo que le gusta a Don Mario, al que todavía recuerdo cuando me presenté ante él en el aeropuerto de Madrid Barajas, en la primera semana de octubre de 1992. Tiene ingredientes como sexo, - lo hay, mucho, y muy bueno, fenomenalmente descrito- de la traición entre amigos, de la deslealtad, del dinero, más miseria que pobreza, de Sendero Luminoso - poco, pero ahí está que obligó al toque de queda y que dejó a 70.000 asesinados sobre todo campesinos-, de la matanza, la tortura, pero sobre todo de lo ya señalado: de la historia, de la prensa comprada y corrupta - joder, muy presente- y de la corrupción política sobre todo desde el poder. 

Cinco esquinas se abre y se cierra con una escena erótica que marca y condiciona el desarrollo de la novela. El sexo lleva al hilo de la traición entre la pareja, lleva a una relación lésbica, lleva al manejo periodístico con fines políticos.

Pero también desarrolla un tema actual, un tema a la altura del "Sálvame" y otros muchos programas que dedican horas y horas a hablar de otros, el amarillismo periodístico,  asumido aquí por el director de un semanario sensacionalista (Rolando Garro), que intenta destruir la reputación de un exitoso ingeniero de minas con unas fotos en las que aparece en una situación comprometida y que , finalmente, su "Retaquita" resuelve con inteligencia. 

Es una historia en la que está presente el abuso de poder de un liberticida en este caso Montesinos , un hombre que llegó a acumular tanto poder que asustó al propio Fujimori. Un hombre que no dudada en grabar las corrupciones que el mismo propiciaba entre periodistas, empresarios y políticos y que incluso grabó a su superior, el Presidente Fujimori. Un momento de la historia del Perú en el que la violencia de Estado fue tan atroz como la terrorista. 

El nombre Cinco esquinas hace referencia a un barrio limeño del mismo nombre, en la zona de Barrios Altos, a dos cuadras de la Quinta Heeren, la que en el pasado fue un área elegante y acomodada de la ciudad en la que se enclavaban las embajadas de Australia, Bélgica, Japón, Francia y Estados Unidos.

Para terminar esto dicho por el escritor peruano, verdad verdadera: "Un escritor vive todas las experiencias que describe, se convierte en asesino, en víctima, en amante. Al mismo tiempo tiene que prevalecer cierto control intelectual porque el lenguaje es una materia que debes utilizar muy conscientemente. Con pura emotividad no escribes una buena novela jamás; sin el sentimiento de estar tú adentro, tampoco".

martes, 4 de junio de 2019

El amante de la China del Norte


Cuando un libro presenta indicaciones sobre cómo ha de llevarse a la gran pantalla determinada escena te planteas que ha escrito el libro para eso, para ser llevada al cine. En este caso era normal, la autora Marguerite Duras lo cierto es que escribe pensando en cine. Es lógico ella era integrante de la Rivière gauche, la margen izquierda, la otra corriente paralela a la Nouvelle Vague pero que contaba con grandes escritores guionistas, críticos y directores que respondían a la izquierda ideológica. 

Del libro del que hablo en cuestión, El amante de la China del norte responde a la misma historia que ya contara Marguerite Duras en El amante, una obra que fue premio Goncourt en 1984. Una obra que fue un auténtico best seller mundial con más de 1,6 millones de ejemplares vendidos sólo en Francia. 

Octavi Martí en El País dice sobre la presencia de los dos libros "Entre los dos Amantes de Duras existe una relación que nunca se había dado públicamente en la obra de un autor: el segundo libro existe por razones estrictamente literarias, para desafiar el tabú de la repetición, porque la escritora desea transgredir esa norma no escrita que prohibe que ese mismo libro del que hablábamos antes realmente sea el mismo, con las pequeñas variaciones de un estilo que se complace precisamente en la repetición, en ir descosiendo las costuras de las frases y del sentido, en convertirse en un texto de apariencia errática y distraída". 

Y le doy la razón en esta segundo entrega la redacción y el lenguaje parece errático e ido. En este caso de hecho justifica el por qué volver con una historia de amantes: "Cuando, en 1990, supe que el amante chino de El amante había muerto hacía ya muchos años abandoné el trabajo que estaba haciendo. Escribí la historia del amante de la China del Norte y de la niña. (…) Escribí este libro en la enloquecida felicidad de escribirlo. Permanecí un año en esta novela, encerrada en aquel año de amor entre el chino y la niña" 

El amante de la China del Norte fue publicada en España a finales de octubre de 1991 por Tusquets, aunque la versión que he leído es la de , publicada por RBA en la colección narrativa actual en 1992. 

La obra ha sido fue traducida por la propia editora, Beatriz de Moura. Ella fue la que señaló "Me llegó el original este verano y me entusiasmó tanto que decidí traducirla. Me animé a ello porque me encantó. Fue una de las maneras más agradables de pasar unas vacaciones de lluvia". 

La historia que nos cuenta es terrible. Es una historia de pederastia en la que está presente la pobreza, casi la prostitución, las diferencias culturales entre el mundo asiático y el occidental, la necesidad y la admiración de una adolescente, una quinceañera, ante su amante. Pero es más que eso es una descripción de una compleja familia: la de Thanh, el honrado y honesto huérfano de las montañas de Siam al que le da dinero del chico para que busque su familia, o del adorado hermano pequeño, Paulo, el niño «diferente» al que protege de su hermano y con el que tiene finalmente una relación incestuosa, o de una madre, ligeramente ida, o de Hélène Lagonelle, su compañera rica de la pensión Lyautey, con su amistad «rara»apunta cercana al deseo lésbico, o de Pierre, el terrible hermano mayor que tiene deudas por consumo de drogas (el opio). 

Un libro que se había prometido escribir desde el mismo momento en que su aventura estaba sucediendo en aquella “garconnier”. Nos habla de los que yo conocí, aunque no lo son "petits blancs", los blanco coloniales que fracasan y condenan al fracaso a sus descendientes. 

Es el casi de la madre de la protagonista, Anne-Marie Stretter, enloquecida, empobrecida, estafada que levanta su dique contra el océano, que condena a su pobre hija a un amor escandaloso. y que acepta el dinero que le ofrece el Chino, hijo de un comerciante y con un matrimonio de conveniencia, como si fuera algo natural comprar la deshonra de su hija. 

Duras nacida en Indochina en 1914, de padres franceses, quería imaginar y revivir su pasión de niña, su aventura terrible de escolar blanca y pobre, de 14 años, con un amante chino, millonario, de 27. Su relación con el Chino además de darle placer, le da poder Los recuerdos de ese amor o esa pasión desenfrenada son el motor de la novela. Es más la propia escritora dijo en alguna ocasión que "ser escritor es insostenible porque la vida está en otra parte. ¿Por qué empeñarse en ese doble de la vida que es la escritura?", le preguntaba Duras a Bernard Pivot-, de un motor que utiliza como combustible el deseo de venganza: "De entrada, se escribe para vengarse. Todo el mundo lo hace, aunque luego haya un proceso detrás que te aleja de ese objetivo. Pero el móvil más poderoso y habitual para escribir es el arreglo de cuentas". 

El amante puede leerse, pues, como el resultado de la ira de Duras contra su madre y contra su pasado, como esas ganas insostenibles de sacar a la luz unos trapos sucios. 

El Amante la China del norte, vuelve a ser un escrito contra la pobreza, contra su madre, contra su pasado , pero también para recrear lo que sintió y recordó de aquella relación con el asiático lleno de placer, amor, pleno de sentidos. En esta segunda historia del Amante Marguerite Duras, que murió en París en 1996, tiene como objetivo "el cine de los millones, esos señores para los que hice tres guiones de El amante". 

También fue un libro contra el realizador francés Jean-Jacques Annaud que hizo su adaptación de la novela El amante, una adaptación que no fue para nada del agrado de Marguerite Duras. Una obra que costó 150 millones de francos (casi 3.000 millones de pesetas) y cuya versión original está en inglés. 

Contra esa película, es contra lo que escribió El amante de la China del norte, un libro cuyo primer título era Le cinema de 'L'amant'. De hecho en muchas páginas hay directrices, instrucciones, de como presentar la escena: “Es un libro, es una película, es de noche.” o “En caso de película, este detalle se reproduciría cada noche cuando volviera la niña…” o “Es el inicio de la historia. La niña todavía no lo sabe”. Puede que por eso el libro está lleno de frases cortas, descriptivas, reiterativas, poco desarrolladas. 

A Marguerite Duras el éxito le llegó como escritora, pero en esta obra da directrices cinematográficas para envolver una historia de sexo, escandalosa por el carácter pederasta que describe, de una niña tratando de escapar de su destino, pobre , pero carnal y no tanto por la la tristeza y a la rabia que sintió hacia su madre. 

Y todo ello tras retornar a su Francia de origen en 1932 instalándose en la Rivière Gauche de su París, para estudiar derecho, matemáticas y ciencias políticas. En 1943 publicará su primera obra, La impudicia, a la que seguirían mientras aumenta su capacidad con la bebida más de veinte novelas, guiones cinematográficos y textos dramáticos. Entre ellos, Moderato cantabile, El vicecónsul, El arrebato de Lol V. Stein, Los ojos azules pelo negro, Emily L., Los caballitos de Tarquinia, El amor, El hombre sentado en el pasillo, El mal de la muerte y El amante Destruir, dice, El amante de la China del Norte y Un dique contra el Pacífico.

Un libro muy duro, pero muy recomendable.