domingo, 29 de diciembre de 2013

Sí hay cuarto bueno


Con esta entrada pongo fin por este año a este blog que surgió como reflexión personal y que , por circunstancias de la vida, se ha convertido en mi rincón literario y poco más. Y lo hago comentando la cuarta entrega que tiene al detective Dave Gurney como protagonista estelar y la firma de John Verdon. Este tercer que lleva el título de No confíes en Peter Pan libro me ha gustado bastante más que el tercero.En este caso el siempre correcto detective y su deuterprotagonista,Jack Hardwick, han de enfrentarse a un asesino sin escrúpulos y altamente trastornado. Lo que es una historia que se inicia con lo  que pudiera ser un error policial y consentido acaba por convertirse en un cacería en la que presas y cazador se buscan y , finalmente se encuentran. Como es habitual en la obra de John Verdon  la acción se desarrolla en la zona rural de los Catskill, al norte del estado de Nueva York. Un lugar profundo, difícil de imaginar cuando nuestra referencia siempre de ese estado es "la gran manzana ".
Su argumento podría resumirse reproduciendo las palabras con las que el detective Hardwick intenta venderle el caso al sagaz inspector Gurney, conocido del lector: “El caso Spalter tiene de todo: horror, odio, mafiosos, locura, política, dinero a carretadas, mentiras al por mayor y tal vez unas gotas de incesto. ¡Qué coño, te va a encantar!”. En este caso es Hardwick, establecido como detective privado, que pide ayuda a Gurney para la resolución de su primer caso: la apelación de la condena a cadena perpetua de Kay Spalter. La infiel mujer fue acusada de matar a su marido, Carl Spalter, un próspero empresario que pensaba entrar en política. Le disparó a la cabeza durante el funeral de su propia madre. Pero el detective privado no es que crea, sino sabe, que todo es una farsa, una trampa. Y Gurney es el hombre indicado para desmontarla. Como ocurre en todos sus casos nada es lo que parece en el caso.  Pronto se verán enfrentado a un policía corrupto que manipuló pruebas, a un jefe mafioso y a un misterioso asesino que mata por encargo: Peter Panikos, Peter Pan, un hombre menudo y diabólico, con un insaciable apetito por el asesinato, un tipo inquietante del que muy poca gente sabe nada. Y los que podrían saberlo, están sospechosamente muertos.

Es un buen libro, lo reconozco, la trama está bien engarzada, aunque como tengo derecho a criticar creo que Verdon deja de lado algunas subtramas, o historias interesantes como la de Kay, la viuda encarcelada, o la de Alissa, la joven pendón, que objetivamente es así porque ha de ser así. Entre las virtudes del libro de Verdon está el del buen ritmo de lo novelado, así como la caracterización de personajes, que en sus discursos se van definiendo con toda claridad.
Me ha gustado especialmente la trama central y colateral con los lazos con la desconocida mafia griega y sus vinculos con ese siniestro personaje que asume Peter Pan. Y lo que menos, como viene siendo habitual el papel de la mujer, ahora emperrada en criar gallinas y  ese final exageradamente sangriento, tan desmedido que no es coherente con el resto del libro, que como casi siempre desborda medida y casi serenidad, especialmente en el caso de la insufrible mujer de Dave. En buen libro, que me ha gustado más que el tercero, y con el que pongo fin a este año literario que no ha sido todo lo productivo que yo hubiese deseado. Un saludo.

viernes, 6 de diciembre de 2013

Free Nelson Mandela !

Mandela, Madiba, daba igual su nombre retumbaba en nuestras cabezas como la de otros luchadores , que pudimos conocer en esa década de los ochenta - por ejemplo, Stephen Biko-. Anoche leí que había muerto este luchador que fue libre, incluso cuando estuvo preso - nada más y nada menos que durante 27 años- . Siempre que pienso en él recuerdo aquel grandioso concierto de Wembey que se retransmitió en directo - por la 2-.  Una maravilla de concierto y , pienso, que de persona. Free Nelson Mandela!. Hoy su muerte era treding topic en twitter. 

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Naufragio en un tren


Un viaje a Asturias en tren da para mucho. Especialmente largo es el tramo de Oviedo a Madrid y viceversa. Sobre todo cuando ya regresas de hacer lo que debías de hacer. Ante eso la lectura es obligada. Y la elegida fue la escrita y recién terminada por parte de un amigo: Tristán Martín Arqueros. 

Se trata de su primera obra, una novela corta. La obra de este novel escritor almeriense se titula Naufragio, y está publicada por la editorial Libros.com, editorial que busca financiación entre lectores y amigos para que éstos puedan publicar. 

El nombre de la misma, Naufragio, recrea eso. Encubre una historia cruzada en la que la protagonista, Isabel, una mujer, va pasando por toda una serie de etapas vitales como mujer, como esposa , como madre. Estas etapas van desde el desencanto y la atonía vital hasta ¿la esperanza? o, más bien, la resignación. Mientras todo su mundo naufraga, vamos descubriendo todo lo que le rodea y a todos los que le acompañan. Personajes que vibran - aunque poco- y que transmiten más silencios y sombras que sonido y vida. 
Una obra bien escrita, buena para ser la obra de un autor novel, con buenas descripciones de espacios y personajes, un uso brillante del lenguaje escrito y una buena adaptación de lo que es el habla local, y que, curiosamente, está financiadas por personas que gustan de la literatura, de la amistad, de la lectura, del silencio por escrito, de la soledad sonora. Un saludo

lunes, 4 de noviembre de 2013

Esta semana he puesto fin a una historia y he abierto otras dos. La que he terminado se vincula al premio Nobel de Literatura del año 1988, que lejos queda aquella. Se de este señor que murió en 2006 y que era relativamente frecuente verlo en el Café Luxor de la capital cariota hasta que sufrió un criminal atentado que lo alejó de su espacio en los últimos años de su vida. Era un gran fabulador y un magnífico literato y el más importante e influyente en lengua árabe.

Ramón Sánchez Lizarralde  en la colección que publicó con el título de Millenium en 1999 “El Mundo” dentro de su décimo aniversario, nos comenta que Naguib Mahfuz concibió esta novela de 1944 como un relato de la historia de Egipto, pero planteada desde la realidad contemporánea. Por eso este relato que nos acerca al fin del segundo periodo intermedio, en el fondo, es un marco para presentarnos la ocupación occidental del territorio egipcio que realizaban las potencias que estaban en guerra en esos años.  

En La batalla de Tebas  el autor nos narra una apasionante historia en la que se cruzan la humillación del oprimido, la prepotencia del invasor, la sed de venganza, el anhelo de libertad y el amor apasionado. En tres momentos o capítulos nos presenta inicialmente la victoria de los hicsos sobre las autoridades del sur de Egipto. En el capítulo siguiente, la estrategia del legítimo heredero. Por último, la gran victoria de los egipcios sobre los extranjeros invasores.

Tras una terrible revuelta del pueblo egipcio contra el invasor, Sekenenre (legítimo emperador egipcio, pero con el cargo de gobernador a merced de Apofis, rey de los hicsos), muere en el campo de batalla tras el ultimátum inaceptable presentado por los hicsos. Su familia se ve obligada a huir a Nubia.

Diez años después, Ahmose- Isfinis en este capítulo- , el joven nieto de Sekenenre logra obtener un salvoconducto de entrada libre en Egipto expedido por el propio Apofis, que lo tiene por un rico comerciante, sin sospechar siquiera que su propósito es reclutar a un ejército para que luche contra los hicsos. Sin embargo, los sentimientos se interponen en los planes políticos de Ahmose cuando conoce a la hija de Apofis. Con todo, su proyecto está por encima de su amor y regresa a Nubia para iniciar la reconquista.

La expedición de toma de territorios será rápida, pero cruel. Además dolorosa para Ahmose por la muerte de su padre Kamose antes de la conquista de Tebas. El triunfo de la capital del sur será sólo el paso previo para la expulsión definitiva de los hicsos de su capital Awaris. Su salida es la de su amor, pero es más gratificante la unidad de Egipto y lel regreso de la familia real a su ciudad sagrada.

Un magnífico  libro el de Mahfuz (El Cairo, 1911-2006) que no se plantea la reconstrucción de la rebelión y guerra de los egipcios contra los hicsos (s. XVI a.C.) con un espíritu arqueológico, sino situando en un primer plano a sus protagonistas, mostrando sus sentimientos y el ambiente espiritual de una época, y probablemente sea este enfoque el que ha convertido La batalla de Tebas en una de las novelas históricas más logradas e intensas del siglo XX. Escrito con un estilo ágil y en subcapítulos cortos, muy cómodos de leer.

La triple corona se completa con el inicio de la segunda temporada de American Horror Story y la tercera The Walking Dead y sus caminantes, de las que hablaré en breve tiempo.

martes, 22 de octubre de 2013

El fracaso del “Plan Aurora”


En los papeles aparece como fecha el 18 de septiembre. A las 17´30 horas. Ese era el día y la hora. Lo cierto es que el libro había sido empezado días antes, no muchos más y lo he acabado pasado un mes. Y es sorprendente, puesto que el mismo podría haber sido terminado en un par de días. Pero esta claro que ya no estamos en verano y que cuando empieza el trabajo se reduce la lectura muchísimo quedando como elemento residual. Y lo cierto es que el libro es interesante. 

Conocía parte de la trama, pues a finales de los ochenta- creo que en 1989- fue llevada al cine. Contaba con Michael Caine y con Pierce Brosnan en los principales papeles. Sin embargo, ahora sé que el libro fue tremendamente modificado por el guionista. Centrándonos en el libro podemos decir que El Cuarto Protocolo es un libro de Frederick Forsyth, autor de Chacal, uno de los grandes clásicos de la novela de intriga o suspense. 

The Fourth Protocol (El cuarto protocolo) fue publicado en Inglaterra en el año 1984. Estamos en los años finales de la guerra fría y de la división del mundo en dos bloques. El libro trata de la amenaza terrorista por parte de los servicios secretos soviéticos en la Inglaterra de Margaret Tharcher. En pleno dominio del mandato de los conservadores británicos, elementos descontrolados de la Unión Soviética encabezados por su máximo dirigente, el Secretario General del PCUS, intentan poner una bomba nuclear cerca de una base aérea americana en el Reino Unido. 
Casualmente, lo que empieza por el robo de un ratero en casa de un aristócrata británico acaban con la participación de los servicios secretos británicos, que alertados por la aparición de unos documentos “Top Secret” no tienen más remedio que encargar a uno de sus agentes , Preston, que descubra a un traidor que actúa dentro de la organización. En este momento , en Gran Bretaña la Thacher está a punto de adelantar las elecciones generales para asegurarse un nuevo mandato y los soviéticos , gracias a un informe del traidor Kim Philby, pretenden con un golpe de efecto lleguen al poder el sector duro del Partido Laborista, dominado por una facción de izquierda. Para ello, el jefe del Kremlin en medio de unos momentos en que se estudia el desarme nuclear envía a un agente secreto a Inglaterra con el propósito de activar una bomba atómica y hacerla estallar antes de las elecciones. Todo ello ante un Kremlin en el que se manifiesta la decadencia de sus líderes, las diferencias entre la sociedad y los miembros del partido y de un Estado como el soviético que se sostiene tocado tras su fracaso en Afganistán. 
Como en otras ocasiones estamos ante un autor, Frederick Forsyth, surgido del periodismo y con conocimientos militares. Tras su paso por la BBC como corresponsal en París y Berlín, así como en el conflicto armado de Biafra, optó por la novela. Por los temas tratados, vinculados con la actualidad, la política y el suspense logró ser autor de éxito sobre éxitos como lo demostró con su primera novela, Chacal (1970), y las siguientes que fueron llegando ( Odessa, Los perros de la guerra, El emperador o El Cuarto Protocolo),  su último gran bestseller. 
El cuarto Protocolo – dice el libro en su página 231- en una conversación entre el profesor Krilov y Karpov, el jefe de la KGB, está vinculado al Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares firmado en 1968 entre las tres potencias militares de la época: Estados Unidos, Gran Bretaña y la URSS. Las tres naciones se comprometían a no llevar a cabo el punto cuarto, el secreto, de ese Tratado, hablaba de la posibilidad de realizar bombas nucleares de gran potencia , pero miniaturizadas y de que pudieran montarse y utilizarse las mismas en uno de estos países con el fin de estallar un nuevo estallido mundial. 
Se trata de una novela que engancha, aunque no exenta de complejidad visible en los vericuetos de los servicios secretos británicos y en la compleja administración soviética. La novela cargada de personajes reales de los ochenta, nos lleva a través de otros ficticios al mundo de la guerra fría, de los bloques, de la pesadilla nuclear. 
Una novela que vista a día de hoy puede resultar algo naïf debido a sus espías, los idealistas- especialmente en el bando comunista- pero que en el momento de su lanzamiento pudo plantear todo tipo de inquietudes y temores. Llama la atención de alguna manera como el autor presiente que algo en la URSS estaba ocurriendo y que, sin dar el toque nacionalista, sí presenta ya la fractura en una administración , la soviética, ya en plena decadencia para el año 1984. 
La historia entretiene, los personajes están bien construidos como Valeri Petrofsky, el agente ilegal que tiene como misión recoger las diversas partes de la bomba sin dejar huellas, o eficaces funcionarios como John Preston o el propio general Karpov, se mezclan con tontos útiles como Berenson, o traidores del establishment británico como Philby y maestros de espías como Sir Nigel Irvine que dan un tono interesante a la novela. Igualmente queda bien resaltado ese mundo en donde la verdad puede ser tan incierta como la naturaleza de uno de sus protagonistas, Marais, el hombre creado de la nada durante la Segunda Guerra Mundial, que casi nos parece inconcebible. Pero todo era posible en los ochenta.

viernes, 18 de octubre de 2013

Encuentro en el Carrefour


Me encontré con él en el Carrefour la Sierra. Tenía prácticamente el mismo aspecto que presentaba cuando era un alumno: alto, bien peinado , con su enorme sonrisa y su fuerte acento cordobés. Amable en el trato y locuaz en su discurso, me comentó que actualmente vivía en Sevilla. Entre lo que hablamos, me relató que, entre otras muchas cosas, su actual actividad profesional como presentador de informativos de una cadena local de Sevilla. Era septiembre de 2012. 
Entre los detalles de su actividad profesional me comentó que había participado como documentalista en la serie Trajano, un documental realizado en parte entre diversas productoras y entre las que participaba canal sur. En el año 2004 ese documental de tres capítulos fue emitido por la 2 de televisión española. 
En el día de ayer tuve la oportunidad de volver ese documental. Durante los mismos conocimos los orígenes hispanos del gran emperador romano, de sus vínculos con el mundo turdetano y del peso de la clase senatorial hispana en la Roma de finales del siglo I. El reportaje pasaba por Siria, la ciudad en la que su padre había sido Gobernador, y por la provincia de Germania, en la que Trajano acabó con el mismo cargo que su padre, consolidando ese territorio para el Imperio. Allí él, como el Imperio dejaron mella en su intento de civilizar y romanizar sus ciudades. Su vínculo con miembros de la familia Flavia le permitiría su asimilación a la familia imperial, y finalmente acceder al trono imperial. 

En el segundo capítulo se centra en dos de los aspectos más destacados de su mandato, el dominio de la Dacia, en una doble fase y con una fuerte resistencia, y el levantamiento de un impresionante foro en la capital imperial. 

Mientras que el tercero va de la labor de consolidación de Trajano en el imperio a través de grandes obras públicas, desde el puerto de Ostia hasta las vías de transporte al sur, en concreto a Brindisi, pasando hasta sus villas de descanso en los alrededores de la capital imperial. 
Por último, los últimos envites expansivos del imperio con el control de la provincia autónoma nabatea que acabará por convertirse en la Provincia de Arabia, terminando con el ascenso al poder de otro hispano, Adriano. Por cierto, explicado magníficamente por esa maravillosa profesora que tuve que responde al nombre de Pilar León, Doña Pilar, como siempre precisa en las descripciones, y unas de las personas más amables y encantadoras en lo personal que encontré durante mi etapa universitaria. 
En definitiva un buen documental - que todavía se puede ver en la web de televisión española- , que se hizo con motivo del 1.950 aniversario del nacimiento de este emperador nacido en Itálica, bien documentado, ágil en su desarrollo y con la duración adecuada para mantener el interés. Felicitar expresamente a Manu Guerrero por su trabajo, el pasado, y el más importante, siempre el presente, ahora en 8tv. También por su blog titulado La vida nos conoce.
Tengo que reconocer la suerte que he tenido por haber participado en la formación educativa de dos buenos periodistas: el señalado Manu Guerrero y mi querida Antonia “Toñi” Ceballos. Los dos tenían algo en común: su inquietud por el saber. ¡Qué buenos alumnos/as eran!

jueves, 17 de octubre de 2013

Los 80

Ayer noche pude ver una serie que me remitía a una década con la que me identifico absolutamente. Se trataba de la serie de explora que trata sobre los ochenta y que en mi caso me llevó de los 15 a los 25 años, nada más y nada menos. En esa franja de edad se puede decir que es el principio de todo. Evidentemente la serie no hablaba de mí, pero sí del contexto en el que se desarrolló parte de mi vida. 
Impresiona ver lo que supuso para la sociedad algunos efectos tecnológicos con los que hoy resultaría prácticamente inconcebible la vida. Estamos hablando de la informática- del spectrum al IBM acabando por Microsotf y Appel- , de la música y sus aparatos de reproducción - de los walkman a los CD´s pasando por los "loros"- , al sintetizador como prototipo de invento e instrumento musical, del video - ese que acabó y de  verdad con la estrella de la radio- , pero también del cubo de Rubik, de Pac man, o de los personajes que han marcado la historia empresarial hasta la actualidad. Llama la atención como los magnates del mundo, algunos vinculados con la informática, Bill Gates o Steve Jobs, o con los medios de comunicación, Ted Turner, se dieron a conocer en esta década. La aparición de la televisión por clave con la CNN o con la MTV en la vanguardia, o el éxito de series con un rico poderoso y malo como protagonista, que tiene como modelo al JR de Dallas, se completa con la llegada al poder de Ronald Reagan y el cambio de mentalidad que dará lugar su llegada en la sociedad norteamericana. 
La música cambiará igualmente con la mezcla entre la música blanca y la negra, que manteniendo el rock a un lado, y a la música disco en el otro, buscará su tercera vía en el hip hop y en los movimientos urbanos. Artistas como Haring tan populares- y ahora tan olvidados- son iconos de la década.Y todo ello enmarcado con música de Queen y de otros muchos que nos impactaron. Hoy cuando me he encontrado con un compañero de trabajo lo primero que me ha comentado es que anoche zapeando descubrió el programa y que no se levnató del sofá hasta que acabó.  
No se si la serie dará mucho de sí, pero lo sí es cierto es que me ha remitido a una época y a un mundo del que yo participé y disfruté y que como ser en evolución pasé de ser un adolescente con acné para creer que se ha transformado en un hombre. En lo personal fue duro, por circunstancias, pero oye ¡Qué década!.

lunes, 23 de septiembre de 2013

La visita de Don Juan



A pesar de que el otoño empezó ayer, hoy es cuando para tengo la sensación de que acabó el verano. Casi siempre el fin de la temporada estival y con ella la de la piscina coincide con el fin de un libro. Este año le ha tocado el honor a un libro del año 1990 firmado por el escritor venezolano Arturo Uslar Prieti.
La obra de la que hablo es “La visita en el tiempo”, una recreación de la vida de uno de los personajes históricos más relevantes de la Monarquía Hispánica: Don Juan de Austria. La versión con la que he disfrutado es la perteneciente a la colección de novela histórica de Salvat, concretamente el volumen 56.

El libro nos lleva inicialmente a la humilde educación de este hijo natural del Emperador Carlos V y Bárbara de Blomberg que pasa su infancia en Leganés bajo el cuidado de Ana Medina, antes de ser llevado – aunque él lo desconozca – ante su padre a Cuacos de Yuste, previa parada en Medina del Campo bajo  el cuidado en esos años en esos de Don Luis de Quijada, mayordomo del Emperador. Tras la murarte de su envejecido padre, tendrá que conocer la realidad negra de una España intolerante, por lo que tendrá que asistir a la brutalidad de un juicio del Santo Oficio y a un Auto de Fe en Valladolid. Es en esta ciudad castellana donde recibe la visita de su hermanastro Felipe II y el reconocimiento público de su linaje.
La historia  de su vida será la historia del reinado de Felipe II, y a través de detalles nos enteraremos de su traslado a la corte madrileña, de su vida junto al heredero Don Carlos, de sus juegos y confidencias con Isabel de Valois, Ana de Mendoza – la Éboli- y unos jóvenes cortesanos destacando entre todos ellos Antonio Pérez.
Desde su juventud se muestra como hombre de acción, pero el exceso de prudencia y , por qué no, de celo de su hermanastro lo relega siempre a un plano inmerecido. Se deseo de combatir lo lleva sin autorización a Barcelona para embarcarse y, únicamente la orden del rey, lo retiene. Cuando la situación se hace difícil especialmente en Granada (frente a los moriscos) y en el Mediterráneo ( frente a los turcos) será el encargado de asumir la responsabilidad. Su éxito en Granada, lo catapultará a encabezar la Liga Santa. La victoria en la bahía griega de Lepanto es su mayor éxito, aunque para Don Juan inconcluso dada la falta de nervio del rey y de los aliados. Las siguientes expediciones en el Mediterráneo son igualmente exitosas como ocurre en la toma de Túnez. Pero el incumplimiento de la orden real de destruir la Goleta frente a la antigua ciudad de Cartago, lo deja en una situación difícil ante el rey. Eso sí, le permitirá ser conocido como el Caballero del León, pero nunca – como hubiese sido su deseo- como el Infante o algo más.

La asunción de la secretaria del Estado por parte de Antonio Pérez nos llevará a los sótanos palaciegos, a la conspiración. La llegada a su lado de Escobedo encauza ligeramente su rumbo político que le llevará finalmente a Flandes como Gobernador, previo paso por Francia disfrazado de morisco. En Flandes tienen un primer y único triste encuentro con su madre Madama Blomberg. Allí la mala política, la militar o sea la de Alba, como la diplomática y pactista – la de Requesens , lo acerca a un mundo que lo aleja de España. La toma de Nemur es su último hito militar, pero también la evidencia de que Felipe II lo quiere lejos o mejor no lo quiere. Lo que no hicieron los rebeldes granadinos, ni los turcos, ni los venecianos, ni los tunecinos, ni los flamenco, lo harán las fiebres. Si en el inicio vemos cómo Don Juan se preguntaba ¿quién era?, al final, en su lecho de muerte, tiene una respuesta: Es él.

Estamos ante un gran libro, una magnífica novela histórica que refleja de manera clara y documentada el reinado de Felipe II, con todas sus oscuridades y sus miserias.    Me ha llamado la atención la perfecta narración y el uso tan preciso y propio de un lenguaje por parte de este escritor hispanoamericano que fue premiado en 1990 con el premio Príncipe de Asturias de las Letras.

lunes, 9 de septiembre de 2013

Final de verano... literario


Con cierto retraso publico esta entrada, pues el libro terminé de leerlo sobre el 4 de septiembre. Este libro llegó a casa como regalo de un buen amigo a mi mujer, pues parte del contenido del mismo tocaba directamente, no tangencialmente, el tema de las Matemáticas. Matemáticos son dos de los principales protagonistas, Martín, un estudiante de matemáticas argentino y Arthur Seldom, un eminente profesor universitario especializado en la lógica matemática, numéricas las pistas o la resolución de una demostración matemáticas, la de Fermat, es el acontecimiento que nos sirve de marco para la conclusión de la historia, la demostración realizada por Andrew Wiles. 
El caso es que mi mujer leyó de inmediato la obra, mientras yo esperé a ver la película que para ese momento sabía que la estaba rodando Alex de la Iglesia y que tenía como protagonistas a Elijah Wood como Martín y a John Hurt como Seldom. Estábamos a inicios del año 2008.

La historia se inicia cuando Martín viaja a Oxford con una beca. Allí se instala en una vivienda alquilada propiedad de Mrs.Eagleton en la cual vive también su nieta, Beth, que la cuida porque está enferma. Pero poco después de su llegada se encuentra con el cadáver de la anciana que lo alojaba, junto con un desafío matemático del asesino. Precisamente ese día conoce al prestigioso matemático Arthur Seldom. 
La investigación llevada por el inspector Petersen. A Seldom le han dejado una nota en su buzón, al parecer del asesino, con un círculo. Se inicia así, paralelamente a la policía, su propia investigación, guiado por su maestro, el eminente lógico, pues Seldom cree que es un asesino que lo conoce y lo está retando a un problema matemático y que el círculo es el primer término de la sucesión. Posteriormente aparece otra nota y otro cadáver procedente de los enfermos crónicos del hospital con el símbolo de un pez. Los médicos creen que ha sido un muerte natural pero ven indicios de una aguja, pues pudiera haberle inyectado un veneno indetectable. A pesar de los dos términos, Seldom se muestra remiso a sacar a la luz la progresión. Más tarde aparece un tercero. La sucesión continúa.

Martín vincula todo esto a la "La hermandad de los pitagóricos" cuyo símbolo, un tetraktys, puede suponer la clave. Entre medias aparecen los juegos de lenguaje de Wittgenstein, el teorema de Gödel y las sectas matemáticas antiguas. 
Los crímenes de Oxford, tal y como se editó en España, es la primera novela que he leído de Guillermo Martínez, un autor premiado en su país, y que consiguió distribuir su libro que originariamente se llamó Crímenes imperceptibles y fue publicada en 2003 .

Estamos ante una novela negra, corta, atractiva en su temática en la que se conjuga la filosofía, matemática hasta la prestidigitación, enmarcándonos la historia en sombríos hospitales ingleses, o en la vida universitaria de Oxford como escenarios de la historia. Atractiva para la lectura y apropiada para un verano de piscina. Ha sido así la última de verano, o casi, pues me espera El Cuarto Protocolo.

De más a menos


El pasado jueves casi dí por concluido mi verano literario y, en parte, digital. Para poner fin al mismo aposté, también, por dar punto y final a la trilogía de John Vernon, aquella que tiene como hilo conductor al detective policial retirado que responde al nombre de David Gurney. Si en la anterior entrada la novela referida fue "No abras los ojos ", y la puse en contacto con la anterior, "Sé lo que estás pensando", ahora damos la puntilla a la trilogía con "Deja en paz al diablo". 
Para empezar diré que es una trilogía que va de más a menos. Y eso que parte siempre de un mismo postulado: nada es nunca lo que parece. 
Vernon ha realizado un trabajo con cierta continuidad temporal. Y en esta última novela sólo han pasado seis meses desde los últimos acontecimientos en los que el protagonista, David Gurney, estuvo a punto de morir tras el tiroteo llevado a cabo en esa clínica laboratorio y entre los siniestros malvados ligados aun clan sardo. 
Lo cierto es que Gurney apenas ha conseguido reincorporarse a una cierta normalidad después de haberse encontrado al borde de la muerte tras resolver el caso más peligroso al que se había enfrentado. En la sinopsis se nos dice igualmente que Madeleine, su esposa, sigue estando preocupada por su marido , pues ha sido diagnosticado con síndrome de estrés postraumático; aunque ella parece tan ensimismada como en las novelas anteriores. 
Parece que nada ni nadie alegran ni a uno, ni a otro. Sin embargo, la llamada de Connie Clark, la periodista que creó la leyenda de Gurney como el “superpoli” y la que lo catapultó a la fama, solicitándole ayuda lo vuelve a meter en faena. Ahora el caso está protagonizada por la hija de Connie, Kim Corazón. La joven estudiante de una extraña combinación entre periodismo y psicología revitaliza, gracias a un documental sobre las familias de las víctimas, a un asesino en serie al que nunca atraparon, y que responde al nombre del Buen Pastor. A esto se le une el hecho de que el documental será emitido por Telecinco, ¡ah, no, perdón!, por el canal por cable RAM, especialista en carnaza y el morbo. De ahí mi error. 
Connie quiere que Gurney supervise sus investigaciones y la guíe. Y , como siempre, este investigador sin voluntad propia, se implica , en parte por aburrimiento y en parte por hacerle un favor a Connie. Sin embargo, esto no será más que el principio. Incapaz de ponerle coto a su curiosidad y a su necesidad de resolver cada una de las incógnitas que se le presentan, David Gurney se verá arrastrado a una investigación para descubrir la verdadera identidad del asesino. Un asesino que es tan miserable( sobre todo cuando descubres el final) , imprevisible como peligroso. 
Al comienzo de la historia podemos ver como la vida de Gurney ha cambiado radicalmente desde este suceso, pues un dolor de su brazo y un zumbido constante en su oído, que parece únicamente molestarle al inicio de esta tercera entrega le han convertido en alguien no muy agradable en el trato especialmente entre sus antiguos colaboradores (sus inspectores, - aunque he echado en falta a Rodríguez- , Becca, etc…). 
Al principio comienza como suele actuar Gurney, un simple favor, en este caso alentado por su mujer: una asesoría. 
Más tarde, Dave se implicará tanto que como en anteriores libros pondrá en peligro tanto su vida como la de su protegida e incluso su familia, en donde, por fin, su hijo Kyle juega cierto protagonismo. 
David Gurney, incapaz de ponerle coto a su curiosidad y a su necesidad de resolver cada una de las incógnitas que se le presentan, se verá arrastrado a una investigación para descubrir la verdadera identidad del asesino. A pesar de que ya han pasado diez años del caso y de que intervinieron en el mismo los mejores agentes, entre ellos el deslenguado Hardwick , dando las mejores teorías, lo cierto es que Dave apuesta nuevamente por revisar las pruebas, los perfiles y los viejos archivos, y establece nuevas hipótesis. En definitiva Gurney está ante un diablo al que convendría dejar en paz. El final, ya lo averiguaréis, pero como siempre resuelto a toda prisa en el último momento. 
Estamos, como en los anteriores, ante un buen libro, bien escrito, tan ágil como arrítmica, con una buena trama aunque algo farragosa en la que los personajes protagonistas (Gurney y familia) siguen con sus cuitas, aunque en este caso la relación entre Madelaine y Dave es algo más llevadera, con muchos peso del psicologismo, especialmente, el forense que lastra un poquito la novela. 
En esta novela, como en la primera y la segunda, John Verdon, un publicista que, tras jubilarse, decidió escribir una novela para entretener a su mujer, ha repetido la fórmula del éxito y le ha funcionado, aunque desde mi punto de vista , parcialmente. El autor continúa jugando al despiste, nos dosifica las pistas, y no es hasta el final cuando las piezas del puzzle parecen encajar. 
Estamos ante una novela ideal para estos días vacacionales que languidecen, que en relación a las otras, van de más a menos, y que nos acercan a lo que decía Danza Invisible, al fin del verano, que siempre es triste.

domingo, 25 de agosto de 2013

Peticiones contradictorias


Yo creo que todos los amantes al cine recordarán lo impactante que fue la segunda película de Alejandro Amenábar y que llevaba por título: Abre los ojos. Si habéis visto la película recordaréis la aterciopelada voz de Najwa Nimri pidiendo una y otra vez que abras los ojos. La propuesta inicial en el libro que he terminado es la contraria: No abras los ojos. 
Y es que acabo de leer la segunda novela que tiene al investigador David Gurney como protagonista, que a su vez en la segunda del autor norteamericano John Verdon y la segunda que he leído en esa modalidad – para mí- novedosa que es mi ebook inserto en la Tablet. Una novela que, por tra parte, me había recomendado mi mujer, tal y como lo señala en su muy interesante blog de los libros que le acompañan. 
La historia de esta segunda actuación de este ex detective neoyorkino, de origen irlandés, y que ahora vive retirado en la aparentemente idílica localidad de Walnut Crossing tiene una trama tan compleja como su primera novela que llevaba por título “Sé lo que estás pensando”, - del ya presenté su breve reseña en julio del pasado año en la entrada "Un regalo de Navidad" -, pero en esta ocasión el presunto asesino además de ser un “carnicero secciona cabezas” tiene una alta connotación sexual vinculada con traumas de violencia en el seno familiar, violencia, lógicamente vinculada con eso. 
Como en la anterior lo más interesante es la descripción psicológica de los personajes, pues vamos descubriendo progresivamente sus dudas, sus valores y sus miserias. 
Estamos ante una historia que vuelve a ser interesante, en la que siguen aflorando esos traumas personales que hemos vivido todos, evidentemente, con matices, pero que especialmente afectan a las relaciones entre el investigador y su esposa Madelaine, una figura que encajaría como mujer sin alma, en el sentido que opta más por una vida eremítica aislada de todo en ese lugar paradisíaco del estado de New York, que por una actividad vital. 
En esta novela vuelve a ver giros inesperados y temas bastantes y protagonistas bastantes retorcidos, ya que el tema invita a eso. En este caso el autor a través de su detective nos lleva a un brutal asesinato, a las clásicas pistas falsas, a la – a veces- incompetencia policial, y nos lleva de viaje a las mazmorras de la vida en la que la perversión se liga al dinero y al extremo. Esto combinado con la mafia, el sexo y la locura dando lugar a una mezcla explosiva. Eso sí, en esta novela descubrimos la inestimable colaboración y complicidad existente entre el detective Hawkins y el protagonista, que entre ambos dan resolución al siempre complicado caso.

En definitiva, una buena novela policíaca típica, y muy veraniega, de ritmo ágil, de fácil lectura, de compleja trama y con protagonistas a los que admiras o te causan repulsión. Además reconozco que tiene la virtud de mantener la tensión hasta el último momento. Muy recomendable y, en este caso, me deja la puerta abierta para leer el tercero de la saga: Deja en paz al diablo. Y ya sabéis, no se os ocurra cerrar los ojos cuando alguien os lo pida.

jueves, 22 de agosto de 2013

Acabado por voluntad


Uno suele elegir bien sus lecturas y sus compras, pero en ocasiones me equivoco. Esta es una de ellas, aunque el libro estuviese firmado por un reconocido escritor. De una decepción. De eso hablo. 
Tras varios días de lectura termino por terminar esta obra firmada por Mika Waltari con la que pongo fin a mi colección de libros que se presentó como “Historias de Grecia y Roma” publicada por la editorial Salvat.
Mika Waltari, el escritor finlandés reconocido mundialmente por Sinuhé, el egipcio compone en Marco el romano un fresco histórico del mundo judeorromano del siglo I, tomando como referencia los acontecimientos que suceden en Jerusalén y otros ciudades de Galilea en torno a la figura de Jesús y sus primeros seguidores.

El protagonista al que alude el título es inicialmente un típico romano de la época, de formación griega y filosófica, que se encuentra inicialmente en Alejandría, huyendo de una relación con Tulia, una patricia romana, a la que espera desesperadamente en la ciudad egipcia. Allí lleva, según él, una vida licenciosa y costumbres disipadas, pero se curiosidad especulativa se reactiva al realizar un viaje al actual territorio de Israel para conocer la Pascua judia. En ese un viaje y coincidiendo con la muerte de Jesús de Nazaret sufre una crisis espiritual que lo lleva a conocer a todos aquellos con lo que tuvo contacto el galileo, desde alguno de sus apóstoles hasta los protagonistas de sus milagros (Lazaro y sus hermanas), Simón el Cireneo , María de Magdala,etc… De esta relación surgirá un nuevo Marco que abandona sus costumbres romanas para acercarse a las hebreas y de ellas a las cristianas. 
La novela nos muestra un buen panorama del mundo judeo-romano del siglo I. A través de las numerosas citas evangélicas contenidas en 'Marco el Romano'. 
Toda la historia es vivida a través de la mirada de Marco, un reflexivo y prudente romano, cuya visión de la vida y de la muerte se va transformando progresivamente a medida que su mentalidad entra en contacto con una enseñanza destinada a revolucionar la espiritualidad del mundo occidental. 
La evolución del protagonista en aquel lugar y las circunstancias en las que estas se producen se llevan a cabo con muchas disgresiones psicológicas del protagonista a lo largo de doce epístolas dirigidas a Tulia – realmente le manda diez- , y que sirven para justificar sus cambios pero que se repiten sin necesidad y alargando la historia pesadamente. Este sistema de intercambio de correo entre el protagonista y su amada Tulia es sólo un pretexto, empleado por Waltari para transmitirnos se evolución movido por la curiosidad desde el escepticismo tras el encuentro de un romano con la figura de Jesús de Nazaret con el que inicia un impulso interior inexplicable, descubriendo a Jesús, Hijo de Dios y que cambiará su percepción de la vida.
Estamos, pues, desde mi punto de vista, con una obra pesada, no muy original, sobrecargada de citas, con un enfoque nada original que impide tener simpatía por el protagonista dada su falta de empatía con los otros protagonista, incluso, al menos, es mi caso, con el lector.

miércoles, 21 de agosto de 2013

Lo bueno y breve


Ya publiqué una entrada en mi blog que hablaba del uso de las nuevas tecnologías y en su caso del cine. Pues bien, a lo largo de la semana pasada he hecho uso de una nueva adquisición que me acerca más a los medios de la realidad cultural actual que a las formas clásicas que dominaban hasta anteayer. En este caso ha sido un medio, la tablet, que si bien no es el mejor para la lectura, - por supuesto que no es un ebook y su admirable tinta electrónica- me ha servido como tal al descargarme una aplicación como la de Aldeko que lee libros en formatos muy diferentes. Para inaugurarlo elegí una novela corta de un escritor que he leído en incontables ocasiones y que me gusta, no sólo como escritor, sino como articulista. Hablamos de Arturo Pérez Reverte y de su novela corta titulada La sombra del águila. 
En ella Pérez Reverte nos narra una historia ficticia basada en un hecho real y vinculada con la participación de un batallón formados por españoles de todos los lugares peninsulares que como antiguos prisioneros pertenecientes a las tropas que España envió a Dinamarca para el año 1808 al mando del marqués de la Romana y. más tarde, y tras entrar en guerra con Francia serán retenidos en Alemania como prisioneros españoles. Estos viendo una posible fórmula para escapar de su prisión optaron por incorporarse al ejército francés, dentro de las tropas napoleónicas, con el fin de escapar durante la campaña de Rusia de 1812. 
Por estas cosas de la vida y durante uno de los combates cercanos a la capital del Imperio ruso, este un batallón de antiguos prisioneros, enrolados a la fuerza en el ejército francés, intenta desertar, pasándose a los rusos. Interpretando erróneamente el movimiento, el Emperador lo toma por un acto de heroísmo y ordena en su auxilio una carga de caballería encabezada por Murat y que tendrá imprevisibles consecuencias para las tropas napoleónicas y para los soldados españoles encabezados en la obra por un heroico capitán García. El valor de los españoles y la carga de la caballería francesa le abren las puertas moscovitas a Napoleón, pero también va a suponer el inicio del fin pues tras el éxito militar vendrá el fracaso estratégico visible en la última parte de la historia que está ligada al desastroso paso del Beresina y a los avatares de la diezmada tropa española. 
La historia que cuenta es la siguiente. Se centra en el año 1812, en medio de una batalla entre las tropas de Napoleón y el ejército ruso en Sbodonovo, el batallón 326 de infantería del ejército francés que estaba formado por antiguos prisioneros españoles, decidió desertar y pasarse al enemigo. La maniobra fue contemplada por Napoleón desde la cima de una colina cercana y la interpretó erróneamente como un acto de inusitado valor, ordenando una carga de caballería dirigida por Murat en auxilio de los temerarios españoles. 
Tras ser reconocidos y condecorados por el emperador en una ciudad abandonada por los rusos descubrimos en un último episodio de la guerra, como los restos del batallón 326 van en retirada, y sufren el frío, la ceguera, los ataques de los cosacos y la pérdida del sentido de la vida durante el paso del Beresina.
Este relato breve basada en hechos reales, que cuenta con situaciones concretas y los lugares reales, pero que nos narran unos acontecimientos son ficticios al menos en cuanto a los personajes fue publicado en el diario El País en agosto de 1993 y que más tarde fue publicada por la editorial Alfaguara ese mismo año, mientras Arturo Pérez-Reverte cubría, como reportero, el conflicto de Bosnia. 
Como la mayor parte de las obras del ahora académico presenta un su tono desgarrado, directo, popular, lúcido y tan cómico como trágico muy reconocible en el autor cuando se centra en acontecimientos históricos como los de Trafalgar o los del dos de mayo. 
Pérez Reverte nos desvela, como siempre, su descarnada y mordaz visión de la guerra, pero sobre todo de la condición humana en una obra breve, en la que se cumple el dicho de que lo bueno y breve, es dos veces bueno.

Historias del Mediterráneo


Si en la historia de la literatura clásica Hesíodo y Homero ocupan un lugar en el olimpo literario – no mejor aplicado para un griego clásico- en parte de sede a que otros previos con sus historias inspiraron a éstos. Y si el origen de los dioses , la humanización a través de los trabajos y los días o la lucha por el honor, la gloria y el comercio son algo a día de hoy, se debe a que en la tradición helena existían otras historias previas en las que los seres humanos vivían condicionados por la presencia de los dioses. Robert Graves en su obra “El vellocino de oro” parte de la tesis de que la historia argonaútica pudo ser cierta y tuvo lugar con anterioridad a la Ilíada. De hecho alguno de los relatos que protagonizan Jasón y el resto de tripulantes del Argo pudieron ser tan reales como aquel que nos cuenta la destrucción de Troya.
El vellocino de oro de R. Graves resulta ser una novela mitológica primorosa por su concepción poética. El autor británico nos narra el periplo de los minias partiendo de Yolco, frente a las cotas de Eubea, hasta llegar a la Cólquide en el Mar Negro, y nos es una narración sin más es un acercamiento a la mitología, pero también a la humanización y racionalización de algunos mitos. ¿O no lo es la transformación de harpías en milanos o la de aves del Estínfalo en espátulas?  
El vellocino de oro en los mitos griegos era la piel de cierto carnero perteneciente al templo de Zeus que años antes salvara a Frixo y Hele de los celos de su madrastra Ino y que estaba custodiado en la Cóquide, región situada en el final del Mar Negro a ojos de un griego (actual Georgia), en el reino de Eetes, padre de Medea y hermano de Circe y Pasífae, y que estaba custodiado en un espacio sagrado dedicado a Prometeo. Años más tarde, Jasón sería el encargado de encontrarlo y llevarlo a Yolco, la ciudad en la que gobernaba el tío de éste, Pelías tras apartar del poder a s padre Esón, que temía que el joven quisiera recuperar el trono que por derecho le correspondía y le mandó esa arriesgada empresa con la confianza de que nunca volviera.
La aventura de los argonautas que así nace es la aprovechada por Graves para recrear todas sus conjeturas acerca de aquella etapa de la historia helena. Más allá de aciertos y atrevimientos históricos, el resultado es un libro excepcionalmente lírico, rico en matices y caricaturizado a veces (la figura de Hércules lo atestigua). Robert Graves presenta como trasfondo del viaje el pasado matriarcado de los pelasgos, frente a la nueva religión, la de los aqueos, patriarcal y olímpica. Por eso pasa por islas como la de Lemnos o nos describe multitud de pueblos por donde pasará la expedición y las aventuras a las que se verán abocados.
Resulta un libro denso y complejo para los no iniciados en mitología. Pues esta historia es una continua recurrencia a la mitología y tras mito la historia se diluye o te conduce siempre que lo tengas claro. Sin dioses, se humaniza la acción y las motivaciones son más terrenales. Es lo que elige Graves. Pero lo hace con tanta fuerza e introduce tanta documentación y realismo que el aspecto mítico se ve reforzado. Además, pese a la intención del autor, eminentemente histórica o historicista, y casi sin quererlo, crea una exposición  mitológica. Para Graves el viaje de Jasón fue real y yo como historiador doy tanto peso a lo narrado como al apartado documental con el que apoya su libro. He leído por ahí que si nos acercamos a Graves como historiador que nos andemos con cuidado, pero sabemos que esto es literatura  y que si se objetivo era disfrutar con el libro, ese fin se cumple sobradamente. Dejemos atrás  la rigurosidad. Las suyas son hipótesis muy interesantes debido a su genio, pero alejadas de cualquier certeza. ¿Y qué? 


Esta entrada se escribió un anó antes de su publicación, el 21 de agosto de 2012, pero por ajustes entre blogs se ha insertado en la del año 2013 con esa misma fecha y ese mismo título "Historias del Mediterráneo". . 

jueves, 8 de agosto de 2013

Rendirse o morir


De literatura portuguesa, como de pelo, poco, o casi nada. Y no es que tuviese intención de leer algo específicamente portugués. Sin embargo, llevaba una temporada intentando obtener un poquito de tiempo para darme el gusto de leer esta obra firmada por el lisboeta Joao Aguiar - fallecido en 2010- y que se centraba en el personaje de Viriato. Ese momento llegó en el mes dedicado a Julio César.

Realmente la figura de Viriato no me interesaba gran cosa. Cuando uno asume que es hijo de la romanización y la acepta como un bien extendido en el occidente europeo, piensa que aquellos que se opusieron a la misma se equivocaban. Yo, que a los romanos tengo en tal alta estima, desde luego, no criticaré. Sin embargo, me había olvidado de lo que supuso la presencia romana en la península ibérica. Al fin y al cabo fue una historia de ocupación, guerras y colonización. Reconozco que, al igual que lo estudié, lo olvidé. Aún recuerdo el examen, posiblemente el penúltimo- el último, el de historia de América, coincidió con la subida al poder de Menen y con las clases de un tipo de cuyo nombre prefiero olvidarme y que llegó a afirmar que la entrada de la cocaína en Occidente era la venganza de la nación indígena, cosas de la libertad de cátedra y de la catadura moral de algunos profesores universitarios-, de quinto de carrera con el Lacort y como lo estudié con ahínco, pero sin pasión. 
Olvidado lo estudiado lo he vuelto a recuperar con la lectura de la obra de Aguiary con las desventuras de lusitanos, vacceos, arevacos, turdetados o bastetanos ante la presencia cada vez más intimidante de la República Romana en la península ibérica. 
Viriato, y que tiene como subtítulo, Iberia contra Roma es un buen libro. Sobre todo, un libro bien escrito, ameno, y muy bien estructurado. Presenta una escritura fácil y un relato bien configurado y mejor documentado. Tengo que señalar que alguno de los libros que le han servido de documentación son firmados, nada más y nada menos, que por José María Blázquez, un historiador de fuste. 
El protagonismo en la historia es asumido por Tongio, un conio del antiguo reino de Cinéticum – lo que sería actualmente el Algarve- que por avatares de la vida, acaba por convertirse en enemigo de Roma y unirse a su más fuerte opositor, Viriato. 
La obra contiene un prólogo y un epílogo, así como un importante nudo formado por tres capítulos; el oráculo, la insignia del toro y Endovélico. En el prólogo, el protagonista será Tongio. En el epílogo, son los escritos dejados por éste en el ya abandonado templo de Endovélico y descubiertos por las autoridades romanas, como pretexto oracular de lo que sucederá en la Hispania en el siglo I antes de Cristo. 
En los tres capítulos restantes y principales descubriremos la procedencia de Tongio (su débil relación con la madre y casi inexistente con su brácaro padre, el fuerte lazo con su tío y su azarosa vida en Balsa –Tavira- y Gades – Cádiz-. Es precisamente el asesinato de su tío por los romanos lo que le hace, primero, odiar a los romanos, responder con la misma moneda y huir de la ciudad hispánica para refugiarse en el interior donde el destino lo lleva al Santuario de Endovélico. Más tarde, la fortuna lo cruza con ese fuera de la ley por circunstancias que es Viriato. Entre medias descubrimos la ocupación y la avaricia de Roma, las costumbres tan admirables como malsanas de los pueblos que viven en la península ibérica y que de alguna manera conforma el actual individualismo ibérico que todavía perdura. La figura de Viriato irá adquiriendo cada vez más protagonismo hasta que en el año 147 a. C. se convierte en el líder de ese conglomerado de pueblos y bandas con reyezuelos que encabezado por el lusitano ponen en brete a Roma y a sus procónsules en la Ulterior y Citerior. 
Desde esa fecha hasta el 139, Viriato será – como también y en paralelo ocurre con Numancia- la pesadilla ibérica de Roma de la que militarmente despertará cuando envíen a Hispania los más brillantes militares y las más poderosas legiones, así como las más miserable tácticas – entre ellas la traición de algunos de los suyos, de los que alguno es probable que diga “sevillanos tenían que ser”, por los tres traidores de Urso (Osuna) - que ponen fin a la vida de Viriato, y en gran medida a la resistencia que el mundo romano encontrará en la península. 
En definitiva, una novela que me ha gustado por su eficaz narrativa, sus interesantes planteamientos,por la implacable y terrible disyuntiva ante el avance irrefrenable de los romanos en la que sólo cabían dos opciones, resistir o morir, y por acercarme al mundo que dejé prácticamente olvidado allá por junio de 1989, cuando los sueños, sueños eran.

jueves, 18 de julio de 2013

Noches de una ciudad eterna


Casi siempre cuando llega el verano intento darle una batida a mi colección de novela histórica que tanto me está condicionando la compra de un ebook. De hecho ya hay dos en casa, pero antes de centrarme en el electrónico creo que debo de dedicarle todavía un tiempo a esta literatura que tengo en soporte tradicional y que tanto espacio ocupa en casa. 
Hace un rato acabo de terminar la lectura de “Noches de Roma” de un desconocido para mí Ron Burns. Poco, poquísimo he encontrado sobre el escritor salvo lo que indica el libro: su nacimiento en Michigan, su formación en Georgetown en estudios de relaciones internacionales y en historia, y como ha trabajado para la prensa en una agencia de noticias (United Press International) y en The Los Angeles Herald Examiner – aquí sobre el crimen organizado- o en Philadelphia Bulletin y que – yo sepa he escrito dos novelas: Noches de Roma ( 1993) y Sombras de Roma (1995), siendo esta última una novela de intriga en época de Augusto.

En la primera, Ron Burns nos introduce en la Roma del año 180, a través de su protagonista, Livinio Severo, un romano acomodado y sobre todo acomodaticio, perteneciente a la clase patricia y agraria en decadencia por su pasado de delación, que sustenta su vida en un buen casamiento con Calpurnia, en la magnífica posición de su suegro, un honorable senador romano, y en la diosa fortuna, que vive con cierta comodidad en una de las colinas de una ciudad que transita por un momento apoteósico en lo político y en los cultural gracias a Marco Aurelio. 
Pero con Livinio Severo vamos descubriendo que no es oro todo lo que reluce. Que el encaje estoico que trasmite Marco Aurelio y su círculo es pura apariencia, puesto que debajo está la brutalidad, de depravación y, sobre todo, la ambición. En este caso todos estos males están asumidos por Cómodo, el hijo de Marco Aurelio. 
Livinio se ve involucrado en este lucha por el poder a través de la necesidad de descubrir unas falsas infidelidades, que lo llevan a su vez a intentar esclarecer el asesinato de un grupo de estoicos. Entre unos y otros, vive una crisis conyugal que lo encamina a las noches desenfrenadas de una Roma que avisa de su decadencia. 
Estamos ante un buen libro, bien documentado, que - a veces- se hace un pelín farragoso para la lectura, pero que entretiene y engancha por la historia, no así por el tratamiento de los personajes, especialmente el del protagonista, que oscila entre la heroicidad y lo patético. Es posible que esa oscilación entre lo uno y lo otro sea lo necesario para conseguir lo que tanto desea, que no es nada ni nada menos que su supervivencia.

jueves, 4 de julio de 2013

Un regalo de Navidad


En Navidad a uno siempre le toca algo, aunque sea por consorte. Este año nos regalaron este libro de John Verdon, su primer libro. Se trata de una novela policiaca, de un thriller, en el que el protagonista es un policía retirado, David Gurney, que se enfrenta a un asesino en serie cuyas victimas tienen en común un pasado vinculado con el alcohol. Gurney se enfrenta a un criminal inteligente que moverá sus fichas con gran astucia. 
El resultado final es un libro ágil en su lectura con capítulos no excesivamente largos que permiten engancharte a la trama desde el primer momento. La obra comienza cuando un hombre recibe una carta que le urge a pensar en un número, cualquiera. 
Cuando abre el pequeño sobre que acompaña al texto, siguiendo las instrucciones que figuran en la propia carta, se da cuenta de que el número allí escrito es exactamente el que había pensado. Se pondrá en contacto con un antiguo compañero, Gurney, un policía que después de 25 años de servicio se ha retirado a una zona rural del norte del estado de Nueva York con su esposa. Lo que en principio parecía poco más que un chantaje se ha acabado convirtiendo en una amenaza contra su vida. 
Gurney deberá desentrañar el misterio de cómo este criminal parece capaz de leer la mente de sus víctimas en primer lugar, para poder relacionarlo con casos parecidos del pasado y llegar a establecer el patrón que le permita atraparlo. Él es marido y padre, pero ante todo, es una mente aguda que disfruta hilando las piezas de un rompecabezas, como lo es un asesinato. 
Pero retirado, sus días son vacíos y sin sentido pese a tener un hobbie fotográfico artístico .Sin embargo, cuando le llega el caso no puede resistirse al misterio que le ofrece. 
Pronto se encuentra sumergido en una gran investigación cuyas víctimas habían sido atemorizadas con un truco infalible: descubrir el número que pensaban. Señal de que el psicópata los conoce muy bien. 
Como decía al principio, nos encontramos ante un thriller que destaca por su enfoque psicológico. 
Mientras que en su trabajo es brillante, David es consciente de su falta de compromiso en las relaciones sociales con los suyos. Su matrimonio con Madeleine, pasa por una crisis de la que nos hace partícipe en pequeñas dosis. No obstante, ambos forman un buen equipo, su mujer tiene la clave de muchas incógnitas.
En conclusión, “Sé lo que estás pensando” es un thriller recomendable, posiblemente seguiré leyendo la trilogía. Por ahora Verdon ha sacado otro con Gurney de protagonista: No abras los ojos.

Escrito el 4 de Julio de 2012 en la entrada  Un regalo de Navidad

domingo, 30 de junio de 2013

La soledad de un corredor


No recuerdo haber visto La soledad del corredor de fondo, la película de Tony Richardson, director del llamado Free Cinema inglés, y que está considerada como una película imprescindible, espléndida y emotiva. Un clásico de la cinematografía europea.

Sin embargo, acabo de leer la novela corta escrita por el escritor inglés Alan Sillitoe (1928- 2010). Alan Sillitoe fue un escritor inglés, al que se vincula al movimiento de los "Angry Young Men" , o sea , la “generación airada” de los años 50 y crítica con los valores imperantes en la Inglaterra de postguerra.
He leído que nació en el seno de una familia de clase obrera y esto se refleja indudablemente en esta obra. Su relato The Loneliness of the Long Distance Runner, que narra la rebelión de un joven proveniente de un borstal con talento para el atletismo, le ganó el premio Hawthornden en 1959. 
En su pequeña obra de extensión el padre es un protagonista ausente, pues ha fallecido debido a un cáncer de garganta. Con su muerte la familia consigue una indemnización de 500 libras, que lleva a la madre a invertirla en ropa y sobre todo, en una televisión. 
El protagonista de nombre Smith es su héroe, más bien un antihéroe que quiere demostrar al director del Borstal lo que realmente es la honestidad. Y lo demostrará en esa carrera en la que compiten los chicos del Borstal. Entre medias va fluyendo las razones por las que acabó en ese lugar (su familia, la despreocupación de su madre, la ambición, el robo en la panadería acompañado de su mejor y único amigo Mike, y triple entrevista con el policía, con el director del Borstal y , sobre todo, consigo mismo. El prefiere seguir corriendo sin necesidad de ganar ninguna medalla; “cuando te has dado el gusto de sentirte como si fueses el primer hombre en la tierra en una mañana helada, si ya has experimentado el mismo malestar que ese último hombre en la tierra una tarde de verano, seguro que al final lograrás sentirte como el único hombre en la tierra, y te importará un bledo lo bueno o lo malo, puesto que te limitarás a continuar trotando con tus zapatillas, golpeando el buen terreno seco que al menos nunca te jugará una mala pasada.” 
Eso es La soledad del corredor de fondo de Alan Sillitoe un relato consigo mismo para ver hasta que punto tú eres tan honesto , a pesar de tus desgracias, como los demás. Sillitoe para ello creó un joven complejo que se rebela contra el establecimiento, contra el policía y jefe. Y lo hace en un relato humanizado para criticar la injusticia o para reflejar la opresión sobre el funcionamiento de la mente humana.

He leído que tras su paso por Malasia después de la Segunda Guerra Mundial tuvo una tuberculosis y pasó 16 meses en un hospital militar, donde comenzó a formarse a sí mismo mediante la lectura de los clásicos griegos y latinos. Algo similar a lo que le ocurre al protagonista de su novela que enfermo de pleurasia lográ escapar de su destino: entrar en el ejército. 
Con La soledad del corredor de fondo y otras historias ganó el Premio Hawthornden. La colección incluye algunas de sus mejores obras, pero fue la historia del título, en el que un niño Borstal pierde deliberadamente una carrera que es capaz de ganar con el fin de fastidiar al gobernador y así conservar su autoestima, la que ganó un elogio particular. 
La vida llevó a Sillitoe además de a su país, a otros lugares como Mallorca o Tánger, e incluso a Volgograd (1964), la antigua Stalingrado. Parece ser que tras The Loneliness of the Long Distance Runner Alan Sillitoe nunca recuperó la fama, ni el enfoque de sus primeros años. Por lo que nos encontramos con una obra corta que tuvo una enorme repercusión en la Inglaterra de finales de los 50 y que , según, Javier García Sánchez “ nos deja una impresión mágica de vernos retratados en esa carrera solitaria contra las circunstancias que toda persona con inquietudes cree haber realizado alguna vez en su vida. Es una a la libertad y al inconformismo”. 
Todos, quien más, quien menos, ha corrido alguna vez largas distancias, alguna carrera y durante la misma hemos reflexionado  y  pensado desde el por qué estamos allí, pasando por el problema que hemos dejado atrás en el trabajo, o cómo plantear esto o aquello. Esto hizo Sillitoe y este tipo de relato lo cierto es que ha sido modélico para otros autores dando lugar a relatos interiorizados en los que permanentemente escuchamos lo que el protagonista se dice, o nos dice.

viernes, 28 de junio de 2013

Patio de butacas


El pasado sábado me sorprendió la muerte de Javier Tomeo. No puedo considerarme un gran lector de este escritor aragonés, sin embargo, recuerdo haber leído algunas publicaciones suyas en prensa y sobre todo lo recuerdo de varias entrevistas televisivas. Por ello aposté por leer un libro que llevaba conmigo unos veinte años regalo de mi hermano y de mi cuñada, y que por circunstancias nunca había optado por su lectura.
Como aragonés que era apostó por una escritura que responde más al campo del absurdo y de la insignificancia. Y en el fondo la obra que he leído esta semana Patio de butacas, publicada en 1991 por la Editorial Cátedra habla de eso, de la extraña vivencia de un espectador que intenta asistir a una obra de teatro, que el creer por su nombre que es húngara, y sin embargo, el espectador se acaba convirtiendo en el actor principal de la misma al analizar en sus treces capítulos a sus compañeros de “cautiverio” y al comentar sus ocurrencias tanto las pertinentes como las impertinentes. En gran medida y, por momentos, me ha remitido al teatro del absurdo, pero también a un existencialismo kafkiano en el que no sabes, ni llegas a saber nunca, el por qué de las cosas. 
En la solapa del libro nos presenta su resumen. Dieciocho personas (seis mujeres y doce hombres) coinciden en un pequeño teatro. Nadie sabe cuál será la obra a representar, pero desde los quince minutos previos al inicio de la obra hasta la una de la madrugada el telón no llegará a levantarse. Pasarán los minutos y los espectadores clavados en sus asientos permanecen extrañamente en los mismos. En esas más de cuatro horas no ocurrirá nada relevante. Bueno, sí. Algún espectador muere, a algunos se los lleva. Otros harán el amor apasionadamente, pero con respeto. De hecho los acomodadores parecen llevarse a unos y dejar a otros. Entre los dispersos espectadores poca interactuación, aunque conoceremos de algunos sus nombres, como a Hernesto- sí, con “h”, sus características físicas, sus tic´s, pero también el diseño de los hará mañana y sobre todo algunas recetas. Dice la contraportada del libro que “mientras el reloj avanza podría decirse que, de hecho, todos los que están en el patio de butacas se han convertido en actores y representan el papel de sus propias soledades e insignificancias”.

La obra – realmente- me ha recordado en algunos momentos aquella obra cinematográfica de otro aragonés universal, no, no hablo de Goya, sino de Luis Buñuel realizada en México y que se conoce con el nombre del “Ángel exterminador”. 
El libro está escrito en un tono relajado, sobrio y minimalista por medio de frases cortas que reflejan su imaginativo mundo adecuado para una situación desconcertante como la que vivimos en el teatro con esos pocos espectadores y ese grupo de acomodadores que se mueven y apenas interactúan con los personajes, y meno, con el protagonista. 
Creo que la obra que acabo de leer es muy representativa pues tengo entendido que en casi toda las suyas el final permanece abierto. Para finalizar indicar que en este caso el punto y final de un escritor me ha permitido descubrir a Javier Tomeo en su auténtica dimensión novelada, y , por otro lado, cumplir con mi deber como hermano dando satisfacción o lo que fue un regalo.

sábado, 22 de junio de 2013

Según el hermano León


Ha sido una lectura rápida, pero no fácil. Si alguien espera encontrar acción, aventura o dinamismo en El pobre de Asís, ¡qué no la lea! . Si alguno quiere acercarse, posiblemente, a la figura de Francisco de Asís y al mundo franciscano es de obligada lectura. 
Esta obra está firmada por Nikos Kazantzakis (1883-1957), uno de los más importantes escritores griegos del siglo XX, relata la vida de Francisco de Asís. He leído que sí con una belleza inusitada y una gran fuerza de espíritu, en el libro” El pobre de Asís”. Si Francisco lo pudiera leer, quedaría absorto con su lirismo y la fuerza que desprende sus páginas, pero es probable que también criticaría el desapego a su familia terrenal, prácticamente “maltratada” por su hijo. Esta obra es realmente una hagiografía sobre Francisco de Asís, sobre su humildad, su intento de imitar a Cristo, su gran bondad y amor a “lo pequeño”, a las cosas sencillas. De ahí que se le haya denominado: “alter Christus”, el “otro Cristo”.

He leído en la Wikipedia (sí, lo sé, no debe ser fuente de nada) que este escritor cretense, nacido en Herakleon, cuando todavía la isla pertenecía al Imperio Otomano, que casi fue Premio Nobel de Literatura - perdió por un voto ante Albert Camus- es el autor griego más importante del siglo XX. De hecho dos de sus libros han sido llevados al cine con bastante trascendencia. Hablamos de la mítica “Zorba, el griego”, basada en la obra de Kazantzakis “Alexis Zorba, el griego”, que fue llevada a la pantalla en 1964 con Anthony Quinn como estrella estelar, y de “La última tentación de Cristo”, que también llevó a la pantalla en los años 80 Martin Scorsese. Volviendo al escritor me ha llamado la atención su periplo personal y político acorde con los vaivenes del siglo XX. La vida de Kazantzakis fue una vida de compromiso personal y social.
Tras esta última ya podemos contextualizar la obra que acabó de leer, pues nos presenta a Francesco como un eterno buscador abrumado por la angustia existencial. 
La obra es narrada y presentada en primera persona por un seguidor – más bien, un sufridor- de Francisco: el Hermano León. Es el primer colaborador de este santo que pasa de ser extremadamente humano a convertirse en puro espíritu. Si bien de la historia del humano Francisco sólo vamos a conocer retazos (su juventud, sus andanzas amorosas en Asís, su relación con su padre y la ascendencia de su madre) de sus encuentros místicos se nos presentarán con todo detalle, cercano al dolor hasta llegar a la base de su ideario: Pobreza, paz, amor. 
He leído, y estoy de acuerdo, que como recursos literarios Kazantzakis utiliza como símbolo de espiritualidad del santo a los pájaros. También utiliza para ambientar su personaje la presentación continua de símbolos que corresponden elementos religiosos arcaicos, tales como la lluvia, la luna, el árbol, el fuego, las cenizas, el relámpago. O la permanente oposición en lucha (Pobres-Ricos; Hambre-Comida; Dios-Satanás; Soberbia-Humildad; Papa-Monje; Francisco-Domingo; ). En esto recordar que el libro está dedicado a un Doctor, Albert Schweitzer un teólogo francés, pero también pastor protestante, médico, músico, fundador de hospitales en Gabón y Premio Nobel de la Paz en 1952. O sea, un hombre dedicado a otros, especialmente, a los pobres. 
“El pobre de Asís“ es una alegoría al “amor universal”, un canto a la “Hermandad Universal”, una bella historia de cómo un hombre avanza hacia Dios desde lo sencillo, lo débil, lo pequeño, lo que pasa desapercibido. Como lector me ha llamado la atención el grado de interiorización que Kazantzakis hizo tanto del protagonista, Francesco, como del narrador, León, personajes unidos por la historia, pero separadas por esa amplia frontera que hay entre el cielo y la tierra. Yo me quedo en la Tierra, y sobre todo admirando el epitafio de este escritor que a pesar de su espiritualidad fue excomulgado por ortodoxos y católicos: "Nada Espero, Nada Temo, Soy Libre".