martes, 22 de diciembre de 2015

La invención de Morel


Cuando iba a buscar una imagen de Giorgio de Chirico para ilustrar esta entrada referida a la obra más valorada del argentino Adolfo Bioy Casares escrita en 1940 y que lleva por título La invención de Morel me he encontrado con un artículo en el Huffington Post. Dicho artículo se titula así Para entender 'La invención de Morel' (en el centenario de Bioy Casares) escrito por David Felipe Arranz , filólogo, periodista y profesor asociado de Periodismo en la Universidad Carlos III de Madrid. Creo que debería de haberlo leído antes, pues a pesar de estamos ante una historia compleja, lo relata con una prosa fácil. Además ayuda el hecho de ser un libro corto, eso sí, con un buen aval, pues ya en el prólogo firmado por Claro Obligado se nos informa sobre las claves del mismo, lo cierto es que terminas algo menos desorientado que cuando empezaste.


Se trata probablemente de su obra más famosa, aunque yo había leído con anterioridad, Una muñeca rusa, y una obra reconocida en su prólogo por una pluma amiga, Jorge Luis Borges , quien comenta que su trama que no le parece «una imprecisión o una hipérbole calificarla de perfecta». 

Aquí tenéis un largo resumen de la obra, difícil de asimilar. El protagonista es un fugitivo anónimo que comienza un diario, mientras unos turistas llegan a la isla desierta en la cual él se esconde. Aunque él considera esta presencia un milagro, tiene temor de que ellos lo puedan atrapar y entregarlo a las autoridades. 

Se refugia en los pantanos cuando ellos ocupan el museo que se encuentra en la cima de la colina, que era el sitio en el cual él vivió hasta entonces. A través del diario descubrimos que el fugitivo es un escritor venezolano sentenciado a reclusión perpetua. 

Él cree que se encuentra en una isla, en Villings. Todo lo que sabe a ciencia cierta es que en la isla existe una extraña enfermedad cuyos síntomas son similares a los del envenenamiento por radiación. Entre los turistas se encuentra una mujer, Faustine, que observa el atardecer todos los días desde el acantilado en el oeste de la isla. Él la espía y termina enamorándose de ella. Ella y otro hombre, un científico barbado llamado Morel quien la visita con frecuencia, y con la que hablan en francés. 

El fugitivo decide tomar contacto con ella, pero ella no reacciona ante su presencia. Él supone que ella ha decidido ignorarlo, pero sus encuentros con los otros turistas son similares. Nadie en la isla se da cuenta de su presencia. El fugitivo se da cuenta que todas conversaciones entre Faustine y Morel se repiten semana tras semana y tiene miedo de estar volviéndose loco. 

De forma tan repentina como aparecieron los turistas desaparecen. El fugitivo regresa al museo e investiga y no encuentra evidencia de que allí hayan vivido personas durante su ausencia. Atribuye toda la experiencia a una alucinación producida por envenenamiento de la comida, pero los turistas reaparecen esa noche. Ellos surgen de la nada, sin embargo, conversan como si hubieran estado allí todo el tiempo. Los observa desde cerca pero todavía evita tener un contacto directo y nota otras cosas extrañas. 

En el acuario encuentra copias idénticas de los peces muertos que había encontrado el día de su llegada. Durante un día en la piscina, ve a los turistas meterse en un agua verde y llena de cieno. Ve en el cielo la presencia de dos soles y dos lunas. El fugitivo imagina toda tipo de  teorías sobre lo que está pasando en la isla, pero averigua la verdad cuando Morel le cuenta a los turistas que ha estado grabando sus acciones de la semana pasada con una máquina de su invención que es capaz de reproducir la realidad. 

Afirma que la grabación va a capturar sus almas y que reproduciéndola van a revivir esa semana para siempre y que él pasará la eternidad con la mujer que ama. Aunque Morel no la nombra, el fugitivo está seguro de que está hablando de Faustine. Después de escuchar que las personas grabadas en experimentos previos están muertas, uno de los turistas especula que ellos también van a morir. 

El fugitivo recoge las notas de Morel y se entera de que la máquina se mantiene en funcionamiento porque el viento y las mareas la alimentan con energía cinética inagotable. Deduce entonces sabe que todo es irreal — uno es el sol real y el otro representa la posición del sol en el momento de la grabación. Las otras cosas extrañas que han ocurrido en la isla tienen una explicación similar. 

El fugitivo imagina todos los posibles usos para la invención de Morel, incluyendo la creación de un segundo modelo para resucitar personas. A pesar de esto, siente repulsión por el «nuevo tipo de fotografías» que habitan la isla, pero con el pasar del tiempo acepta su existencia como mejor que la suya propia. Aprende a operar la máquina y se incluye a a sí mismo en la grabación para que parezca que él y Faustine están enamorados. Tiene confianza en que no importará en la eternidad que pasarán juntos. Por lo menos está seguro de ella no es la amante de Morel. 

En la entrada final del diario, el fugitivo describe cómo espera que su alma se transfiera a la grabación mientras muere. Le pide un favor al hombre que invente una máquina capaz de fusionar almas basada en la invención de Morel. Quiere que el inventor los busque y lo deje entrar en la conciencia de Faustine como un acto de clemencia: «Búsquenos a Faustine y a mí, hágame entrar en el cielo de la conciencia de Faustine. Será un acto piadoso» 

No puedo decir que me haya gustado con locura el libro, aunque reconozco que me ha resultado interesante , pues hasta que no se ha presentado la idea de la realidad virtual, me iban surgiendo dudas e intentaba dar soluciones. Supongo que el valor de la obra consiste en hablar de algo hoy cotidiano, pero en 1940 tuvo que ser un disparate: un mundo de realidad virtual. Pero ¿ quién se creía este argentino? se habrán cuestionados muchos escritores en esos años. Posiblemente estemos ante un visionario que utiliza la ciencia ficción para hablarnos del amor, - a veces, desde lo absurdo-, de la soledad, de la inmortalidad y de la falsa realidad. 

Hoy , desde luego, ya no nos sorprende. La realidad virtual es consustancial a este siglo XXI, y simplemente esta obra se adelantó a su tiempo, de tal manera que hay que valorarla más como hallazgo literario, más que por el peso de su prosa o la historia en sí. También entiendo que es un homenaje a las historias de hombres aislados , tal y como nos relatan tanto Borges, como Obligado, como el mismo auot. Y termino como empecé. A mí me ha ido remitiendo continuamente a la obra de Chirico, a esa pintura metafísica que únicamente plantea preguntas trascendentales, aunque no da soluciones. Es una obra que hay que leer por lo que supuso, no lo que es. Al menos, eso creo. Una recomendación, leed antes el artículo de David F. Arranz y la valoraréis más. Un saludo.


viernes, 11 de diciembre de 2015

Rambam, la historia de un yehudim


Decir yehudim, es decir, pueblo judío o israelistas que no sólo vivían en el Próximo Oriente o en el Levante mediterráneo, sino también de aquellos que vivieron en Roma, la comunidad más antigua judia existente en el occidente europeo o en Sefarad.

De entre estos yehudim del mundo occidental hay uno que destacó con luz propia. Curiosamente paisano mío y que respondía al nombre de Moshé ben Maimón o Musa ibn Maymun o Moisés Ben Maimónides, más conocido por  su último nombre Maimónides, pero conocido por la comunidad sefardí y la comunidad hebraica mundial con el nombre de Rambam. Estamos hablando con uno de los grandes entre los grandes de esta comunidad, tan grande que está en la segunda posición en la comunidad israelí que su papel en lo teológico estaría un pelín por debajo del primer Moisés. De hecho se protagonismo responde a la frase de  "De Moisés a Moisés no hubo otro Moisés". 

Rambam o Moshé ben Maimón o Musa ibn Maymun o Moisés Ben Maimónides, o como era conocido entre los mozárabes como Rabí Moisés el Egipcio nacido en la víspera de la Pascua judía en nuestra ciudad el 30 de marzo de 1138, en el seno de una familia de jueces rabínicos de gran tradición en el gobierno de la ciudad, aunque no sólo respondía su perfil al de persona de familia acomodada, pues parece ser que también había en él parte una parte humilde - su madre era hija de un carnicero-.

Su padre se formó en Lucena , una de las ciudades o koras con mayor población judía de al-Ándalus, en el Talmud y en las matemáticas. Se estará formando en ese ambiente culto y selecto en los estudios bíblicos y talmúdicos hasta que la tolerancia hacia la comunidad sefardí se truncó con la llegada de los almohades en 1145.

Se iniciaba así una diáspora que le llevará a Almería, coincidiendo curiosamente en la localidad con mi querido Averroes, su maestro,  al que le dio cobijo en su casa hasta trasladarse en 1160 con sus hijos a Fez.. No sabía que había iniciado un viaje sin retorno fuera de Sefarad.

Después el camino tomado le llevará a Fez, donde este cordobés errante se hizo pasar por musulmán. En Fez en su manifestación pública estudia árabe, matemáticas y poesía; mientras en el hogar empieza a profundizar en el Talmud y en la Torah o Torá. Es en estos momentos cuando le surge la opción de escribir sus obras tanto en hebreo como en árabe, en una prosa que se caracteriza sobre todo por la sistematización y la claridad expositiva.

En 1165 la aparente tranquilidad en la sagrada ciudad marroquí se quiebra y el rabino de Fez es encarcelado, condenado y ejecutado.

Tras este horror decide marchar al Próximo Oriente buscando protección en la ciudad de Acre. En 1168, con 33 años marcha a Egipto. Allí , bajo la protección del califato fatimí, algo más tolerante para su comunidad, puede dedicarse a la filosofía a la filosofía y a la astronomía, aprovechando que su hermano David se dedica a un próspero negocio mercantil de comercio con joyas mientras están asentados en la norteña Alejandría. Pero el naufragio de David y su fallecimiento con el de gran parte de la familia, supone el naufragio real - y psíquico para un sensible pensador-, quedando postrado en la cama y entregado a las lectura de Aristótles, Avicena y otros pensadores.

Tras una convalecencia decide estudiar medicina y se traslada a Fustat, el antiguo El Cairo. Allí alcanza rango de jefe de la comunidad, Rabino principal, dada su autoridad moral y científica.

Es en esa ciudad en la que escribe el "Mishné Torá", libro en el se dedicará a codificar las leyes de la Torah y lo hizo de una manera simple y comprensible por medio de sus 14 libros en los que compila toda la legislación de la comunidad judía.

Este mismo prestigio en lo espiritual, le lleva a incorporase a la corte del sultán Saladino, convirtiéndose en médico de cámara del visir al Fadl, hijo mayor de Saladino. Fue procesado por apóstata,pero tuvo la suerte de que un amigo le ayudase durante el proceso y le absolviesen. Maimónides, según Serafín Fanjul, un negacionista de la convivencia medieval de Al Andalus, llegó a criticar abiertamente en su epístola a los judíos de Yemen al islam y a los cristianos..

Desde ese momento su fama y autoridad como médico y pensador crece día a día. La muerte le sorprende en la ciudad egipcia en el 1204. Sus restos fueron trasladados al lago Tiberiades, junto al mar de Galilea.

Así terminaba su vida el sabio, pensador, médico, rabino, teólogo y filósofo, que dejó una huella imborrable en el conocimiento científico y religioso por su fuerte oposición al misticismo de los cabalistas.

En sus obras se muestra el esfuerzo por armonizar fe y razón, religión y filosofía. Se le considera la mayor figura posbíblica del judaismo, haciendo en este caso honor al proverbio antes mencionado de "De Moisés a Moisés no hubo otro Moisés".

Defiende lo que no pudo ver en sus últimos días en la ciudad de Córdoba, su Qurtba natal: la tolerancia, el esfuerzo y la dedicación, el entusiasmo aun en tiempos difíciles, el valor de las creencias y la generosidad en compartir conocimientos. Todos estos valores que están presentes en su obra y como médico se le atribuyen milagros que le elevan al nivel de santo para su comunidad, además de ser un sabio juez y irrepetible rabino.

En Egipto, donde muere anhelando volver a su ciudad natal, es su espíritu el que nos lleva de nuevo a la judería Cordobesa donde aparece el espíritu de Maimónides para ayudar, sólo a aquellas personas que necesiten de sus sabios consejos.

En su juventud escribió poesías religiosas y una epístola en árabe. Sobre sus conocimientos en medicina escribió un buen número de tratados, como el que dedicó al sultán Saladino, el Tratado sobre los venenos y sus antídotos el año 1199, al hijo del sultán, Al-Fadl, la Guía de la buena salud (1198) y la Explicación de las alteraciones (1200).

Como autor de obras filosóficas de gran peso en el pensamiento medieval destacan las escritas durante los últimos años de su vida, como el Tratado sobre la resurrección de los muertos (1191). La Guía de perplejos (1190), incorrectamente llamada Guía de los descarriados, una obra dedicada a la élite, pues eran los que deberían dudar de todo, y que es la clave de su pensamiento filosófico y ejerció una fuerte influencia en círculos tanto judíos como cristianos y sobre todo escolásticos.

En la Guía de perplejos se encuentra todo su pensamiento filosófico. Maimónides distingue tres grupos de seres creados: los minerales, las plantas y los seres vivos (incluyendo al hombre), compuestos de materia y forma perecederas; las esferas y las estrellas, en las cuales la forma es permanente y los seres dotados de forma, pero sin materia, como son los ángeles.

Admite la creación como un acto conforme a la esencia divina, el cual abarca todos los seres, no tiene otro fin que a sí mismo y por lo tanto su duración es ilimitada. Dice probar la existencia de Dios a partir de argumentos aristotélicos, y afirma su unidad e incorporeidad.

El profesor Mario Javier Sabán, presidente de Tarbut Sefarad, dictó en la Universidad Hebraica de México una serie de conferencias en las que hablaba de los aspectos importantes de la obra de Rambam. Estos son la resurrección de los muertos, la profecías - la profecía de Moshé es superior a todas las profecías, superior a la Abraham, Isaac y Jacob- por ser profecía legislativa, y el entendimiento, que es lo que nos diferencia de los animales, de ahí el papel de la religión, ejercer la religión sin entendimiento es hacerlo en forma animal. El que más duda por lo tanto es el más sabio.

Rambam pone en duda la liturgia por ser cambiante y por ser la cascara de la fe y, además puede seguir evolucionando.

El alma es una en esencia, pero tiene cinco facultades: la fuerza vital, los sentidos, la imaginación, el apetito (pasiones y voluntad) y la razón (libertad y entendimiento). El entendimiento es la facultad que caracteriza al hombre, pero las demás le son comunes con la mayor parte de los animales. Éste puede ser pasivo (entendimiento material que sufre la acción de la vida orgánica, es inseparable del cuerpo e individual) o activo (adquirido o comunicado, separado del cuerpo).

Habla del estado profético, constituido por una iluminación superior a lo que cada uno puede aspirar que produce el máximum de ciencia y dicha, entendiendo la profecía como una emanación de Dios que se extiende por medio del intelecto a la facultad racional y después sobre la facultad imaginativa.

Maimónides llega a la conclusión de que el hombre es libre y la libertad es una función de la inteligencia, y este intelecto, como forma del alma humana, es inmortal porque no necesita del alma para sus operaciones, sino que entiende separado absolutamente del cuerpo. El hombre es libre y esta libertad, actuando como tal, puede por sus solas fuerzas realizar el bien desinteresadamente.

La resurrección de los cuerpos se debe a la fe pero la razón no la puede demostrar aunque tampoco negar y la admite como un milagro compatible con la creación.

El entendimiento constituye el verdadero fondo de nuestro ser, la parte inmortal del hombre y por eso el hombre debe encaminar todos sus actos a obtener la perfección suprema de esta facultad mediante el conocimiento de Dios; conocer y amar a Dios es el fin último de la vida.

Maimónides o Rambam opta por establecer una conciliación entre la fe y la razón dirigida a quienes vacilan entre las enseñanzas de la religión judía y las doctrinas de la filosofía aristotélica, demostrando que no hay contradicción en los puntos en que fe y razón parecen oponerse. Defendía que era posible la conciliación entre el sentido literal de las escrituras y las verdades racionales, acudiendo a la interpretación alegórica en casos de conflicto. Esto le hizo granjearse problema con un grupo de musulmanes que pretendían una lectura literal del Corán, los mutallajim— que lo tacharon de racionalista.

Pero su valor está en las obras de tema rabínico (talmúdico) especialmente de dos: un comentario en árabe de la Mishná, El Luminar (1168), también titulado Libro de la elucidación, y la Segunda ley o Repetición de la ley o "Mishé Torá" del año 1180, que constituye su obra magna y consiste en una amplia y minuciosa recopilación por materias de todas las leyes y normas religiosas y jurídicas de la vida judía (es decir, del Talmud). Estas obras tuvieron mucha fama y le otorgaron numerosos discípulos.

Por eso, hoy Rambam es venerado, es considerado un grande, aunque desde su Qurtba se le viese como un falso creyente en su momento, y, hoy, y probablemente sea lo peor, se le ignora.Con motivo de prepararme para ver la obra de Miguel Ángel Entrenas "Averroes y Mimónides: Luz de Al Andalus" he escrito esto para tener presente a uno de los protagonistas.   Un saludo.


sábado, 5 de diciembre de 2015

Volavérunt



Desde la lectura del prólogo firmado por Cuca Canals tenía ya un intenso interés por leerla, ya que desconocía que la misma versaba sbre Goya y Godoy, como los dos protagonistas presentes en todo momento, y una larga lista de ausentes - y , sin embargo, presentes igualmente- como la fallecida Duquesa de Alba, el Príncipe de Asurias más deseado e indeseable de la historia de España, así como sus primos cercanos Don Luis de Borbón y María Teresa, mujer del Príncipe de la Paz. Con todos estos personajes tan presentes como ausentes  Antonio Larreta compuso su Volavérunt que, a la postre, sería la obra ganadora en 1980 del Premio Planeta. 

Tristemente el director teatral, actor y escritor uruguayo Antonio "Taco" Larreta fallecía en es este tórrido verano septentrional, en agosto en concreto, cuando en Montevideo natal se desarrollaba un intenso invierno. El escritor fallecía a los 92 años tras una larga enfermedad y , lo que para mi ha sido una auténtica sorpresa se trataba de un grandioso adaptador de guiones, siendo el responsable del guión de La casa de Bernarda Alba  Los santos inocentes de Mario Camus o Las cosas del querer de Jaime Chavarri , o el gui´n de 'El maestro de esgrima" de Arturo Pérez Reverte escrito junto a Francisco Orada y Pedro Olea, por lo que en 1992 obtuvo el Premio Goya al mejor guión adaptado . Pero sobre todas las cosas, fue el creador , nada más y nada menos, que del bandolero más grande de tdos los tiemps: Currro Jiménez.

Gualberto José Antonio "Taco" Rodríguez Larreta, murió en su casa de la capital uruguaya, donde vivía con sus hermanas. 

Se etapa más prolífica en lo televisivo y cinematográfico cincide cn su desgracia política, pues España para él era su lugar de exilio durante la dictadura cívico militar uruguaya (1973-1985). También en España trabajó para  Antonio Giménez Rico, Pilar Miró o Antonio del Real. Pero su recorrido vital y profsional lo llevará también por Francias e Italia, trabajando aquí como ayudante de de Giorgo Strehler en el Piccolo Teatro de Milán en 1955. A principios de la década de 1960 concertó una temporada de teatro en España con la obra de Lope de Vega 'Porfiar hasta morir', que fue galardonada con el Premio Larra por su puesta en escena.

En el momento de su muerte, insisto a los 92 años, preparaba para  la Comedia Nacional de Montevideo, una de sus muchas casas, pues fue su director, el estreno de un espectáculo  sobre mujeres uruguayas.

Margarita Mosto , la actual directora de la Comedia Nacional de Uruguay, comentó que su muerte supuso para Uruguay una gran pérdida, declarando que "Era una persona muy querida y generosa. Además de su enorme talento como artista, era un ser humano increíble, comprometido con todo lo que pasó en este país. Fue una de las figuras más importantes del siglo XX a nivel cultural. Trascendió el teatro para convertirse en una figura de la cultura del país".  


Sin embargo, lo que posiblemente le dió mayor   reconocimiento público fue su novela 'Volavérunt', basada en el pintor Francisco de Goya, fue galardonada con el Premio Planeta en el año 1980.  Volavérunt es , realmente, un grabado de la serie Los Caprichos de Francisco de Goya. Está numerado con el número 61 en la serie de 80 estampas. Se publicó en 1799. Y sobre el mismo existen varios manuscritos contemporáneos que explican las láminas de los Caprichos. El que se encuentra en el Museo del Prado se tiene como autógrafo de Goya, pero desorienta más que orienta . Otros dos, el que perteneció al escritor Francisco de Ayala y el que se encuentra en la Biblioteca Nacional, realzan la parte más escabrosa de las láminas. 

Según el manuscrito del Museo del Prado estamos ante un grupo de brujas que sirve de peana a la petimetra, más que necesidad, es adorno. Hay cabezas tan llenas de gas inflamable, que no necesitan para volar ni globo, ni brujas. 

Para el manuscrito de Ayala la protagonista es La Duquesa de Alba acompañada de tres toreros que la levantan de cascos.

Para el manuscrito de la Biblioteca Nacional igualmente son tres toreros que levantan de cascos a la Duquesa de Alba, que pierde al fin la chaveta por su veleidad. 

Para Tato Larrea era indudablemente la Duquesa de Alba volando con mariposas en la cabeza y monstruos a sus pies.  

Curiosamente el narrador no forzado de la historia Godoy lamenta no disponer de esta imagen que sale a relucir en diversas ocasiones durante la narración, eso le impide darnos su opinión sobre la misma. 
La historia se presenta como una narración en la que una persona anónima encuentra un relato del primer ministro Manuel Godoy, que trata sobre la misteriosa muerte en 1802, de la duquesa de Alba, la más rica y liberada mujer de sus tiempos, la cual había ofrecido la noche anterior a su muerte una gala para inaugurar su nuevo palacio, el Palacio de Buenavista. 

La asistencia había sido extraordinaria: el primer ministro Manuel Godoy, el pintor Goya y Pepita Tudó, amante de Godoy y modelo de Goya de su cuadro más famoso La maja desnuda. A la mañana siguiente, la duquesa de Alba aparece muerta en su cama en misteriosas circunstancias. Pero, a cambio, nos permite transitar por la Corte de Carlos IV, las intrigas entre los que apoyan a Godoy, y los que están, la camarilla - Escoíquiz a la cabeza-, con Fernando VII , la de Alba que se mueve entre unos y otros, y lo curioso es que lo hace presentándonos una historia de suspense, un thriller, mediante pequeñas teselas que, al final, te permiten reconocer a los protagonistas del mosaico y a los responsables / culpables de esta entramada historia. 

La obra tiene todas las virtudes para que te guste. Es corta, está magníficamente bien escrita, se documenta de manera magistral y las anotaciones la hacen muy creíbles. Al final y por encima de lo estético o pictórico Volavérunt es, ante todo, una novela de suspense ambientada a comienzos del siglo XIX, en la que un ya en decadencia Manuel de Godoy recuerda desde su exilio en Italia, cuarenta y seis años dspués, la  historia de la muerte de la Duquesa de Alba. 

Para terminar comentaré que la persona que realiza el prólogo María Fernanda Canals de Campos, Cuca Canals, escritora, pintora y guionista fue la encargada de guionizar Volavérunt al cine en el año 1999, mediante la dirección de Bigas Luna, con quien ya había colaborado en Jamón, jamón, Huevos de oro, La teta y la luna o La camarera del Titanic. Es curioso , 200 años separan el Capricho de Goya y el Capricho de Bigas luna, pero eso es ya otra historia, en la que por cierto Godoy comenta que ha olvidado el latín que aprendió y ya no recuertda que significa Volavérunt, pues yo se lo recordaré: Volaron, como todos los protagonistas de la historia, el propio Tato Larrea y el mismísimo Bigas Luna. Han volado todos.