lunes, 22 de diciembre de 2014

Arena Sucia


Oir hablar de Mario Puzo es pensar en la mafia. Pero hay muchas formas y muchos momentos de actuar mafiosamente y esto lo supe decir y describir el escritor norteamericano cuando ambienta una historia de la terrible postguerra europea a un Bremen destruido por las bombas, en el que hombres y mujeres malviven, en el que hay vencedores y vencidos , en el que sobrevivir ya es todo un mérito.
La historia que nos cuenta Mario Puzo en su su libro Arena Sucia del año 1953 y , publicada por la editorial Grijalbo, empieza en un vagón de tren destarlado. En el mismo viaja Walter Mosca, uno de lo vencedores que retorna al único espacio victorioso que hay un su vida: una Alemania arrasada. Ha dejado atrás los Estados Unidos, sitio al que ya no le une nada. Ni su madre, ni hermano y ni tansiquiera una novia, Gloria, por la que no sentía nada. Su desubicación es tal  que una vez en casa,  casi de inmediato, quiere huir a un sitio en el que sabe poderoso y en el que se cumple su voluntad. Su espíritu matón no cabe en entorno familiar.
Además, y aunque no quiere casi reconocer, ha dejado en la ocupada Bremen a una chica con la que se ha sentido feliz, una de las escasas veces en su vida que esto ha ocurrido.
Una vez de viaje hacia su destino vemos que losque fueron  gloriosos oldados norteamericanos son ahora abusadores de todo. Arrasan en la material e intimidan en lo personal. Para los alemanes sólo hay una acción: la humillación.
Ya en su destino conocemos a algunos de sus compañeros, veteranos de la guerra y casi todo son trabajadores civiles pero  vinculados con el ejército siempre con el fin de enriquecerse a costa de los demás. El papel de devoradores de algunos de ellos los acerca a la crueldad más absoluta tal y como vemos en el caso de Eddie Cassie, un violador en potencia, o de un Wolf que lo único que quiere es conseguir dinero y riqueza trapicheando en los bajos fondos del mercado negro.  El único rayo de humanidad reside en Hella la chica que conoció y con la que convivió Walter Mosca al finalizar la Segunda Guerra Mundial. 
Bremen es un buen lavoratorio - en pequeña escala - de esa Alemania devastada de la postguerra en la que los mediocres cvencedores son seres poderosos frente a los vencidos.
Instalado en Bremen, Mosca inicia su nueva vida: retoma su relación con Hella, una joven alemana, desarraigada y dulce, comienza a moverse por un mundo en el que el afán de supervivencia se conjuga con el afán de enriquecerse. Y en él, Mosca se verá redimido, a través de Hella, con la que mantiene su fidelidad al igual que con aquellos expatriados y compatriotas que conoce como son Leo, judio que quiere desvincularse de su país y busca su futuro en Palestina sufriendo una nueva humillación en el barco que lo traslada desde Hamburgo y un hombre honesto, ml visto por ser comunita, Gordon.
Sin embargo, en medio de ese malsano ambiente la condición humana no puede ser buena y el carácter sombrío y casi criminal renace con la ejecución de un traficante alemán de medicamentos. 
Una obra  bien escrita que saca a Mario Puzo del encasillamiento italoamericano para acercarnos a la tragedia de la postguerra en Alemania y que vuelve a tratar con maestria algo que Mario Puzo maneja bien: la condición humana.

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