martes, 5 de mayo de 2015

Neruda, siglo XX





En este momento en que me ha dado por leer clásicos del siglo XX. Entre los muchos libros blancos que publicó y vendió el diario El País allá por 2002 hay un poemario importante firmado por Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto, más conocido por su pseudónimo Pablo Neruda. Del mismo, además de ser poeta chileno, me era conocido algunos datos como el año de su muerte, 1973, año de la muerte de otros dos Pablo de renombre internacional, Pau Casals y Pablo Picasso, su amigo; su obtención en 1971 del Premio Nobel de Literatura y que no sólo por eso fue considerado entre los mejores y más influyentes artistas de su siglo; «el más grande poeta del siglo XX en cualquier idioma», según Gabriel García Márquez, fallecido el pasado año, en el mes de abril.
A lo largo de esta entrada recuerdo su vida y toco mínimamente las dos obras leídas: Veinte poemas de amor y una canción desesperada y Los versos del Capitán.

La obra elegida es Veinte poemas de amor y una canción desesperada, una de las más célebres obras del poeta chileno, una obra casi de juventud, publicado en 1924, un poemario que lanzó a su autor a la fama con apenas 19 años de edad. Pertenece, por lo tanto, a la juventud del poeta, y con ella vamos viendo la evolución consciente de su poética, que trata de salirse de los moldes del posmodernismo, visibles - según dicen- en sus primeras composiciones y, especialmente, en su primer libro, Crepusculario. 

La obra está compuesta - como refiere el título de la misma- por veinte poemas de temática amorosa, más un poema final titulado La canción desesperada. A excepción de este último, los poemas no tienen título y reciben el nombre en funión de su primera estrofa o del numero correspondiente, del I al XX.
Aunque el poemario esté basado en experiencias amorosas reales del joven Neruda, es un libro de amor que no se dirige a una amante única, sino a la experiencia amatoria. El poeta ha mezclado en sus versos las características físicas de varias mujeres reales de su primera juventud para crear una imagen de la amada irreal que no corresponde a ninguna de ellas, en concreto, sino que representa una idea puramente poética de su objeto amoroso. 
Y es que Pablo Neruda, aunque nacido en Parral, Región del Maule, el 12 de julio de 1904, pero criado entre bosques, lagos, ríos y montañas de Temuco desde 1906 optó por la poesía de temática amorosa como expresión artística desde sus inicios y de su personalidad. 
Tres años antes del Veinte poemas, con diecisiete años de edad, ya había empezado a firmar sus trabajos con el pseudónimo de Pablo Neruda, esencialmente, según se cuenta,  con el propósito de evitar el malestar del padre por tener un hijo poeta.
Lo de Neruda no está claro. El chileno nunca lo aclaró y nunca lo desmintió que lo hiciera por escritor checo Jan Neruda, o que estuviese inspirado más bien en un personaje que aparece en la novela de Arthur Conan Doyle titulada Estudio en escarlata (1887), en el que Sherlock Holmes dice ir a escuchar un concierto de Norman-Neruda, una famosa violinista. 

Veinte poemas de amor y una canción desesperada fue escrito en Santiago, lugar en donde se formaba en pedagogía francesa en el Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile.
Los temas de este libro de poemas se centran en aspectos tales como el amor (un amor de dos formas: de una manera física y sexual, que aparece situado en un tiempo pasado; y un sentimiento impreciso teñido de melancolía), la figura del amante representada frecuentemente como un ser movido por un ansia y un deseo desasosegante, imposible de satisfacer, el papel de la amada como receptora de poemas; la tristeza que se convierte en pura melancolía cuando se trata de rememorar el amor perdido; la naturaleza vista por medio del mar y la costa, el viento, los bosques, árboles y hojas, y el firmamento crepuscular o nocturno sobre el paisaje; la voz, el canto y la poesía y el cuerpo humano especialmente los ojos y los labios de la amada. 

El propio poeta señaló que Veinte poemas de amor y una canción desesperada es el resultado consciente de sustituir la ambición poética y la gran elocuencia que trataba de abarcar los misterios del hombre y el universo por un nuevo modo de expresión. 
El vocabulario se mueve entre el romanticismo y el modernismo y algunos , según he leído, pues yo ya no me acuerdo son verso alejandrino , mientras que otros son libres. 
Los poemas son 1. Cuerpo de mujer, blancas colinas, muslos blancos. 2. En su llama mortal la luz te envuelve. 3. A vastedad de pinos, rumor de olas quebrándose. 4. Es la mañana llena de tempestad. 5. Para que tú me oigas. 6. Te recuerdo como eras en el último otoño. 7. Inclinado en las tardes tiro mis tristes redes 8. Abeja blanca zumbas --ebria de miel-- en mi alma 9. Ebrio de trementina y largos besos 10. Hemos perdido aun este crepúsculo 11. Casi fuera del cielo ancla entre dos montañas 12. Para mi corazón basta tu pecho 13. He ido marcando con cruces de fuego 14. Juegas todos los días con la luz del universo 15. Me gustas cuando callas porque estás como ausente 16. En mi cielo al crepúsculo eres como una nube 17. Pensando, enredando sombras en la profunda soledad 18. Aquí te amo 19. Niña morena y ágil, el sol que hace las frutas 20. Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Acabando con la enorme Una canción desesperada. 

De entre esos Veinte poemas de amor y una canción desesperada os propongo que escuchéis el XII encabezado por  Para mi corazón basta tu pecho , en versión de Pablo Milanés;  el XX, en la voz del cantante que estuvo tanto tiempo instalado en España, Alberto Cortez, y la Canción desesperada en la voz rota de Paco Ibañez.
Para mi corazón basta tu pecho con Pablo Milanés.

El famoso poema Nº XX de "Veinte poemas de amor y una canción desesperada" de Pablo Neruda en la cálida voz de Alberto Cortez que intensifica su emoción.

Paco Ibañez - La canción desesperada - Pablo Neruda

Una vez escruto  sus Veinte poemas de amor y una canción desesperada, donde todavía se nota una influencia del modernismo, rompe con este movimiento. 

Posteriormente, se manifestó un propósito de renovación formal, de intención vanguardista, en tres breves libros publicados en 1926: El habitante y su esperanza, Anillos (en colaboración con Tomás Lago) y Tentativa del hombre infinito. 

En 1927, comenzó su larga carrera diplomática por Asia, América y Europa contactando allí donde iba con poetas tales como Federico (Buenas Aires) o Rafael Alberti (Barcelona). Pregonó su concepción poética de entonces, la que llamó "poesía impura", y experimentó el poderoso y liberador influjo del surrealismo. Como aspecto de su vida, señalar que en 1930 se casó con la holandesa María Antonia Hagenaar Vogelzang, Maruca —se la cita como Maruca Reyes, Maruca de Reyes y Maruca Neruda—. Separándose seis años más tarde. Antes de separarse de ella, en 1935, Manuel Altolaguirre le entregó a Neruda la dirección de la revista Caballo verde para la poesía, donde fue compañero de los poetas de la Generación del 27. Ese mismo año apareció la edición madrileña de Residencia en la tierra. 
En 1936 estalla la Guerra Civil Española. Conmovido por ella y por el asesinato de su amigo García Lorca, Neruda se compromete con el movimiento republicano, primero en España y luego en Francia. En el 37 vuelve a Chile. En este momento su poesía se caracterizará por una orientación hacia cuestiones políticas y sociales, entablando igualmente relaciones con otros hombres de la cultura orientados a la izquierda como el al poeta mexicano Octavio Paz, “su enemigo más querido” 
Más tarde, y dentro de su labor diplomática, gestiona la llegada de refugiados republicanos al continente americano tal como al Winnipeg, barco que llevaría a cerca de 2.000 inmigrantes españoles desde Francia a Chile. Poco tiempo después, es asignado como cónsul general en México, donde reescribe su Canto General. Otra de sus grandes obras, que quedará pendiente de leer en un futuro. 
Neruda retorna a Chile en 1943 —año en que se casó con Delia de Carril, la Hormiguita, en México, siendo elegido senador y uniéndose poco después al Partido Comunista, donde militaban sus dos más férreos rivales, los poetas Pablo de Rokha y el otrora ultraísta Vicente Huidobro. 
En las elecciones presidenciales de 1946 triunfa la Alianza Democrática, una coalición integrada por radicales, comunistas y demócratas, que lleva al poder a Gabriel González Videla. Sin embargo, el hombre que llega con el apoyo de la izquierda se revuelve contra ella iniciando una represión contra los trabajadores mineros que lleva a Neruda a la oposición más absoluta a su Gobierno. La cosa pasa a peor tras la aprobación de la Ley de Defensa Permanente de la Democracia, que culminará en la prohibición del Partido Comunista el 3 de septiembre de 1948. Neruda se transforma entonces en el más fuerte antagonista del presidente, dictando discursos en el Senado y publicando artículos contra el Gobierno en el extranjero, ya que el diario comunista El Siglo estaba bajo censura. Neruda criticó fuertemente a González Videla llamándolo "rata". 
Neruda no tiene más remedio que huir y jugándose la vida llega a Argentina, a caballo. Desde allí pasa a París y protegido por varios amigos, entre ellos Picasso, - que sabemos que fallece en 1973, logra regularizar su situación. 

Reaparece públicamente en la sesión de clausura del Primer Congreso del Movimiento Mundial de Partidarios de la Paz y es nombrado miembro del Consejo Mundial de la Paz. Durante su exilio vive en Capri y Nápoles con su futura esposa, la definitiva, Matilde Urrutia. 


En Italia en 1952, publicó de forma anónima Los versos del capitán. Al poco tiempo regresa a Chile. Lo esperaba su mujer Delia del Carril y es recibido con varios actos públicos.La obra fue impresa por su amigo Paolo Ricci y sólo 11 años más tarde se publica bajo la autoría de Neruda en Chile. Era el año 1963, con una nota explicativa de su autor de por qué decidió quitarle el anonimato, con firma en Isla Negra en noviembre de ese año. «El Capitán» parece que escribe los versos a Rosario de la Cerda. 
El libro está dividido en cinco grupos de poemas breves, y finaliza con dos poemas de mayor longitud, titulados «Epitalamio» y «La carta en el camino». Los distintos poemas son los siguientes: 


El amor
  • En ti la tierra
  • La reina
  • El alfarero
  • 8 de septiembre
  • Tus pies
  • Tus manos
  • Tu risa
  • El inconstante
  • La noche en la isla
  • El viento en la isla
  • La infinita
  • Bella
  • La rama robada
  • El hijo
  • La tierra
  • Ausencia
El deseo
  • El tigre
  • El cóndor
  • El insecto
Las furias
  • El amor
  • Siempre
  • El desvío
  • La pregunta
  • La pródiga
  • El daño
  • El pozo
  • El sueño
  • Si tú me olvidas
  • El olvido
  • Las muchachas
  • Tú venías
Las vidas
  • El monto y el río
  • La pobreza
  • Las vidas
  • La bandera
  • El amor del soldado
  • No sólo el fuego
  • La muerta
  • Pequeña América
Oda y germinaciones
  • I
  • II
  • III
  • IV
  • V
  • VI
Epitalamio
La carta en el camino




De los mismos tres he seleccionado: 
Tus manos 


Tu risa. (dedicado a Matilde Urrutia y Pablo Neruda) Voz y piano : Luigi Maria Corsanico Musica : cover - Joe Hisaishi - La Pioggia (from Piano Stories III)


Si tu me olvidas


Desde 1954 sigue con su obra Las uvas y el viento (en donde se encuentra una elegía a Stalin) y Odas elementales. En 1953 recibe el Premio Stalin para la Consolidación de la Paz entre los Pueblos. 
En 1955 se separó de su esposa Delia, y comenzó a vivir con Matilde Urrutia con la que se casó en 1966 en una sencilla ceremonia civil y privada en su casa de Isla Negra donde conserva sus particulares colecciones de caracolas y mascarones de proa.. 
En 1958 apareció Estravagario con un nuevo cambio en su poesía. La Academia Sueca consideró candidato al Premio Nobel de Literatura a Neruda en 1963 , y en 1965 se le otorgó el título de doctor honoris causa en la Universidad de Oxford, el Reino Unido. 
En 1969 fue nombrado miembro honorario de la Academia Chilena de la Lengua. Ese año, durante la campaña para las presidenciales, el Partido Comunista lo eligió precandidato, pero renunció en favor de Salvador Allende, que se convirtió en el candidato único de la Unidad Popular. El gobierno de Allende lo designó embajador en Francia. 
El 21 de octubre de 1971, Neruda recibe la noticia de que es galardonado con el Nobel y viajó a Estocolmo a recibirlo el 10 de diciembre. En sus Memorias, el poeta recuerda: «El anciano monarca nos daba la mano a cada uno; nos entregaba el diploma, la medalla y el cheque [...] Se dice (o se lo dijeron a Matilde para impresionarla) que el rey estuvo más tiempo conmigo que con los otros laureados, que me apretó la mano con evidente simpatía. Tal vez haya sido una reminiscencia de la antigua gentileza palaciega hacia los juglares». En palabras del crítico Harold Bloom, "ningún poeta del hemisferio occidental de nuestro siglo admite comparación con él". 

Su última aparición en público fue el 5 de diciembre de 1972, donde el pueblo chileno realizó un homenaje al poeta en el Estadio Nacional. 
En febrero de 1973, por razones de salud, renuncia a su cargo de embajador en Francia. Después del golpe militar del 11 de septiembre su salud se agrava y el 19 es trasladado de urgencia desde su casa de Isla Negra a Santiago, donde muere debido a un cáncer de próstata el 23 a las 22.30 en la Clínica Santa María. 

Tras su muerte la casa de Neruda en Santiago fue saqueada después del golpe encabezado por el general Augusto Pinochet y sus libros, incendiados. El funeral del poeta fue realizado en el Cementerio General. Al mismo acudieron los miembros de la directiva del Partido Comunista, a pesar de estar perseguidos por el régimen. Aunque los asistentes estaban rodeados de soldados armados de ametralladoras, se escuchaban desafiantes gritos de homenaje a él y a Salvador Allende, junto a la entonación de La Internacional. 
Después del funeral, muchos de los asistentes que no pudieron huir acabaron engrosando las listas de desaparecidos por la dictadura. Sus restos descansaron primero en el mausoleo de la familia Dittborn, que les había cedido un espacio, y siete meses después fueron trasladados al nicho 44 del módulo México. 
El 11 de diciembre de 1992, los restos de Neruda y Matilde Urrutia fueron exhumados y llevados para un velatorio ceremonial en el Salón de Honor del ex Congreso Nacional. Al día siguiente se dio cumplimiento al deseo del poeta: que sus restos fuesen enterrados en su casa de Isla Negra. Ese lugar y todas las demás pertenencias son ahora museos administrados por la Fundación Neruda. 

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