lunes, 27 de mayo de 2013

Cuatro por dos


Hoy he terminado con “El Ocho”. Este libro es una novela de Katherine Neville, y que fue publicada en 1988, y que desde entonces ha sido una de las novelas más leídas en el mundo. Ya llegué a ella por recomendación de mi mujer y también porque quería cerrar el círculo que había abierto con la anterior novela que había leído de esta escritora norteamericana. 
El libro cuenta la historia del ajedrez de Montglane y el ansia de ciertas personas por conseguirlo a lo largo de la historia. Por un lado la que se mueve en la historia y por otro la actual. 
La estructura de la novela es similar a la del círculo mágico con continuos viajes en el tiempo y en el espacio – ya sea en pasado - (la Francia revolucionaria, la Rusia de Catalina, la Grande, el Londres de finales del XVIII, se unen a la isla de Córcega, al desierto del Tassilli o el Egipto de la batalla de Abukir) , - ya sea en presente- (con el Nueva York de 1973, Argelia en ese año, pero también Formentera) . Pasamos en un momento por una abadía de los días previos a la efervescencia revolucionaria, al París del Terror, o del Consulado. En esa Francia la protagonista, la pelirroja Mireille de Rémy, conoce para bien o para mal a los protagonistas del momento: el Obispo de Autum, Talleyrand, el pintor Louis David, revolucionarios como Saint Just, Marat o Robespierre aparecen y desaparecen de la escenas. Todos interesados en el ajedrez de Ajedrez de Montglane. Se les unirán otros protagonistas de la historia de Francia como Napoleón, Rousseau, Volaire y muchos más. 
Por otro lado está Catherine Velis, una mujer que, sin saberlo, se verá envuelta en la búsqueda del ajedrez casi 200 años después de que éste salga de la abadía de Montglane. La protagonista se introduce en la historia del ajedrez, y sobre todo de este ajedrez, y con una historia en la que no faltan los asesinatos, los misteriosos jugadores como Solarin, pasará de la supuesta seguridad de Manhatam para llegar a un Argel, en fechas cercanas a la crisis de la OPEP, en donde el ajedrez de Montglane y su extraña historia revive con unos personajes que optan por jugar una partida en el tiempo entre blancas y negras en el tablera de la vida.
Historia complicada y entretenida que acaba como el anterior libro que leí de Neville con fantasías animadas de ayer y hoy, como la inmortalidad, la alquimia e historias parecidas. No está mal, la lectura se hace agradable y ágil. La escritora sabe como acabar los capítulos para despertar interés. Pero cuando reflexionas sobre lo que has leído llegas a la conclusión de que Katherine Neville sigue escribiendo la misma novela en el tiempo, que las historias de amor son más patéticas que atractivas, que la vida está llena de casualidades, pero ¿tantas? Y que no sólo Tolkien tomaba algo para escribir algunas de sus obras.

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