sábado, 4 de julio de 2015

Nacido el 4 de julio

4 de julio (sábado): Independence Day. Un día así tenía que ser especial. Y lo fue. Domir hasta las tantas es imposible como tu cabeza es un caos horario y no sabes a qué hora te levantas y a la qué te acuestas. Lo cierto y poco después del amanecer, ya estaba despierto. Podían ser las cinco o cinco y media pero me quedé en la cama. Esta dada a un pequeño bosque y en el mismo pudo ir viendo como las ardillas subían una y mil veces por un árbol inmenso. Al cabo de un rato me levanté y salí a la calle con mi tablet. Con ella empecé a toquetear el twitter y vi y - ¿por qué, no? algunas noticias sobre España. 


Algún tiempo más tarde se fueron despertando los bellas y bellos durmientes de la casa. Pero, sin agobios. Una vez despiertos, unos antes, y otros, después, se propuso un desayuno liviano, pues hoy era cuatro de julio y habíamos quedado para tomar un auténtico desayuno americano (tortillas con sirope de arce, huevos fritos , salchichas, café o té americano y alguna cosa más) ...en una reserva india. La reserva se llamaba Arlee y estaba a unos 22 kilómetros de Missoula.

Así que mientras esperábamos que todos estuviesemos presentables salí con uno de mis hijos a la calle. Al rato, vino y me dijo que había visto un mapache. Fuimos a buscarlo , pero nada. Como no salían me fui a dar una vuelta llegando hasta el Bonner park, uno de los mejores y más populares parques de la Comunidad. Localizado entre la Escuela Elemental de Paxon y el Distrito Universitario con mesas para picnic, zona de césped,cancha de baloncesto, tenis y voleibol, y parque infantil. En mi desplazamiento me fijé y saqué fotografías de las casas , algunas de ellas con sus banderas de barra y estrellas.Con razón a la ciudad se le conoce como "La Ciudad de los Jardines" (The Garden City).  

Una vez preparadas tomamos en coche grande alquilado, el Dodge, y pusimos rumbo a la reserva. para salir pasamos por mitad de la ciudad, viendo los edificios más representativos del centro de la misma, y localizando un mercadillo local, propio de los sábados en donde nos comentó nuestra amiga, que los sábados iban los agricultores locales a vender sus productos. Carretera y manta. 

Por un paisaje de película es coche se desplazaba con dirección a la reserva. Pasamos por la ronda que había delante del aeropuerto, pues reconocí el espacio. Igualmente por la montaña con la L que representaba el poder educativo que tiene allí una institución privada en manos de los jesuitas, Loyola. Vimos los primeros ranchos con sus reses de ganado, especialmente vacuno y equino, así como la montaña que cada vez se iba poblando más y más de arbolado. 

Nuestra amiga nos fue contando como una de las lacras de la zona es la vivienda y cómo hay un número significativo de personas que viven en carromatos. Mientra contaba esto, la carretera se empinaba y nos acercaba a nuestro destino cubriendo áreas boscosas de dónde podría salir cualquier animal. Minutos más tarde, unos veinticinco minutos después, llegamos a la reserva. 


No había una entrada específica para la misma. Igualmente señalar que en ella se había instalado igualmente población blanca,descendiente de antiguos mineros de origen nórdico, escocés o irlandés. Junto a ellos una importante comunidad de nativos americanos, pero mezclados entre sí. De hecho comprobamos como había carteles en inglés y en la lengua nativa. Tras esto nos acercanos a la estación de los bomberos que eran quienes realizaban la fiesta con fines divulgativos y recaudatorios. Nos sorprendió, pues no estaba dónde esperábamos, pero aprovechando la coyuntura compramos cerezas.

Volvimos a tomar el coche, y , efectivamente, allí se hacía el desayuno. Nos pusimos en cola y pagamos dos dólares por persona. Con ello teníamos derechos a comer tortitas de maíz rebozadas en mantequilla regadas con sirope de arce, huevos fritos, salchichas o longanizas y zumos, café o té. Yo de todo y por partida doble como alguno de mis hijos. Y pasamos a sentarnos a la mesa, una mesa larga y comunal con otras familias del auténtico y solidario oeste americano. Al rato llegaron los amigos que se sentaron con nosotros. El desayuno había sido una alegría, y un monumento al colesterol.  

Una vez dada cumplida cuenta de lo que había, saciados algunos de nuestros instintos más básicos y comentado el carácter encantador del evento, marchamos para la "parade" o Desfile del Día de la Independencia. Empezaría en breves momentos pero allí se veía poco. Sin embargo, delante de la High School había movimiento. Delante de la iglesia un grupo de nativos vestidos con trajes militares y que portaban rifles darían dignidad a la cabalgata. En el interior y alrededor de la escuela había personas preparadas, algunas con sus furgonetas, como un indio vestido y su familia, otros en sus caballos como jinetes femeninos en el oeste. Otros lo harían en bicicletas o cualquier medio. Aprovechando para el inicio entré en la escuela, mientras mi familia quedaba en el exterior. Pude ver las promociones que se habían licenciado allí. La mayor parte, yo diría que casi el 100 % eran blancos de apellidos daneses o suecos, así como escoceses. Efectivamente se cumplía lo dicho por nuestra amiga. 

De las promociones de los años de la segunda guerra mundial eran mayoritariamente femeninas. Después, a partir del 46, volvían los hombres. No muchos parecían. Salí al exterior y vi movimiento. Me puse delante de una casa, bajo una sombra, pues el sol atizaba de lo lindo. Aquello comenzaba. 

Llamé a todos que se acercaron. Banderas, veteranos, caballos y caballistas. Tractores y motos lanzaban helados, polos, caramelos y chocolatinas. Como dije el grupo que lo encanbezaba era de indios con traje de militar armados, tras ellos carromatos de indios , vaqueros, chicos y chicas, así como hombres mayores que repartían caramelos, chicles, chocolates tipo twinkie y polos de helado que me comí como hacía años que no había hecho. Los colores azul, verde y rojo inundaron mi boca. Hasta un Dark Vader acompañado por soldados imperiales saludaba el día festivo. Fotos de rigor para mí y mis hijos. Eran casi los últimos. Dimos la vuelta y volvimos a encontrarnos, sin embargo, no veíamos a nuestros amigos y su familia. 

El grupo se dividió y yo quedé con dos de mis hijos sin encontrar a nadie, pero aprovechando para hacernos fotos en cabañas abandonadas, casas de indios y con algunos de los participantes. Volvimos con la gente de Stars War y allí nos volvimos a encontrar. Tras ellos encontramos a los amigos que propusieron ir a bañarnos en un arroyo. Salimos de la reserva urbanizada y pasamos por unos caminos asfaltados que nos llevaron hasta un puente. Localizado un punto concreto junto a un puente, bajamos al río y nos sumergimos en las aguas cristalinas y heladas. El lugar, precioso.  

Tras esto, vimos que habíamos llegado al arroyo, el Jocko creek, de la comunidad y procedimos a quitarnos la ropa para meternos. Optamos por pasar a la otra orilla, unos dando la vuelta al puente, otros cruzando el río. Ya en la otra orilla nos metimos en el agua. Congelada. Este era su estado. Tras titubeos ante la misma entré y me quedé en el agua. Con el calor que hacía, era un auténtico regalo. Nadie lo entendía , pues estaba fría y los demás entraban y salían de inmediato. Para algunos de mis hijos, concretamente, mi hijo mediano y yo, permanecimos un buen rato. Al salir dimos cuenta de las cerezas. 

Yo como tenía la sensación de estar comido no tenía hambre, pero la gazuza se apoderaba de los demás, así que optamos por salir. Tras pasar allí un buen rato nos pusimos en movimiento y cruzando el valle entre granjas de vacas y caballos. No tenía muy claro dónde íbamos, pero nos desplazamos por unas granjas, realmente ranchos o ranch que estaba en una pradera totalmente rodeada de montañas, algunas de ellas nevadas o tupidas de ese pino tan común como era el Ponderosa. 

Mi sorpresa y alegría fue mayúscula cuando en una pradera vimos que había un encuentro tribal de nativos americamos. Era un Pow-Wow, un encuentro entre tribus del estado y, posiblemente, de la vecina Canadá.  

Estaban ataviados con trajes ceremoniales, escuchamos sus cánticos y bailes espirituales realizados para mantener sus costumbres y recordar quiénes fueros y lo que son, nativos americanos. Yo me emocioné. Estábamos en el oeste, en el oeste de toda la vida. Bajarme del coche y me puse a escuchar los tambores que unos y otros hacían tronar bajos dos carpas. En una de ellas se hacían apuestas. Allí estaban grupos de mujeres, niños y, chicas y hombres , unos vestidos con lo tradicional y otros no, pero todos tocando y cantando. 



Debajo de la otra carpa estaban bailando. Princpalmente eran ancianos y hombres. Más tarde aparecían mujeres y niñas al sol de las voces que hablaban con los dioses y al golpe de los parches de los tambores. Era un frenesí. Yo seguía emocionado, pero no me alejaba de la realidad, así que vi que los demás estaban pidiendo unas hamburguesas, enchiladas y hot dog. 


Yo no pedí, yo comía con los ojos. Me fuí nuevamente al recinto, seguían canando y danzando este Paw daw , o algo así, de tribus. Después pasé por los tipi o tiendas y vi que , en ellas , ese fin de semana vivían familias. Una vez comidos nos sentamos en las gradas para seguir con el espectáculo. El sol seguía pegando lo suyo, y los americanos decidieron que ya era hora de recogerse. 

Así que montamos en los coches, aunque antes dí una vuelta final. Cuando nos íbamos vi que había un rodeo, muchos caballos estaban en la puerta, pero el calor había hecho mella en los demás y la dirección que tomamos era hacia una tienda gasolinera administrada por indios, pero descubrí que allí los precios estaban normalizados con respecto a lo que había visto hasta el momento. Encaminamos nuestro rumbo a Missoula y fuimos a la casa. 

La idea era o ir al cine, idea inicialmente programada, o descansar. La parte femenina del grupo optó por el descanso, pero yo dije que estaba bien, que me ducharía y que me daría un paseo hasta el centro. Tras ducharse mi hijo mayor se vino conmigo. No llevaba plano, pero el entido común me hacía pensar que , lo más probable, era el uso de un plano ortogonal, por lo que no tendría problema para llegar y , sobre todo, para regresar. 

Una vez pisada la University Street, mnos encontramos con una perpendicular que conducía al centro. Fuemos viendo casas, a cada cual más bonita, y negocios. Alguno de ellos curiosos, pues siendo día festivo le habían dejado multitud de libros y CD en la puerta, a la vuelta comprobé que nadie había tocado nada, igual que en España. Cerca del centro vi una heladería en la que la gente hacia una cola infinita, una hamburguesería y algún negocio más de restauración, cruzamos el río por el puente. 

En el río, como el día anterior, mucha gente seguía bajando con sus ruedas de camión, vimos un piano en la calle que tocaba dos chicas, antiguos negocios en edificios de ladrillos, que parecían los más antiguos. Cruzamos unas cuántas calles y llegamos al "limes". Se trataba de la estación. Tuvo que pertenecera la Compañía Northest Pacific, Una gran locomotora hacía referencia a la importancia que tuvo la misma en la colonización y ocupación del territorio. Tras dar una vuelta y hacernos unas fotos retomanos el camino de vuelta, cambiando de acera para ver los negocios de la amrgen derecha. Una vez localizado en ayuntamiento, volvimos a cambiar de acera, vimos más viejos edificios en ladrillo y cruzamos el río. Al poco de cruzar volvimos a fijarnos en un edificio en concreto. Era una High Schoool que tenía el curioso nombre de Hell´s Gates. Yo no supe al principio, por qué , pero ya lo se y aquí lo cuento.

Hell Gate o la Puerta del Infierno es algo que yo no existe pero que existió. Se trata de un pueblo fantasma que estaba situado en el extremo occidental del Valle de Missoula. La ciudad estaba situada en las orillas del río Clark Fork aproximadamente cinco millas aguas abajo de la actual Missoula, cerca de lo que hoy es Frenchtown. La puerta del Valle Infierno está enmarcada por Rattlesnake Mountains (las montañas de la serpiente de cascabel) por el norte y el noreste y las montañas Bitterroot hacia el sureste, sur y oeste. 
Desde el año 1900, ese espacio hoy sin vida está integrada en el Lolo National Forest. La boca oriental que daba acceso al valle está definida por un paso estrecho entre el monte Jumbo y el Monte Sentinel, que conduce a Hellgate Canyon. Todo el valle es muy boscosa, y es ideal para una emboscada. Allí vivían los miembros del Bitterroot Salish (o Flathead), una  tribu de nativos americanos, que  a menudo viajaban a través del Valle de Missoula en su camino hacia los cotos de caza del este en busca de bisontes. Este paso no siempre estaba libre. Pues a veces lo cubrían otros nativos, sus enemigos. De entre ellos destacan los Blackfeet ( pies negros).

Los enfrentamiento entre los Salish y los Blackfeet ( pies negros) eran constantes. Los Salish llamaban al " frío, o aguas escalofriante", o " el lugar relajado con miedo ". Y es que pasar por allí para los Salish era un infierno, daba miedo.

Los primeros americanos blancos para ver el Valle de Missoula fueron los miembros de la expedición Lewis y Clark, que exploró el río Clark Fork en su camino de regreso al este después de llegar al Océano Pacífico. Lewis y un pequeño grupo de hombres pasó por el valle de Missoula y acamparon cerca de la confluencia del río Clark Fork y la Rattlesnake, el 4 de julio de 1806. El explorador Inglés-canadiense David Thompson visitó la zona en 1811, y se asignó la mayor parte del valle y los picos de los alrededores (incluyendo el Monte Jumbo). Los tramperos franceses que pasaban por el valle en la década de 1820 se horrorizaron al ver tantos restos de Salish en los profundos cañones que formaban la entrada del valle, y por eso llamaron al valle "Porte de l'Enfer", o la "Puerta del Infierno." 

El primer blanco conocido en visitar la zona fue un cazador de pieles británico de nombre Alexander Ross que pasó en 1824. En 1841, el sacerdote católico Padre Pierre-Jean De Smet pasó por la puerta del Valle Infierno, trayendo con él misioneros jesuitas pronto siguieron y que se establecieron en la puerta del Valle Infierno (como se conocía entonces el valle de Missoula), pero no se consolidaron dada la hostilidad de las tribus indígenas locales. 

En 1852, los mestizos explorador Francois Finlay (también conocido como "Benetsee") descubrió oro en lo que hoy Gold Creek cerca de la boca oriental del valle, pero no era un depósito comercialmente viable y no se produjo fiebre del oro. 

Un año más tarde, Isaac Stevens, gobernador del Territorio de Washington (que en ese momento incluía el oeste de Montana), vio posibilidades para el ferrocarril por el valle. Impresionado con la adecuación de toda la zona oeste de Montana para la colonización blanca, Stevens negociado el Tratado de la Puerta infierno 1855, firmado por el Bitteroot Salish, Pend d'Oreilles y tribus Kootenai en Council Grove, cerca de la puerta del infierno, que estableció como la reserva india.

Con la paz con los tribus nativas aumentaron el tráfico en la zona, y la puerta del Valle Infierno se convirtió en la ruta de transporte preferido de Montana hacia el oeste. Un número importante de recuas de mulas de carga viajaban por el valle. 

Los primeros pobladores de la puerta del Valle Infierno llegaron a finales de diciembre 1856 al iniciar los preparativos para un asentamiento permanente (Hell Gate). Este primer grupo de hombres consistía en el juez Frank H. Woody, James Holt, Bill Madison, Bill "Pig " Western y un hombre con el apellido de Jackson. Cortaron la madera para todo el invierno y en la primavera se trasladaron a la futura sede de la ciudad donde criaron ganado y establecieron una granja en el valle. 

En el otoño de 1857, se construyó dos casas con la madera que habían cortado. Un puñado de colonos adicionales se instaló en el valle desde 1857 a 1895. La decadencia de la puerta del infierno llegó alrededor de 1860 y motivado por el ferrocarril. El capitán Christopher P. Higgins había llegado a través del Valle de la puerta del Infierno con el ferrocarril promovido por el gobernador Isaac Stevens. Worden y Higgins habían tenido la intención de ubicarse en Fort Owen en el valle Bitterroot, pero en su lugar optó por la puerta del Valle Infierno, ya que estaba a medio camino entre Fort Owen y el puesto de comercio del gobierno federal en Jocko en la nueva reserva indígena. Creían que atraería más tráfico. Varias cabañas fueron construidas alrededor de la tienda de ese mismo año. En diciembre de 1860, la Legislatura Territorial del territorio de Washington (que en ese momento incluía gran parte de lo que hoy es el oeste de Montana) organizó un sistema de gobierno del condado, y estableció el condado de Missoula. 

Fue el primer condado de Montana y hubo elecciones en 1861. También se celebró el primer juicio de Montana en la ciudad (en el salón de Bolte) en 1862. Hell Gates creció rápidamente. Worden y Higgins construyeron una segunda tienda en 1861. más colonos blancos se establecieron y con ellos, la primera oficina de correos en Montana se estableció en la puerta del infierno, el 24 de noviembre de 1862. En 1863, el descubrimiento de oro en Alder Gulch trajo a cientos de colonos a la región, permitiendo que la puerta del infierno prosperase. El Congreso de los Estados Unidos organizó el territorio de Montana el 26 de mayo de 1864. La nueva legislatura territorial reconoció el condado de Missoula. 

Hubo también linchamientos notorios como algún miembros de la banda de Henry Plummer como cuatro miembros de la banda Plummer entre ellos Ciro Skinner, fueron condenados a muerte. Skinner y otros dos fueron colgados de un poste. También algunos nativos Pend d'Oreilles que mataron a un prospector cerca de la ciudad de Clinton, Montana. La gente del pueblo de la puerta del infierno, preocupados de que un levantamiento indígena podría comenzar, envió en busca de ayuda a la población de Alder Gulch y la tribu Pend d'Oreilles, preocupado por las represalias, obligó a su jefe para entregar a su hijo a la gente de la puerta del infierno. El joven fue colgado de un poste.

La ciudad como tal Puerta del Infierno se vino abajo como un asentamiento en 1865. La ciudad alcanzaría unos 20 residentes. Pero Worden y Higgins construyó un aserradero, fábrica de harina, y nueva tienda en el sitio de la actual Missoula, y todos los residentes de la puerta del infierno se trasladaron a la nueva ciudad y adoptaron como el nuevo nombre de su ciudad la palabra india para el valle, "Missoula". 

Los únicos habitantes eran agricultores, que se habían instalado cerca. La sede del condado fue movido desde la puerta del infierno a Missoula en 1866. 

A partir de 1887 se introdujeron en Montana las manzanas rojas, caballos percherones, ganado Holstein y varias razas exóticas de pollos y cerdos. En 1913, poco que quedaba de la ciudad (que ahora formaba parte de un rancho de propiedad privada) a excepción de algunos edificios y cuatro túmulos funerarios de la pandilla Plummer.  

Frente al mismo se encontraban otros viejos edificios vinculados posiblemente a la Universidad. Más tarde cambiamos el rumbo y regresamos a la casa. Ya nos esperaban para cenar.Me extrañó, pues no parecía tan tarde para la cena. Más tarde comprobé que todo se debía a que yo seguía con mi horario de Nevada. Todo un caos. 

Era pasta pasta y ensalada. y una vez acabada. Procedimos a recoger. En esto que llegó un coche con dos de los protagonistas importantes de esta historia. Nuestro amigo montanés y su hijo, amigo de mi hijo y antiguo compañero del colegio. 

Tras un efusivo saludo, procedía a ayudar. Venían de darse una paliza. Mi amigo había salido por la mañana de Seattle, había recogido a su hijo que estaba en un "clinic" deportivo, ya que estaba seleccionado con el equipo de Montana. Estaban cansados, así que ayudé a sacor las cosas del coche y tras hablar un rato, mi mujer y yo nos despedimos de la pareja. Buenas noches.

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