sábado, 25 de febrero de 2017

Sobre la loma, Edimburgo

Hoy a pesar de que iniciamos un viaje hemos dormido con suma tranquilidad ya que la hora del vuelo, el mediodía, permitía no sólo descansar a pierna suelta, sino no preocuparte por quedarte durmiendo. 

Una vez despedidos de mis hijos tomamos en coche en dirección al Aeropuerto de Madrid - Barajas Adolfo Suárez, pues así se llama ahora. He descubierto que la competencia es favorecedora en ocasiones, y especialmente si hay libre concurrencia, sin acuerdos entre empresas, favorece un servicio básico a los pasajeros. El precio de los aparcamientos del aeropuerto han pasado de ser prohibitivos a ser razonables.

Una vez dejado el vehículo prácticamente en la puerta de la T1 nos introducimos en la zona de salidas y desde allí buscamos si está ya la puerta de embarque. Aún no lo han determinado, pero pasamos por los controles precisos. Una vez bebida el agua y sacado de la maleta, un trolley básico de cabina, tablet y móvil incluido, así como todo lo que necesito para el vuelo, me llama la atención que me obliguen a quitarme la sudadera con capucha. Protesto ligeramente y les explico que llevo una camiseta horrible de leñador debajo. El chico accede a dejarme la sudadera, no así las botas. 

En paralelo a mi veo que a Iosu Jon Imaz le obligan a abrir su maleta y enseñar todo lo que contiene. Me imagino dos cosas: o le ha tocado por sorteo o no lo conocen. Es la segunda vez que veo al Presidente de Petronor en persona. Una fue en Sevilla. Estaba de sobremesa con Carlos Herrera en un bar del casco viejo sevillano; la otra, es aquí. No le pregunto, ni me atrevo de dónde es su originaria su familia. Y aunque sé que él es de Zumárraga, me cuestiono ya que tenemos los mismos apellidos si su familia es natural como la mía en el Goierri. Lo dejo pasar.

Buscamos la puerta de embarque. Aún no está anunciada, pero vamos hacia dónde salen los aviones de Ryan Air. Una vez indicada la puerta vemos que ya hay gente haciendo cola. De pronto una excursión de escolares portugueses - gente muy prudente- así como una de jóvenes madrileños. Los profesores/as dan directrices. También escuchamos bastante andaluces de Sevilla y Granada. Nos ponemos en cola, pero vamos de los últimos. Para mi horror descubro que los operarios de la compañía están asignando a un grupo de personas para identificar sus maletas, pues van a ir a la bodega de carga. Las nuestras en ellos. A pesar de que no me hace gracia, accedo. En ese lío de sacar y meter cosas, se trastoca el DNI de mi mujer. Menos mal que también llevamos los pasaportes, así que finalmente entramos sin maleta, y con una pequeña maleta de mano. Llegamos dos bocadillos, una botella de agua, la tablet, la bolsa con la documentación y dos móviles. Me pido la ventana. 

Contemplo el desplazamiento por la pista y tras recibir el permiso el piloto salimos. Se ve magnificamente desde el avión la T4, las torres de Madrid cercanas a Chamartín - pelotazo urbanístico para un  Real Madrid que estaba asfixiado económicamente- , así como las sierras que rodean el norte de Madrid, totalmente cubiertas de nieve. Tras las semanas previas lluviosas en el sur y generosas con la nieve en centro y norte.

Voy siguiendo el paisaje terrestre desde el cielo y cuando la nieve se intensifica bajo mis pies descubro que estamos antes la Cordillera Cantábrica, pues efectivamente, minutos después descienden las pendientes vertiginosamente hasta concluir en el Cantábrico. Pienso que estamos en Asturias y me imagino en tierra la actividad viva en Gijón o Avilés. 

Pasamos sobre el mar y comienzan unas nubes que nos acompañban durante algo más de una hora de trayecto que nos queda. Ante el espectáculo de las nubes, monótono y homogéneo, decido verme un par de capítulos de la serie que me he traído. Se trata de la segunda mitad de temporada, la cuarta, de The Vikings. Disfruto de ella, hasta que adivino que las nubes se abren y comienzo bajo mis pies una superficie verde. Sobre volamos tierras británicas, aunque las nubes vuelven a estar presentes.

Poco a poco adivino colinas y pequeñas montañas. Supongo que estamos ya sobre el norte de Inglaterra o incluso en Escocia. Veo ganado y algunas granjas con recintos circulares para los animales a modo de establos abiertos. Tras unas montañas con algo de nieve veo como el avión va descendiendo y de pronto cuando avanza un pelín más contemplo que hay una gran ciudad junto a un enorme campo de golf. Se trata de un área portuaria a lo largo de lo que parece un estuario. En el horizonte se ve un Castillo. No hay duda, es Edimburgo.

Minutos después el avión ha parado en la pista y tras descender por las escalerillas nos dirigimos, primero a la identificación por parte de la policía y, segundo, para recoger las maletas. Tenemos que esperar mucho. En exceso, pero finalmente salen. 

Tras tenerlas en nuestras manos buscamos la lanzadera de autobuses que te llevan al centro. Vamos a la ciudad por medio de Airlink, la misma compañía que tomamos el pasado año por estas fechas en Dublín.

Tras pagar la ida y vuelta reglamentaria en el autobús de dos  plantas. Me voy a la de arriba dejndo mis maletas en la de abajo y veo algo que siempre me llama la atención y me pregunto ¿por qué conducen al contrario estos tipos?

Cerca del aeropuerto miro el horizonte. Hay nieve en las colinas , pero el día que va acortándose es aún lo suficientemente claro. 

Una carretera rectilínea, Roseburn Street, nos llevará al centro de la ciudad. Vamos viendo las típicas viviendas británicas, así como se abren a un lado y a otro comercios, concesionarios y restaurantes. De pronto me fijo y veo el estadio más conocido de Escocia, el Murrayfield. Allí hay una parada lo que me da tiempo a fijarme en el Murrayfield Stadium, un estadio multiusos situado al oeste de Edimburgo. Fue inaugurado el 21 de marzo de 1925 y remodelado completamente en 1995. Fue obra del arquitecto Connor Milligan . Cuenta con una capacidad total de 67.800 espectadores, todos ellos sentados y es la sede de la Unión Escocesa de Rugby y un símbolo dentro del mundo del rugby. La selección de rugby de Escocia juega en este estadio desde su inauguración, el 21 de marzo de 1925 disputando un partido contra la selección de Inglaterra. Ese fue el año en que obtuvieron, por primera vez en su historia, Grand Slam en el Torneo de las Seis Naciones.

El Murrayfield ha albergado además partidos de fútbol. El Heart of Midlothian, uno de los dos clubes de la capital, decidió hacer del Murrayfield su sede para los partidos de competición europea de la temporada 2006-07 ya que su estadio, el viejo Tynecastle Stadium, no cumplía los requisitos mínimos de la UEFA. Como todos los partidos del Seis Naciones de Escocia se juegan en el estadio pienso que puede estar jugando aún Scotland - Wales del seis naciones que se juega hoy. Sin embargo, veo el estadio desierto. Ya habrá terminado o será esta noche, me planteo.

A pesar de que la línea va junto al estadio, la estación de tren más cercana está en Haymarket, que se encuentra a una milla de distancia.

Tras esto nos acercamos y voy viendo las primeras impresiones de la capital Escocia (Reino Unido), pero segunda ciudad más grande de Escocia tras Glasgow.

He leído sobre ella que está ubicada en la costa este de Escocia, a orillas del fiordo del río Forth y que es la capital de Escocia desde 1437 y sede del gobierno escocés.

Fue uno de los centros más importantes de educación y cultura durante la Ilustración gracias a la Universidad de Edimburgo.

Sus distritos The Old Town (ciudad antigua) y The New Town (ciudad nueva), donde nos alojaremos,  fueron designados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1995.

Según el censo de 2011 tiene un población total de 459 366 habitantes sumando distritos y periferia urbana que es bastante extensa sobre todo hacia el puerto.

La historia geológica se remonta a  unos 320 millones de años, cuando el magma expulsado del manto por volcanes se enfrió y solidificó formando tapones volcánicos de basalto. Después, durante la última Edad de Hielo, los glaciares erosionaron el área, dejando al descubierto una peña de basalto hacia el oeste, y dejando un rastro de materiales hacia el este.

Al mismo tiempo el glaciar escarbó el terreno a los dos lados, dejando el valle de Grassmarket y Cowgate hacia el sur, y el pantano Nor' Loch hacia el norte.

La peña resultante hoy en día forma lo que se le conoce como Castle Rock (“Roca del Castillo”), y el pantano Nor' Loch, hoy en día ya no es pantano, sino los Princes Street Gardens que voy viendo desde la lejanía.



Nuestro autobús se dirige al centro histórico de Edimburgo donde está nuestro hotel. Pasamos juntos los Princes Street Gardens que divide el mismo, unos jardines que fueron diseñados en 1816 en lo que había sido el pantano Nor' Loch. 

Hacia el sur el panorama está dominado por el Castillo de Edimburgo, asentado en el extinguido tapón volcánico - el Castle Rock que preside la ciudad-, y la larga franja que es Old Town encaminándose por su borde. 

Nuestro hotel está en el área contraria, hacia el norte de  Princes Street (“Calle de los Príncipes”) en  la New Town. 

La Ciudad vieja y la Ciudad Nueva de Edimburgo fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 1995.

El autobús nos deja en la última parada , frente a la estación de Waverley, la frontera entre la Old Town y la New Town. Tras descender al lado de los Princes Gardens buscamos nuestro hotel. Sabemos que es en el New Town.

El nacimiento de esta parte de la ciudad fue como respuesta para la sobrepoblación de Old Town en el siglo XVIII. La ciudad se había vuelto demasiado compacta, limitándose a la cola de la peña que les servía de defensa natural. 

En 1766 se convocó un concurso para el diseño de la New Town, el cual ganó James Craig, un arquitecto de 22 años. El plan creado fue un rígido plano ortogonal, que concordaba con las ideas de racionalismo de la era de Ilustración. 

La calle principal iba a ser George Street, la cual sigue la línea natural desde el norte de Old Town. A los dos lados de ésta, paralelas están las otras dos calles principales: Princes Street y Queen Street. Nuestro hotel está frente a los Queen´s Gardens, precisamente. A unos minutos de allí.

Observamos nada más bajarnos que Princes Street se ha convertido en la principal calle para ir de compras en Edimburgo, de hecho pocas edificaciones georgianas sobrevivieron. A estas avenidas estaban conectadas por una serie de calles perpendiculares y para llegar a nuestro hotel precisamente tenemos que tomar una de ellas para después localizar en una paralela de la Queen Street. 

Había leído que el espacio en el que me he bajado fue en su momento un lago, Nor' Loch, el cual había sido la fuente de agua de la ciudad y el lugar de drenaje, ubicado en medio de Old Town y New Town estaba el lago , pero que para el siglo XVIII estaba ya totalmente contaminado.

Para 1816 Nor' Loch había sido desecado. Algunos planos muestran que se había pensado en hacer un canal, pero se crearon los Princes Street Gardens en su lugar. El exceso de tierra de la construcción de los edificios fue arrojado en el valle, creando lo que ahora se llama The Mound. A mediados del siglo XIX, la Galería Nacional de Escocia y la Real Academia Escocesa fueron construidas en The Mound, y se hicieron túneles atravesando The Mound hacia la estación de ferrocarril Waverley. 

Así que tomamos Princes Street hasta el paso de peatones que hay junto al monumento de Walter Scott del que ya hablaremos. Me fijo que efectivamente en el Mound están parte de los museos de la ciudad.

Me fijo en el Jenners. El Jenners Department Store es un enorme edificio que hace esquina entre Princes y David Street. La tienda está abierta desde 1838 cuando fue fundado por Charles Jenner (1810-1893), un comerciante de paños de lino y por Charles Kennington y conocido como "Kennington y Jenner". La tienda fue dirigida durante muchos años por la familia Douglas-Miller , que eran descendientes de James Kennedy , quien se hizo cargo de Jenners en 1881. Los edificios originales que formaron el almacén grande fueron destruidos por el fuego en 1892, y en 1893 el arquitecto escocés Guillermo Hamilton Beattie fue designado para diseñar la nueva tienda que abrió posteriormente en 1895.

Este nuevo edificio presenta unas cariátides hacia el exterior del edificio que tenían la intención de "mostrar simbólicamente que las mujeres son el apoyo de la casa". La nueva tienda incluyó muchas innovaciones técnicas tales como iluminación eléctrica y ascensores hidráulicos . Conocido como el " Harrods del Norte",  ha sostenido una orden real desde 1911, y fue visitado por la reina Elizabeth II con motivo de su 150 aniversario en 1988.



Buscando el hotel tomamos por la Saint Andrews Square. Paramos para hacernos unas fotos en la calle y delante de la inmensa columna de XXX. Al llegar a la esquina doblamos para George Street viendo los edificios comerciales y oficilaes como The Dome o The Royal Society of Edimburgh hasta llegar a la esquina con Hannover Street. Vemos que está trufada de restaurantes italianos como el Napoli, con muy buena pinta, o el Garibaldi´s; franceses como Chez Jules y otros que parecen típicamente escoceses como el All Bar One o Bramble bar and Lounge, sólo en nuestra acera. Bajamos la calle llegando a los Queen´s Gardens y por último llegamos a nuestro hotel que está en una paralela de Queen´s Street, la Abercromby Place. Buscamos la plaza , pero no existe como tal y , finalmente, damos con un edificio georgiano que parece un club del tipo de Philleas Fogg. Tras no estar muy seguros damos con el hotel, el The Royal Scots Club Edimburgh, justo al lado de una galería de arte, The Open Eye  Gallery, ya da a la calle Dundas Street.

El edificio es sorprendente. Es un club, pero parte del mismo se usa de hotel. Después nos informamos que al final de la terrible Gran Guerra, cuando otros regimientos estaban considerando la posibilidad de erigir monumentos a sus Caídos, un oficial de los Royal Scot, el coronel Lord Henry Scott, hijo menor del sexto duque de Buccleuch propuso crear un Club para todos los rangos ya que él creía que era la mejor manera de honrar la memoria de los 11.162 royal scots que habían caído durante el conflicto. Fue en 1919 cuando convocó a una reunión de distinguidos escoceses conectados con el Regimiento y le puso su plan. Como resultado, se creó la Fundación Royal Scots War Memorial Fund, y propuso una petición de ingresos para la organización. Consiguieron 2.000 libras esterlinas en la primera semana, aumentando posteriormente a 17.000 libras esterlinas - el equivalente actual serían cerca de £ 5 millones. En 1921 se adquirieron los números 30 y 31 de Abercromby Place, el número 29 fue comprado algunos años más tarde. Los edificios fueron alterados y adaptados para convertirse en el Royal Scots Club. La Suite Hepburn y lo que entonces era la Sala de Billar fueron construidos en la parte trasera del edificio en 1929.

El Club fue un éxito desde el principio con Lord Henry como Presidente, cuya oficina se mantuvo hasta 1944. Después de la Segunda Guerra Mundial, un segundo Libro del Recuerdo fue colocado en el Gabinete Memorial en la entrada de los Miembros del Club con los nombres de los 1.231 Miembros del Regimiento que perdieron la vida en ese conflicto.El número de miembros alcanzó su máximo en 1946 cuando había 4.540 miembros, pero solamente una década más tarde los números comenzaron a disminuir .

En 1957 se admitieron a los hijos de los soldados y luego a los hombres que habían servido en alguna de las Fuerzas Armadas y finalmente el Club quedó abiertos a cualquier persona debidamente propuesta por un Miembro. En 1994, el entonces Presidente, Brian Adair, presentó un Plan para modernizar el Club como lo es hoy. Una renovación importante comenzó en 1996 con el desarrollo de todas las habitaciones del Club, salas de reuniones y áreas públicas. El número 29 Abercromby Place fue re-adquirido, convirtiendo el bajo y los pisos en dormitorios y salas de reuniones. Una campaña de afiliación se inició en 1998, culminando en el Club que ahora cuenta con 1.750 miembros de todos los sectores de la sociedad edimburguesa. En 2008 se optó por instalar un ascensor dando igual acceso a todas las áreas del edificio. Después de un largo proceso de planificación, se concedió permiso para construir un nuevo bar y salón para la Suite Hepburn existente, instalar un ascensor, convertir las salas de billar originales en The Princess Royal Suite con su propio Cavern Bar, convertir la Mews Cottage adyacente en el hotel y en instalaciones para reuniones de negocios. En una de aquellas habitaciones nos alojamos nosotros.

Tras dejar los bártulos volvimos a salir pues pretendíamos ir a la Old Town. Antes vimos un Santarder y nos planteamos las idea de sacar dinero, pero viendo que te aplican comisiones, a pesar de ser tu banco desistimos.

Cruzamos por Princes Gardens para ir a la zona de los Museos, o sea, The Mound y desde allí a la Old Town. Aunque suene tópico lo primero que vemos al pisar el Mound es un escocés con falda tocando una gaita. Disimuladamente le hacemos una foto.

Más adelante, sólo  a unos metros, veo el plano de lo que está considerado en Edimburgo Patrimonio de la Humanidad por parte de la Unesco. Me sirve para ubicarme con más claridad.

Como ya hemos comentado The Mound es una colina artificial en el centro de Edimburgo , que conecta la Ciudad Nueva de Edimburgo con la Ciudad Vieja . Se formó al verter alrededor de 1.501.000 toneladas de tierra excavada desde los cimientos de la Ciudad Nueva hasta Nor Loch, que fue drenada en 1765 y forma hoy Princes Street Gardens . La construcción del Macizo Terrestre, como se llamaba originalmente, se inició en 1781 y se extendió a lo largo de los años hasta que en 1830 fue "macadamizada" - menudo nombre que me calló en mi primera oposición en 1990- y ajardinada para que pareciera más o menos completa.


Allí, en la zona elevada,  está la sede del Banco de Escocia con su cúpula en verde,  así como algunos de los edificios y las instituciones más notables de Edimburgo incluyendo el edificio neoclásico de la National Gallery of Scotland , the Royal Scottish Academy , the spires - agujas- of New College , the General Assembly Hall of the Church of Scotland , la sede de la central del the Bank of Scotland , y su museo, Museum on the Mound .


Hoy en día The Mound es una calle ocupada, aunque bastante empinada, lo que favorece las vistas amplias sobre Princes Street y la ciudad nueva de Edimburgo y hacia la colina de Calton. ha preservado su estructura medieval y mucho de sus edificios de la Reforma Protestante como el New College .


Siguiendo unas escaleras, y dejando los edificios neoclásicos a un lado subimos por unas escaleritas , las llamadas Playfair Steps, empinadas que nos llevan hasta la Old Town. Lo primero que vemos en ellas es la Assembly Hall o New College, donde se encuentra la sede la Universidad de Edimburgo. En el patio del edificio hay una estatua dedicada al reformista John Knox.

El Salón de la Asamblea se encuentra entre el Lawnmarket y The Mound y es el lugar de reunión de la Asamblea General de la Iglesia de Escocia . Después de la interrupción de la iglesia de Escocia en 1843, la iglesia emergente de Escocia requirió urgentemente un nuevo colegio teológico ( New College ) en Edimburgo, un salón de la asamblea (Assembly Hall) y un hogar para la alta iglesia libre. Así surgieron un complejo de edificios que fue diseñado por William Henry Playfair y construido a partir de 1846 en adelante.

La Assembly Hall fue diseñado por David Bryce y construido entre 1858-9. La parte posterior del pasillo que mira hacia Castlehill fue extendida al este por JM Dick Peddie en 1885, con el trabajo adicional en 1902-3. En 1934 la Free High Church abandonó su edificio, que fue adaptado para convertirse en la New College Library. La Iglesia Libre Unida de Escocia y la Iglesia de Escocia se unieron en 1929. El Salón de la Asamblea se convirtió así en el Salón de la Asamblea de la Iglesia reunificada de Escocia . Entre 1999 y 2004 el Salón de la Asamblea fue la cámara de debate temporal del Parlamento Escocés . Tras salir de aquí y hacernos fotos junto a Konxx, marchamos en dirección al Castillo. Subida al Castillo, dejando un lamborghini que llamaba la atención a todos los viandantes.


Llegar a la cima del Castillo vimos la enorme plaza que lo antecede. Con ella llegábamos a un extremo de la llamada Milla Real y de la Old Town. Vimos que  esta arteria de la Old Town está cerrada por el castillo aunque en ella desembocaban o salían - depende eso de ti- de pequeñas calles llamadas closes o wynds que suben o bajan - insinto-  la colina  a los dos lados de la calle principal en forma de encrucijadas.

El castillo de Edimburgo es una antigua fortaleza erigida sobre la roca de origen volcánico ubicada en un extremo de la Old Town. Se estima que la roca se formó hace unos 350 millones de años durante el período carbonífero temprano. Son los restos de un tubo volcánico que corta a través de la roca sedimentaria circundante , antes de enfriarse para formar un roca muy dura. La subsiguiente erosión glacial dejó una formación de peñasco. La cumbre de la roca del castillo está a 130 metros sobre el nivel del mar, con acantilados rocosos al sur, oeste y norte, alzándose sobre el paisaje circundante. Esto significa que la única ruta fácilmente accesible al castillo se encuentra al este, donde la cresta se inclina más suavemente.

La ventaja defensiva de este sitio es clara y , por eso, ha sido utilizado con fines de tipo militar desde el siglo XII, siendo destinado a usos civiles solo hasta épocas muy recientes. Se encuentra emplazado en la cima de la calle Alta o High Street, también conocida como Milla real o Royal Mile. El castillo está abierto a los visitantes, y está gestionado por el organismo especializado Historic Scotland. Se trata de la atracción turística más visitada de Escocia. Tres de sus lados se encuentran protegidos por abruptos acantilados, y el acceso al castillo queda limitado a una calle de pronunciada pendiente en el lado este del castillo perdiendo su importancia militar en época georgiana ya sin papel defensivo alguno.

Se entra en el castillo por la explanada, una amplia plaza pavimentada y de plano inclinado que se encuentra entre el castillo propiamente dicho y la Milla real. En esta explanada se celebra anualmente el Military Tattoo, y es aquí donde en su día se celebraban los desfiles y diversos tipos de entrenamiento para la guarnición militar del castillo. La batería cilíndrica se denomina media luna. El espacio exterior está lleno de estatuas conmemorativas de su pasado militar.

Aprovechamos para hacernos unas fotos en todas las dirección, salvo la de este, evidentemente que ocupa el castillo. Tras eso decidimos bajar hacia la Grassmarket.

Descendimos la Johnston Terrace, haciéndonos algunas fotos con las cabinas rojas que aún quedan , aunque entrar en ellas es un acto de heroicidad. Finalmente llegamos a la plaza que estaba inundada de ...galeses.

La razón es que ese día se jugaba en Edimburgo la tercera jornada del Seis Naciones que enfrentaba a ambas selecciones. No sabíamos el resultado ni cuándo se había jugado el partido, pero ya había acabado. Estaba programado para las 15:25 en Murrayfield. Hacia poco que había terminado. No preguntamos el resultado, pero después nos habíamos enterado que había ganado Escocia y que había desarbolado a Gales (29-13) en esta tercera jornada del Torneo de las Seis Naciones de rugby con una espectacular la segunda mitad de los escoceses, pues endosaron un 20-0 a Gales. Los galeses , dicen, cometieron muchos errores y Escocia, consistente y compacta, remontó y barrió a su rival entre el clamor de la hinchada. De cualquier los que ahora estaban en la calle eran los galeses que inundaban los pubs y bebían cerveza por doquier. La gente parecía respetarse. No hubo incidentes y es que la hinchada del rugby no es la del fútbol.

Tras ver la invasión de la plaza por estos descendientes de los arqueros galeses tomamos la West Port hasta desviarnos e ir a Bread Street y Lothian Road donde , ahora sí, entramos en un scottish pub Innis Gunn Beer & Kitchen y nos pedidos Two half of pint. What´s? Yes, lager. Ok. Era un refugio en un pub.

Tras saborear algo que ya era necesario, salimos a dar un paseo pasando por delante del Usher Hallen Cambridge Street , pasando por el Traverse Teather y llegando hasta la Castle Terrace , de allí a la King´s stables road y apenas entrado en los jardines del cementerio que rodea la Iglesia de Parish of Saint Cuthbert nos dimos cuenta de la pérdida del gorro de mi mujer. 

Volvimos hacia atrás para descubrir que no estaba. De hecho fuimos al pub donde nos atendieron pero nada. Nos acercamos a la puerta del Usher , pero no. Lo cierto es que una de las principales salas de conciertos de la ciudad desde su inauguración en 1914 siendo el centro de la vida musical de la ciudad. Es la sede oficial del Festival de Edimburgo —inaugurado por Bruno Walter y por la Orquesta Filarmónica de Viena— y de la Royal Scottish National Orchestra, además de la Scottish Chamber Orchestra, Scottish Fiddle Orchestra, National Youth Orchestra of Scotland y la Edinburgh Royal Choral Union. Curiosamente en 1972 se celebró el concurso de Eurovision cundo ganó la cantante de origen griego Vicky Leandros, quien representaba a Luxemburgo con la inolvidable , al menos en mi afrancesada casa, "Après toi".España ese año presentó a Jaime Morey y su Amanece. Sí, lo reconozco y no me avergüenzo; lo vi.

Tras eso ya era de noche así que fuimos por la Princes Street, pasando de la acera del jardín  a aquella que tenía comercios y nos detuvimos delante de unas tiendas que vendían souvenirs. Tras ver el precio de las camisetas y sudaderas , y ver que los clientes galeses compraban un poquito de todo, nos fuimos para la estación de Wanderley, a la que entramos. Pues después de la cerveza y el frio me apetecía ir al servicio. No era posible , pero vimos que era una estacion con mucha actividad y gran frecuencias en los trenes. 

Tras ello subimos una calle , la Market Street, y tomamos la dirección por esta oscura calle que nos acercara a la Milla Real y al centro de la Old Town. 

La Royal Mile (Milla Real) es la calle más famosa de Edimburgo. Comunica el Castillo de Edimburgo, al oeste, con el Palacio de Holyroodhouse, al este. Como curiosidad, su longitud, 1.814,2 metros, da origen a una medida un tanto desconocida, la milla escocesa. Era el recorrido oficial habitual de la realeza cuando se desplazaba desde el Castillo, situado en uno de sus extremos, en la cota más alta de la ciudad, hasta su Palacio de Holyrood, al otro extremo, en la zona baja y al final de la calle, junto a la antigua Abadía o monasterio de la Holyrood o Santa Cruz.

Es la zona que presenta mayor número de callejones (closes) y patios (courts) como el del White Horse Close.

A lo largo de toda la calle encontraréis decenas de pub al igual que en los close donde además de alguna beer puedes ver la monumentalidad  medieval de la ciudad. El trazado de esta calle, aunque es aproximadamente recto, cuenta con diferentes anchuras a lo largo de su recorrido, está dividida en 4 o 6 zonas relativamente diferenciadas. A saber las cuatro zonas o distritos: Castlehill, Lawnmarket, High Street y Canongate.

Nosotros en esta noche nos hemos centrado en dos de ella, las dos primeras y sin profundizar. Eso lo dejaremos para mañana.

La Royal Mile es la principal atracción de la ciudad antigua (Old Town) edimburguesa y rivaliza con Princes Street, en la Ciudad Nueva (New Town). Debido al espacio limitado que permitía la estrecha cola de la peña, Old Town se transformó en una de las primeras ciudades con edificios residenciales a partamentos en altura. Ya presentaban varios pisos algo que se convirtieron en norma desde el siglo XV hacia delante. Durante el siglo XIII la población de Old Town tenía aproximadamente 80.000 residentes. Sin embargo en tiempos modernos la población bajó significativamente hasta únicamente 4.000 habitantes. Hoy en día viven aproximadamente 20.000 habitantes en Old Town.

Trágicamente, muchos de estos edificios fueron destruidos por el Gran Incendio de 1824; la reconstrucción de estas construcciones originales llevó a cambios del nivel de terreno, lo que creó varios pasajes y calles subterráneas bajo la Old Town.

La zona que vimos en la noche de hoy se centraba en aspectos externos de Castlehill y la conocida como Castle Esplanade , las dos partes de la Royal Mile son las más cercanas al castillo y las más antiguas de Edimburgo, ya que éste fue el origen de la ciudad.

Junto a la puerta de entrada al castillo se encuentra Castle Esplanade, es el más elevado y el más angosto. Es un trozo de calle estrecha, de poca longitud y con pendiente, que partiendo de la gran explanada del Castillo baja hacia el Lawnmarket. Es el primer tramo que parte del castillo e incluye sus alrededores y se trata de un espacio abierto utilizado en el pasado para la quema de brujas por ejemplo.

Destacan edificios como la Outlook Tower o torre vigía, hoy convertida en Cámara Oscura, que desde 1853 proyecta imágenes vivas de la ciudad sobre una mesa central. Casi frente por frente se encuentra otro de los edificios singulares ,  el Scotch Whisky Heritage Centre, la Casa del whisky escocés, donde puede verse como es la elaboración esta famosa bebida escocesa, además de una tienda donde se expone una importante colección de whiskies, algunos de ellos ya difíciles de ver en otro lugar , aunque hay que reconocer que en la calle hay muchos establecimientos que lo venden.

El siguiente tramo que hemos visto en la noche de hoy es el denominado  Lawnmarket, que hasta el siglo XVII acogía un mercado de lino y que era el mercado medieval de Edimburgo, donde una vez por semana se exponían y vendían los famosos paños de lana y de lino.

Aquí vivieron importantes escritores como James Boswell o Robert Burns. Actualmente la calle está orientada al turismo, con multitud de tiendas y souvenirs.

En dicha calle se encuentra Gladstone's Land, un bloque de viviendas monumental del siglo XVII, aunque edificado en 1550 y rescatado en 1934 por National Trust for Scotland, cuando el edificio se encontraba en vías de demolición En la actualidad, dicho organismo es el propietario del edificio.

Al final de la calle se encuentra la intersección con George IV Bridge, una calle elevada, a la derecha (orientación sur) y a la izquierda con Bank Street, en dirección a The Mound (la colina artificial de Edimburgo). En Bank Street destaca las oficinas centrales del Bank of Scotland, de estilo barroco.

También está aquí o la Mary King Close, el callejón del siglo XVI tapiado con sus habitantes dentro en 1645 para no extender la enfermedad de la peste al resto de la ciudad. Este último es un mosaico en forma de corazón realizado en el empedrado exterior de la catedral y pretende recordar donde se situó la antigua prisión de Edimburgo en el siglo XV y demolida en 1817. La cárcel fue además inmortalizada por Sir Walter Scott en su obra titulada precisamente The Heart of Midlothian (novela incluida en su serie Tales of My Landlord)

Descubrimos que la mayor parte de las tiendas están cerradas, no así la gran cantidad de restaurantes y sobre todo pubs  que están llenos de aficionados galeses. Ya se veían los estragos de la bebida en algunos galeses y otros escoceses. Hablamos de ellos, pero también de ellas como comprobamos en el pub que hace referencia al personaje real del Doctor Jeckyll y Mister Hyde que aparece en la novela escrita por Robert Louis Stevenson en 1886.

Se trataba de William Brodie, más conocido como Deacon Brodie por su título de diácono ‒director‒ de la Corporación de Artesanos y Masones y un aparente modelo de ciudadano del siglo XVIII, rector de una comunidad y concejal del Ayuntamiento de la ciudad que de día era un ejemplo de conducta cívica. Brodie era presidente de la Cámara de Comercio de Edimburgo, miembro del Consejo Municipal y un respetable hombre de negocios que se dedicaba a la fabricación de cajas fuertes y a la reparación de cerraduras y de todo tipo de mecanismos de seguridad. Gracias a su oficio de artesano y de cerrajero Brodie no solo se codeaba con la alta sociedad de Edimburgo ‒entre sus amistades estaba el poeta Robert Burns‒ sino que se había ganado su confianza y tenía acceso privilegiado a sus posesiones más preciadas. Fue esta oportunidad la que animó a Brodie a convertirse en criminal por las noches cuando se convertía en jugador y ladrón y llegaba a cometer hurtos sin despertar las sospechas de nadie. No tuvo grandes dificultades en hacer copias de las llaves con moldes de cera. Así fue como inició su carrera criminal en 1768, robando 800 libras de un banco.

Poco a poco fue amasando una pequeña fortuna que le dio para mantener su doble vida, con dos amantes, cinco hijos y una costosa adicción al juego. Para 1786 ya contaba con una pequeña banda de ladrones.Ese mismo año organizaron un asalto a la oficina de impuestos de los Juzgados de Chessel, en el Canongate, pero el plan se malogró y uno de los miembros de la banda fue capturado. Este no tardó en delatar al resto de sus compañeros, incluyendo a Brodie, por lo que su doble vida quedó al descubierto. En un último intento desesperado por huir a Estados Unidos, Brodie viajó a Holanda, pero fue capturado en Amsterdam y enviado de nuevo a Edimburgo para ser juzgado.Ni siquiera estaban enteradas sus dos amantes, con quienes tuvo cinco hijos. Tras registrar su casa y encontrar varias pruebas que lo inculpaban de los crímenes ‒copias de las llaves, un disfraz y varias armas‒, el juzgado no tuvo dudas en declararlo culpable y condenarlo a la horca. La sentencia se ejecutó el 1 de octubre de 1788 en una horca, la primera de Edimburgo, que había sido diseñada por el propio Brodie. Pues al famoso Deacon Brodie fuimos nosotros, pero estaba atestado de borrachos y decidimos seguir con el paseo una vez descargadas las vejigas.

Como íbamos siguiendo el camino empinado seguimos por el Lawnmarket es la denominación que reciben los pocos más de 100 metros que separan The Hub (torre en forma de aguja), que es esa iglesia reconvertida en la sede del Festival de Edimburgo,  de Bank street, llamada así por conducir al Banco de Escocia.

Destaca la gigantesca fachada de la Tolbooth Kirk, una alta iglesia gótica victoriana que anteriormente servía a la comunidad de habla gaélica y que ahora es The Hub, el centro administrativo del Festival de Edimburgo. Ahora , sin actividad teatral, abre su bar al gran público y sus servicios. Su empinado chapitel octogonal constituye la aguja más alta de la ciudad. Debido a su cercanía al castillo, esta parte de la calle es la más saturada de tiendas de regalos.

Desde este tramo de la calle puede accederse a los famosos callejones, wynds y patios que tantas leyendas e historias trágicas encierran de la ciudad. Se sabe que las primitivas casas que se construyeron en esta zona se extendieron a los patios posteriores, a los que aún se llega a través de pequeños y angostos arcos o pasajes.

Por uno de ellos se accede al Museo de los Escritores (Writers´ Museum), una preciosa casa de 1622 donde hoy se rinde homenaje a tres de los más grandes escritores de Escocia: Robert Burns, Walter Scott y Robert Louis Stevenson. De hecho cuando llegamos allí había un grupo realizando un tour, uno de los múltiples que se ven por la ciudad.

En este tramo se encuentra la casa considerada como más antigua de la ciudad, un edificio alto y estrecho del siglo XVI que por encima de los dos arcos que forman su planta baja levanta un total de cinco plantas más, la última acabada en dos buhardillas sobre las que se representan un cardo y una flor de lis, respectivamente, los símbolos de la vieja alianza entre Escocia y Francia en su lucha contra Inglaterra.

Por supuesto nos hicimos una fotografía junto a uno de los hombres eminente que ha dado la historia de la ciudad, Adam Smith.


También paseamos por  High Street, la parte más conocida y monumental de la Royal Mile. En la que se encuentra la Catedral de St Giles,  cuya edificación data de hace más de nueve siglos, y el corazón de Midlothian.

La Catedral domina con su gran cúpula todo este espacio urbano; y a sus pies la Cruz del Mercado, un templete de planta poligonal regular erigido en el siglo XIV como lugar de reunión de la población para oír las proclamas y noticias importantes, así como para presenciar las flagelaciones y ejecuciones de los reos.

La cruz que hoy se ve es una reconstrucción de la original, y está constituida por una columna central al templete sobre la que asienta la figura de un unicornio blanco. Este era el primer U-n-i-r-c-o-n-i-o que vimos en Escocia. Ante mi sorpresa le hice una foto.

Aún se usa para dar aquí las noticias importantes, pero tradicionalmente tres días después de ocurrido el suceso, que era el tiempo que tardaban en llegar desde Londres hasta Edimburgo en el siglo XVIII y que decidimos ver mañana esto con más detenimiento así como la iglesia Tron, la Tron Kirk, una iglesia levantada en el siglo XVII cuyo nombre viene del trono o viga para la pesa pública situada próxima a ella.

Ya algo cansados y viendo que el alcohol hacía mella en muchos de los que paseaban decidimos tomar dirección al hotel, aunque antes deberíamos de ir a cenar. Le habíamos echado el ojo a un local, el Napoli, con buena pinta, así que bajamos por uno de los puentes hasta Princes y desde allí embocamos a la Hannover Street, donde estaba el local, unos cientos de metros antes del hotel. Sin embargo nuestro gozo en un pozo.

Hoy sábado noche la ciudad está llena , no sólo de sedientes galeses a los que se unián los escoceses, sino de turistas varias que habían dado con el local, al parecer de moda. Desandamos unos cuantos pasos y vemos otro italiano, pero igual. Frente por fernte tenían un Pizza Hut, con genete en la calle, pero era un local grande y en el que la movilidad parecía intensa.

Apenas esperamos y la chica nos buscó un asiento. Con una "unlimited" salade , a la que sumamos un bucket of fries , más una pizza de masa gruesa, y después un helado y un muerte por chocolate, quedamos nos llenos, sino llenísimos. Al salir un frío intenso y una barriga lo pusimos en la balanza. Pesaba más el frío, así que nos fuimos al hotel que no estaba tan calentito. Mañana más sobre este Edimburgo, esta ciudad sobre una loma. Buenas noches. 


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